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El fiasco de ‘Las chicas de oro’

Aún recuerdo que cuando llegó esta serie a La 1 todo eran parabienes y buenas intenciones: que si el reparto de grandes damas de la interpretación, que si tenía espíritu propio alejado de la serie original, la localización de lujo, los decorados espectaculares… Nada de eso ha servido y Las chicas de oro han cerrado temporada en La 1 y no van a volver. No puedo decir que echaré de menos la serie.

Vi el piloto en su momento y no me pareció que la serie la hubieran hecho pensando en mí como público objetivo así que no volví a verla, ni me acordé (cosa que dice bien poco de mi afán por analizar la tele, pero en fin). Desde su estreno con datos relevantes Las chicas de oro ha ido perdiendo audiencia y al final Televisión Española ha dado por terminada la aventura por esa caída de interés. Aquí va mi pregunta malévola: ¿Cuánto le ha costado al Ente Público la serie de marras? Porque apostaron fuerte por ella y confiaron en el proyecto del ínclito José Luis Moreno.

Dicen las malas lenguas que la situación de las empresas de Moreno es demencial, con denuncias, impagos a trabajadores, expedientes de regulación de empleo y demás. No es la primera vez que llegan ecos de los malos vicios como empresario de este señor que sigue viviendo de una popularidad que ya no merece. Le llamaban «el Rey Midas», no sé cómo lo llamarán ahora, pero lo cierto es que sus últimos proyectos han sido un fiasco y se afirma que si La que se avecina continúa es gracias a que Telecinco ha asumido las deudas.

Cotilleos aparte, lo cierto es que Las chicas de oro, con un target muy específico, llegó en un momento en el que supuestamente había que posicionarse en el tema de la fragmentación de las audiencias. Esto es: ofrecer a tu perfil de público cosas que creas que van a gustarle. La teoría es buena y la mayor parte de las veces funciona, pero no creo que Las chicas de oro haya jugado bien sus cartas. Por un lado, parece que desde que no hay publicidad los espectadores de La 1 se han rejuvenecido en determinadas franjas y empieza a ponerse en duda la leyenda urbana que decía que La 1 sólo la veían los jubilados. Y por otro, la serie ha sido una mala mezcla de elementos, un intento muy superficial de dar una imagen distinta de la gente mayor.

Si recordamos la serie original, más allá de esa vida disipada, de las profesiones liberales de las protagonistas y de su lujo, había una historia que se centraba en resaltar el valor de la familia y de la amistad. ¿Qué había de eso en Las chicas de oro de La 1? Apenas nada. Por decirlo de alguna manera, imitaron el papel de regalo pero la caja estaba vacía. O eso me parece a mí, que me he levantado hoy muy metafórica. En cualquier caso, estas chicas de oro se suman a la lista de los fracasos de Televisión Española por resucitar el clásico y aunque dicen que no hay dos sin tres, yo espero que se les hayan quitado las ganas de experimentar. Hay referentes que es mejor no tocar.

16 diciembre 2010 at 10:23 12 comentarios

La crisis de le televisión convencional

Bueno, esto era un secreto a voces, ¿no? Que las cosas en las cadenas de televisión no marchan como a ellas les gustarían es evidente, sólo hace falta echar un vistazo a las programaciones para ver cómo se abaratan costes con productos baratos, como se reproducen formatos, como se invierte menos en ficción (a excepción de las socorridas TV Movies), y más en realities o programas de entretenimiento, cómo las productoras van como vaca sin cencerro de un lado a otro, con proyectos que terminan muertos de risa en cualquier cajón…,. Así no se puede.

Mientras los distintos sectores implicados en el negocio han ido capeando el temporal las cadenas han estado tranquilas. Mientras las productoras y los profesionales han ido agachando la cabeza ante prácticas abusivas con tal de trabajar parecía que no pasaba nada, pero todo tiene su límite, hasta la explotación laboral, la humillación, la arbitrariedad y la no asunción de responsabilidades. Alguien tendrá que poner una pica en Flandes y provocar un cambio que hasta los espectadores hace tiempo que venimos demandando. Tal y como está el negocio, y pese a la bajada de los ingresos en publicidad, para las cadenas sigue siendo rentable, pero el modelo es tan caduco que ya apesta y si las cadenas no se adaptan solas, habrá que darles un empujoncito.

