Posts filed under ‘Ficción internacional’
‘Misfits’, de diez
He vuelto. Ya estoy instalada y me voy acostumbrando a las nuevas rutinas. Perdonad si no he dicho nada en todo este tiempo pero es que han sido tantos cambios en poco tiempo que he necesitado unos días. Eso sí, no prometo escribir a diario (eso sería demasiado), pero intentaré ser regular.
Hace tiempo que quería hablaros de Misfits (hay spoilers en el enlace), y qué mejor día que éste, el de la vuelta a la normalidad, para hablar de una serie que no es nada normal. Lo reconozco, tengo debilidad por el saber hacer de los ingleses en su ficción: son menos comedidos, más audaces y más creativos que los americanos, sobre todo si pensamos que cuentan con menos medios. Desde ese punto de vista, Misfits es un logro más. Aunque empezó a emitirse en 2009 sólo tiene dos temporadas (la tercera se estrenará en otoño de este año), así que estáis a tiempo de poneros al día.
Haciendo un resumen, Misfits es la historia de cinco jóvenes delincuentes que están haciendo servicios obligatorios a la comunidad cuando cae una tormenta y los rayos les dotan de poderes extraordinarios. A priori podría parecer una serie más para «carpeteras» pero nada de eso.
Misfits es un drama consistente con unos toques de comedia muy acertados, personajes rotundos e inconfundibles, y tramas cotidianas ancladas en lo social que rozan lo sobrenatural algunas veces. Lo mejor, para mí, es que la serie no se toma en serio a sí misma y eso da como resultado unas historias que tienen tanto de sorprendente, como de conmovedor o de brutal.
Pues sí, la serie me gusta mucho. A todo lo anterior hay que sumarle una planificación arriesgada, con muchas reminiscencias de Internet, y una posproducción cuidada, nada efectista pero efectiva. Un conjunto que ha merecido el BAFTA en 2010 al Mejor Drama.
Así que ya sabéis, si no la habéis visto ya podéis ir preparando el terreno porque pasaréis un buen rato y, si la habéis visito, decid qué os ha parecido, que toda piedra hace pared.
Las series vuelven a Cuatro, o no
Comprenderéis que coja con pinzas ese notición de ayer en el que Cuatro declaraba convertirse en el canal nacional con más series internacionales. Vale, venden muy bien sus declaraciones de intenciones pero a estas alturas de la película la nota se queda escueta: no hay información de fechas de estreno, de horarios de emisión y muchas de las series que anuncian las tienen en cartera desde hace tiempo, sin sacarlas a la luz.
Claro, lo primero que hace una al enterarse de esto es otear a ver si Vasile está haciendo de las suyas, como parece. Si lo que pretenden es tematizar Cuatro como canal de ficción internacional, me alegro, pero cuidado con los espectadores que se las saben todas y va a ser difícil que les den gato por liebre. Por ahora, crucemos los dedos, más o menos están respetando a los espectadores de Spartacus, pero eso no es lo habitual.
Si quitamos el grano de la paja, la única adquisición que anuncia Cuatro es The Kennedys. Llegan por fin, aunque no dicen cuándo, los estrenos de: Sons of Anarchy, Being Human, Wallander, No Ordinary Family, Body of Proof, White Collar, Mentes Criminales: Conducta Sospechosa, la adaptación de Millenium y Spartacus: Dioses de la arena; y de las compradas por Telecinco estrenan Blue Bloods y The Defenders. Además piensan seguir con las temporadas de las series que no han pasado a Telecinco: True Blood, Dexter, House y Anatomía de Grey.
Así dicho del tirón corta el aliento, para qué nos vamos a engañar, pero el que esté libre de suspicacias que tire la primera piedra. Y mira que me gustaría un canal temático de series en abierto, ¿eh? Aunque sean las series que promocionan. Algunas las he visto y apenas me llegan al aprobado pero eso al final es cuestión de gustos. Ahora nos queda esperar a los estrenos que para eso no hay fecha, como decía. No sé, habrán pensado que algo de publicidad no les vendría mal.
‘Boardwalk Empire’, a fuego lento
Boardwalk Empire se cuece como las mejores recetas de cocina, despacito. Las historias se van desplegando casi como por casualidad y cada episodio que pasa se va viendo con estupor cómo las simbiosis van perdiendo inocencia y cómo los personajes, todos y cada uno de ellos, van quedándose solos. Atlantic City es el escenario físico y casi histórico para esta serie y la ciudad, como un personaje más, va cerrando sus fauces sobre una prosperidad creada a golpe de corrupción, de marginación y de desprecio.