Por un lado, las productoras se han puesto manos a la obra para evitar la quiebra que les toca. En ésta época que parece que toca su fin (crucemos los dedos), las productoras han servido como fábricas de producción atadas a los designios de las cadenas. Las cadenas, que ahora rebajan sus inversiones, ponen en jaque a un sector poco independiente y con un exiguo poder de presión. Se arrimaron al sol que más calentaba y ahora se dan cuenta de que no tienen mercado alternativo, no tienen infraestructuras y no han sabido generar un lecho industrial que les permitiese aliviar el testerazo. Su principal preocupación, que trasladarán al Gobierno, es el cierre de empresas y los recortes de las plantillas. Exacto, como cualquier hijo de vecino. La producción independiente como tal no ha sido una realidad en estos últimos tiempos y se han vivido casos realmente extremos como el caso de Telecinco y sus productoras de confianza, que se han dedicado a parir formatos exclusivamente para la cadena amiga hechos a su imagen y semejanza.

Lo extraño es que las productoras no hablen de la piedra en el zapato que les ha salido con los guionistas, por ejemplo, uno de los colectivos más vapuleados del modelo que hace aguas. Gente cuya vida laboral es digna de un Expediente X y que han decidido poner fin, poco a poco y con trabajo colectivo, a un modelo en el que no había ningún tipo de garantía social para ellos y que les escamoteaba, en muchos casos, hasta los puñeteros derechos de autor (y no me refiero únicamente al dinero, sino incluso al reconocimiento). Un vistazo a la web de Alma, uno de los sindicatos de guionistas, da idea de que no piensan seguir callando: inspecciones de trabajo, denuncias, convenios…,. Todas las medidas emprendidas dan idea del caos laboral en el que el colectivo estaba inmerso y que se han decidido por fin a solucionar. Son un David contra Goliat pero tienen poco que perder y mucho que ganar. La dignificación de un profesión está en juego y, si salen adelante, otros colectivos del gremio afectados podrían seguir sus pasos y poner definitivamente contra las cuerdas a las productoras.

En este contexto de guerra sin cuartel, con intereses muy diferentes que afectan a unos y a otros, todos parecen mirar hacia Internet como tabla de salvación. Así se concluye en el último Encuentro de Guionistas. No han descubierto la pólvora y aunque dicen que nunca es tarde si la dicha es buena, aún queda mucho camino por hacer si de verdad quieren sacarle punta a la Red. La clave, desde mi punto de vista, está en las renuncias. Las cadenas han tenido siempre el control y en Internet es muy difícil controlarlo todo. Las productoras eran las únicas que podían materializar proyectos pero ahora hay cada vez más propuestas independientes en Internet que escapan a esta estructura. Los guionistas ven como se amplían sus posibilidades de mercado pero la volatilidad de Internet va en contra de sus deseos de cohesión como colectivo para convertirse en un elemento más de presión para la consecución de sus derechos.

Dicen que a río revuelto, ganancia de pescadores. Queda por ver quién se queda con la caña. Que el modelo está cambiando es algo obvio. Que a muchos se les escapa de las manos, también. En términos industriales, podríamos estar hablando de una reconversión de las duras. ¿Acaso no se está externalizando la producción? ¿Acaso no se compran formatos ya hechos? Pocos hablan, sin embargo, del mercado global.

Al mencionar Internet, y creo que ese es el fallo, parece que siguen pensando únicamente en los espectadores españoles. Los árboles les impiden ver el bosque y creo que por ahí deberían ir los tiros. Conviértanse en una industria de verdad, ahora que pueden llegar a espectadores de todo el mundo gracias a Internet, y dejen de intentar complacernos sólo a nosotros, que somos demasiado pocos como para poder darles de comer a todos.

28 May 2010 at 08:36 2 comentarios

Los planes de Telecinco para Cuatro

Bueno, ya es oficial, los representantes de Telecinco han enunciado la que será la estrategia que van a seguir para reflotar Cuatro y convertir la cadena en más competitiva y rentable. Los dos puntos esenciales son:

  • Producción propia.
  • Contenidos realizados por productoras participadas.

Así que ésta va a ser la línea a seguir por Cuatro a partir de ahora. Me queda la duda de si con productoras participadas se referirán a las del Grupo Prisa o a las de Telecinco, aunque mucho me temo que la segunda opción pueda suponer el desembarco en Cuatro de ficciones y programas ideados por las productoras de confianza de Telecinco que son, entre otras, Alba Adriática (José Luis Moreno), Mandarina (Está pasando, por ejemplo), y La fábrica de la tele (Sálvame, entre otros éxitos). En Cuatro cuentan como productora del grupo con Plural Entertainment (Hay alguien ahí, Desafío extremo o Hermano mayor).

¿Qué va a ser del lema «las series eligen Cuatro»? Me parece que va a ser cuestión de ir olvidándose de eso. Creo que mantendrán ficciones internacionales evidentemente rentables, como House, pero no creo que sigan trayéndose el oro y el moro para seguir dándoselas de progres. Total, para el trato que le daban a las series tampoco hace falta.

Con la operación, además, se baraja un término que sólo leerlo me ha dado escalofríos: «Nueva Telecinco». No me digáis que no es para echar a correr sin volver la vista atrás. Se refieren al grupo de cadenas que manejarán en la TDT. Aunque unos dicen que ocho, otros no se atreven a afirmar tanto. CNN+ por ejemplo, es un caramelito desde el que mediatizar la información, que al fin y al cabo es de lo que se trata. Desde Telecinco dicen que no van a tocar la línea editorial, pero hay rumores que apuntan a lo contrario.

Sea como sea, tal y como conocemos Cuatro va a durar poco entre unas cosas y otras. Lo cierto es que no podemos echarle la culpa sólo al afán expansivo de Telecinco ni a las leyes promovidas por el Gobierno en este sentido que aprobaron las fusiones. El Grupo Prisa ha atravesado unas dificultades económicas importantes y el modelo de negocio de Cuatro ha flaqueado en los puntos más importantes, no siendo capaces de seguir una línea y no consiguiendo interesar a las audiencias pequeñas, que son la batalla que habrían tenido que librar. A estas alturas, laSexta les ha comido el terreno (y la moral), así que son en parte responsables de su cruel destino: dejarse fagocitar por el gigante italiano de Berlusconi, que parece que tiene venganzas para todos.

15 abril 2010 at 06:55 5 comentarios

A ver si llego, para los héroes de la crisis

Ya la tenemos aquí, la nueva producción de Alba Adriática (José Luis Moreno), llega a Telecinco el domingo, si la contraprogramación no lo impide. Una serie coral, de barrio, que aprovecha las dificultades de la crisis para hacer una comedia que se desarrolla en un mercado. Cualquier parecido con otros éxitos de Alba Adriática tiene que ser una coincidencia.

La serie llega en un momento complicado y con la exigencia de cubrir el hueco dejado por Aída después de su traslado al martes (donde parece que también funciona), pero con la serie de Globomedia al acecho, como una espada de Damocles, porque ante cualquier muestra de debilidad no creo que los programadores de Telecinco dudasen en trasladarla a su hueco original.

A ver si llego presume de casting: Miriam Díaz Aroca, Neus Asensi, Agustín Jiménez, Juanma Lara, Manuel Manquiña, Jordi Vilches…, todos ellos experimentados comediantes. El plató, de 1.200 metros cuadrados, aloja a los comercios en los que van a desarrollarse las tramas (un bar, una panadería, una carnicería, una pescadería, un «todo a 1 euro»…), y por el que van a discurrir los «pequeños grandes héroes» de la crisis, decían en la presentación de la serie.

En esa presentación se contó cómo surgió la idea del proyecto. Agarraos, que vienen curvas:

«La idea original surgió del entorno en el que se mueve el productor. Jóvenes mileuristas con dificultades para llegar a fin de mes».

¿Cómo?, ¿que José Luis Moreno se codea con mileuristas? Espero que no se refiera a la gente que tiene trabajando para él en la productora. Pero es que además añadió, muy sabio, y refiriéndose a esos «héroes de la crisis», que:

«Ellos no quieren ser presidentes del Real Madrid ni directores de Sacyr Vallermoso».

Claro que no, los grandes cargos se los dejamos a los que son como Moreno, los pobres preferimos seguir siendo pobres para toda la vida. ¡Ah!, perdón, que también dice que los «héroes» lo afrontan todo con una sonrisa así que allá va 🙂 . Hace falta tener caradura. Qué valor.

21 enero 2009 at 09:22 25 comentarios

Rico al instante, los peligros del directo

Quiero que no se use la televisión para hacer que los adolescentes estén llamando por teléfono, hagan llamadas para votar a concursos de no se qué porque nos están sangrando a los padres y a las madres el dinero.

Estas palabras las pronunció anoche una señora en Rico al instante, el programa que estrenó Antena 3 (minuto 4:08 del vídeo). El programa visitaba por sorpresa a cinco seleccionados de entre todos los mensajes recibidos durante la semana. Los seleccionados tenían la posibilidad de ganar 500.000 euros, pero aquí pincharon en hueso y la señora les puso las cosas claras. Javier Estrada, el presentador, aclaró que en el concurso sólo participan mayores de edad y que la hija de la señora tiene veinte años, pero el mal ya estaba hecho.

En realidad, el mal fue el programa en sí. Cuando empecé a leer sobre el experimento, innovador y nacido en el laboratorio de ideas de la cadena, pensé que estaría mejor, la verdad, pero el directo de ayer fue sorprendentemente pobre, pese a la cantidad de dinero que pensaban repartir y las prometedoras promociones, mucho más interesantes que el resultado final.