No es fácil entrar en el mundo de Nucky Thompson (Steve Buscemi). El personaje juega con el físico del actor para provocar rechazo, repulsión diría yo, pero es imposible resistirse a la vez a sus encantos. Esa cuerda floja en la que se mueve sabemos que terminará precipitándole a un vacío pero antes tendremos que ver caer a los demás. No busquemos héroes en Boardwalk Empire, conformémonos con querer a los personajes tal y como son, con sus tormentos, sus renuncias, sus maldades y sus imperfecciones, y dejemos que la historia nos sumerja en la suciedad de un mundo que bien podría ser real y actual. Quizá lo veríamos a nuestro alrededor si abriésemos bien los ojos.
La producción de la serie es un alarde de perfección. Dicen las malas lenguas que la primera temporada ha costado más de sesenta y cinco millones de dólares y el set principal tardó tres meses en construirse. Rodada en tonos fríos, hasta la sangre parece más oscura de lo normal, los rostros de los personajes son cetrinos y los vestidos de esos felices años 20 en los que se contextualiza la trama son de tonos apagados. La depravación moral y social rezuma en cada plano, en cada escorzo, y es difícil no sentir cierto malestar en cada secuencia.
De la serie se ha dicho que es una obra maestra y se ha comparado con grandes clásicos como Los Soprano. Yo creo que es pronto para hacer este tipo de valoraciones. Una serie como Boardwalk Empire tiene que respirar un poco antes de poder aspirar a grandes tronos aunque sí es cierto que los premios ya avalan lo que podría ser su futuro como serie de culto. En cualquier caso, es más que recomendable si tenéis un rato de tranquilidad porque, eso sí, no es una serie para verla con pausas y distracciones porque hace pocas concesiones al espectador. Si os decidís a echarle un ojo, espero que la disfrutéis.
No echaré de menos a ‘Dos hombres y medio’
Se ve que Charlie Sheen no está pasando por un buen momento personal y su último arrebato ha terminado con la suspensión, algunos dicen que cancelación, de Dos hombres y medio, la serie más vista en Estados Unidos que ha ensalzado a Sheen como el actor mejor pagado de la tele. Todo será que se recuperen las relaciones y se reinicie la grabación pero es de suponer que Chuck Lorre, el productor, tiene que estar de Sheen hasta las narices (la promo de arriba es toda una premonición).
¿Todos habéis visto Dos hombres y medio? ¿Y os gusta? Yo es que no puedo soportar la serie, me cae mal. No aguanto a los personajes, no me hacen gracia sus chistes y no me identifico para nada con las situaciones. Normalmente, aunque una serie no me guste, puedo verla y valorarla con cierta distancia pero es que con esta me resulta imposible. Hasta las transiciones musicales que usan me ponen de los nervios.
Comentándolo con unos amigos, a uno de ellos le gusta la serie, he llegado a la conclusión de que si Dos hombres y medio no me gusta es porque en el fondo es como una serie típica de los ochenta y he visto tantas series así que tengo el formato atragantado. Quien no se metiera tele en vena en los ochenta no puede saber a qué me refiero pero eso de padres que crían solos a un hijo, ese hijo que es más maduro que los padres, esas mujeres que están predestinadas a amargarle la vida a los protagonistas… todo eso me lo sé de memoria y no le veo el mérito.
Vamos, que no digo que la serie sea mala porque yo no soy quién para decir eso, pero es uno de esos casos en los que una serie tiene un éxito arrollador y yo no entiendo nada. Ocho temporadas y muchos premios certifican que Dos hombres y medio tiene un encanto que yo no soy capaz de ver. No es que me alegre de la suspensión de la serie pero tengo que reconocer que me supuso un alivio. Pensé algo así como que en el caos del Universo a veces las cosas se ponen en su lugar de una forma rematadamente loca. Eso sí, si os gusta la serie agradecería que me lo explicarais en los comentarios. Que no me guste la serie no quiere decir que no esté interesada en comprender el fenómeno. Agradeceré vuestra colaboración.
Madre mía, Chuck Lorre también es el responsable de Mi identidad secreta. No me acordaba de esta serie.
Cuatro, sangre y arena.
Esta es la semana de renovación para Cuatro. A partir del miércoles ofrecerán un prime time sangriento, violento y sexual a más no poder con el estreno de Spartacus: sangre y arena y la emisión después de la segunda temporada de True Blood. No se les puede negar que es una apuesta arriesgada si repasamos los antecedentes.
Cuatro es la misma cadena que en 2009 emitió la primera temporada de True Blood y que acabó haciéndola desaparecer a horas intempestivas. Dexter no corrió mejor suerte y terminó emitiéndose a las dos de la mañana después de sus correspondientes cambios en parrilla. ¿Y qué me decís de Californication? La estrenaron directamente en el late night y con maratones de episodios. Mad Men se estrenó directamente a la una de la mañana después de los consiguientes episodios repetidos de House.
El argumento principal con el que se justificaron estas tropelías en el pasado fue que la audiencia no estaba preparada para este tipo de ficción pero la falacia cae por su propio peso porque algunas de las series mencionadas ni siquiera tuvieron su oportunidad en el prime time. Dicen que rectificar es de sabios y aunque no se han pronunciado respecto a esto, sí que parece que esta vez van a intentar «de verdad» que una serie de corte diferente consiga su hueco a una hora decente. No creo que en este tiempo haya cambiado su moralina sobre sus espectadores pero algo habrán aprendido del éxito de Los Tudor en La 1 el verano pasado (y hago hincapié en la palabra «verano» porque en lo que respecta a tele es un factor a tener en cuenta).
Esta misma noche habrá un adelanto de Spartacus: sangre y arena de dos minutos a las diez de la noche en todas las cadenas del grupo Telecinco (o familia, como les gusta llamarse a ellos). Supongo que entrará a lo bruto, por corte, pero servirá para poner sobre aviso a todos sus espectadores. Es una novedad respecto a tiempos pasados, claro, pero también tiene su explicación. Si miramos las audiencias del miércoles pasado vemos cómo, con un poco de esfuerzo, el grupo de Telecinco podría liderar la franja de la noche sin demasiados problemas, a poco que cuajase Spartacus y dando por supuesta la estabilidad de la mejoría de Hospital Central, de ahí este ímpetu renovado.
De todas maneras y por mucho ímpetu que le pongan, si no miman al espectador, cuidan los cortes publicitarios y todo lo demás, al final la serie va a sufrir los rigores del mando a distancia, como cualquier otra. ¿Serán capaces de reducir la publicidad y de respetar los tiempos de la serie? ¿Estará el espectador de Cuatro dispuesto a dejarse subyugar por una serie como Spartacus? Por lo menos no se podrá decir que esta vez Cuatro no lo ha intentado. Veremos cómo termina la historia.
Así es ‘El cuerpo del delito’
Anoche Fox lanzó el estreno mundial de El cuerpo del delito (Body of proof), una serie sobre una patóloga forense a lo «House», con mal carácter y muy independiente, pero cuyas malas maneras tienen un fundamento que se encargaron de explicarnos bien en el piloto. Qué poco misterio dejaron para más adelante, la verdad, y ésta es una de las cosas que menos me gustó de la propuesta. Además, al ser un piloto esperaba algo con más enganche pero no, el caso procedimental de turno no fue gran cosa y hubo varios elementos previsibles, incluido el elemento tan recurrente del deus ex machina, que es cuando a la patóloga se le aparece la resolución del caso como por arte de magia.
Adoro a Dana Delany desde Playa de China y a ella se lo perdono todo. En este caso no lo hace mal pero tampoco tiene margen para construir un personaje bombón. Hay muy poco lugar para la sorpresa y las situaciones más emocionalmente críticas están resueltas, desde el punto de vista de la realización, de una forma poco ambiciosa. En general, la serie está realizada de forma distante y fría. Eché de menos primeros planos y planos detalle que nos diesen una información extra a los espectadores.
No quiero pasarme de «ágorer«. La serie es entretenida y se deja ver pero desde mi punto de vista le falta algo de química, esa poción que es algo así como la fórmula de la Coca Cola. No sé si volveré a caer en sus garras porque las dinámicas entre personajes no me interesaron demasiado y cuesta engancharse a un procedimental en el que los personajes son sosos y los casos no son epatantes. Por lo menos a mí me cuesta, sobre todo si pienso en la cantidad de cosas que hay por ver.
Esto de los estrenos mundiales tiene su miga. Aún me acuerdo de The Listener, la serie de aquél que tenía el poder de escuchar los pensamientos. Se estrenó en todo el mundo antes que en Estados Unidos. Yo la vi en Fox. Cuando se estrenó allende los mares no llegó a completar la primera temporada. En aquel caso la serie era canadiense, aunque tenía su aire USA, y a mí no me gustó demasiado tampoco. Espero por Dana Delany que Body of proof corra mejor suerte. Esta vengadora en busca de su redención personal no creo que sea el personaje que ella merece, pero menos da una piedra.
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