Un plató soso, con cinco puertas digitales donde se podía ver la imagen en directo de los reporteros. Javier Estrada más tieso que una vela, atado al teleprompter y sudando la gota gorda. Problemas con las conexiones y con el retardo habitual que hacía que las conversaciones entre el plató y las casas fueran diálogos para besugos. Reporteros entusiastas a más no poder, entrando a saco en las casas. Gente sorprendida que, sin casting, no terminaba de dar lo necesario en un programa de televisión. En la idea original los participantes tenían que hacer una especie de prueba y eso lo cambiaron por un discurso de treinta segundos en los que tenían que explicar por qué debían ganar ellos el premio. Treinta segundos casi desperdiciados porque la gente no tenía palabras. Durante los doce minutos de las votaciones se dedicaron a enseñar las neveras del personal. Y el premio se lo llevó el que era previsible, un chico que vivía con sus padres, todos en el paro.

Lo mejor fue la duración del programa, apenas media hora. Si hubiese sido más largo, el batacazo de audiencia podría haber sido fatal. Pueden mejorarlo y en sucesivas semanas pueden arreglar el despropósito, pero las preguntas de Estrada del tipo «que es lo que más te gusta de lo que hay en la nevera», para rellenar, eran tristes, tristes, y los problemas con los que se han encontrado esta semana son de difícil solución. Veremos en qué queda Rico al instante, el primer reality de fortuna según ellos. A veces la frase de «los experimentos, con gaseosa», es tremendamente concluyente.

11 enero 2009 at 10:33 25 comentarios

LEX ya es historia

Ríos de tinta, por decirlo a lo antiguo, han corrido sobre LEX. A mí nunca me terminó de gustar, para qué nos vamos a engañar, porque no me terminaron de interesar los personajes ni las tramas. Siempre me pareció que había en la serie cierta precipitación y unos diálogos que a veces me parecían demasiado tendentes al chiste y al doble sentido. Vamos, que la serie no era para mí.

Hoy me he encontrado una entrevista en la que el gran Josep María Pou, uno de los últimos actores en incorporarse a la ficción, hace unas consideraciones acerca del final de la serie, que ha terminado por sus bajas audiencias. Sentencia que sólo funcionan las series de médicos y de policías y se lamenta de que todo termine dependiendo de los índices de audiencia. Comenta también que la serie podría haber seguido si la cadena hubiese querido y alaba la implicación de Globomedia en el proyecto.

Obviamente yo no estoy en Globomedia y no dudo que habrán hecho todo lo que ha estado en su mano para relanzar la serie. El mismo Pou menciona como parte de esa implicación el fichaje de Paz Vega como revulsivo, un revulsivo bastante pobre desde mi punto de vista porque pocos son los casos en los que una cara (o un escote, permitidme ser malvada), levanta un producto que ya va de capa caída.

Por otro lado, es cierto que la serie empezó a toda pastilla, con una primera temporada de seis episodios y, según cuentan, estrenados antes de tiempo por exigencias de Antena 3. Empezaron emitiendo la serie los jueves, compitiendo contra Los Serrano, y aquelló nos valió un cabreo de Daniel Écija que hizo época. Saltó a los medios con su pataleta de colegio quejándose de que le hiciesen competir contra sí mismo. En mi opinión aquello tendría que haberse quedado en los despachos. La segunda temporada ha estado emitiéndose en domingo, en una parrilla en perpetuo estado de cambio y compitiendo contra Aída y Pekín Express. No sé si ha sido mala suerte o una funesta programación por parte de la cadena.

Soy de las que piensan que LEX, si se le hubiese dado el tiempo necesario, habría terminado teniendo su aquel, pero en las condiciones descritas es imposible hacer un trabajo realmente atractivo para el espectador. Yo creo que si hubiesen contado con una producción más reposada habrían firmado un éxito como Globomedia sabe, no en vano tienen en la cartera algunas de las series más exitosas de los últimos tiempos. Pero parece que cada vez es más difícil para las productoras conseguir llevar a cabo los proyectos en condiciones óptimas. Las cadenas tiemblan ante la competencia y la fragmentación de las audiencias y, en lugar de darse su tiempo para presentar series o programas redondos, meten prisas que acaban en desastre. Aún tienen que cambiar muchas cosas.

30 diciembre 2008 at 13:39 21 comentarios

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Teleadicta sin remedio

"La tele que me parió" es un blog sobre televisión, sobre cómo la vemos y sobre cómo la hacen. Sólo es televisión pero me gusta y aquí encontrarás una entrada diaria de mis delirios catódicos de espectadora irredenta.

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