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Solteros: el personaje fijo
Hasta llegar a series como Impares, protagonizada únicamente por solteros en busca del amor, la tele nos ha proporcionado grandes momentos de personajes adultos pertenecientes a un sector de la sociedad que ha ido adquiriendo protagonismo con el paso del tiempo. De ser unos solteros secundarios cascarrabias y malhumorados, su imagen ha ido mejorando en la tele a medida que aumentaba su valoración en la sociedad gracias a la importancia de su nivel de consumo. Hay enfoques para todos los gustos pero ya sea a través de la comedia pura, el sarcasmo o la tragicomedia, los solteros han ido ganando terreno en las ficciones y ahora, en este mundo globalizado que quiere llegar a todos, es difícil ver una serie que no incluya a uno, e incluso hay series en las que todos los protagonistas lo son.
Repartos corales de solteros: Apartamento para tres (1977), Seinfeld (1989), Friends (1994), o Sexo en Nueva York (1998). Obviamente, en estas series la soltería no era perpetúa y aparecían parejas con la misma velocidad con la que desaparecían, pero nos han dado algunos de los mejores solteros de la tele como Larry, el soltero crápula de Apartamento para tres, o Joey de Friends como el soltero inocente. Puestos a elegir personajes de estas series me quedo con dos.
George Constanza, ese miserable que se alegró mucho de que su futura mujer falleciese intoxicada por la goma de los sobres baratos de las invitaciones de boda que él había comprado al coste para ahorrarse dinero. En Seinfeld la búsqueda de pareja era algo natural, no iba orientada al matrimonio, y las parejas iban y venían, algunas con más permanencia que otras, pero la soltería no era un lastre. George, con su eterna insatisfacción vital, nunca estaba satisfecho con las parejas que conseguía y pocas veces conseguía que las relaciones llegasen a buen término. Se lo tenía merecido.
Mención aparte merece Sexo en Nueva York, serie que me gusta mucho pero a la que no le perdono el hecho de que al final la redención de las protagonistas llegase a través de la consecución de una pareja estable. De esta serie me quedo, cómo no, con el personaje de Samantha Jones, por su gracia para decir guarrerías y porque me parece que es uno de los personajes mejor construidos de la serie. Estereotípica como las demás, claro, pero con unas contradicciones mejor marcadas y explotadas que las otras.
Murphy Brown (1988), supuso toda una revolución. Esta periodista ex-alcohólica estaba dedicada por entero a su profesión, era una mujer moderna de la época y consiguió revolucionar el panorama en dos momentos clave del proceso vital del personaje: cuando fuma marihuana como tratamiento contra el cáncer de mama y cuando decidió ser madre soltera. Os recuerdo que estamos en los Ochenta y que en aquel entonces este tipo de cosas tan privadas eran consideradas tabús, sobre todo en el caso de las mujeres. Hacían unas promos diferentes.
Claro que voy a hablar de Cómo conocí a vuestra madre (2005). Dejarme a Barney en una lista así sería un crimen. No hay nada que pueda decir que no sepáis, sólo destacar el parecido de su personaje con Larry, el de Apartamento para tres.
Y quiero terminar con Brian, de ¿Qué hacemos con Brian? (2006). Brian me parece un soltero llorón, no me gusta nada. El conflicto que tiene no está mal, pero me parece que se cuenta de una manera poco atractiva, a excepción de alguna ex destacable. La alienación de todos los personajes de la serie se me hace cansina pero para gustos, los colores.
¿A quién me he dejado? ¿A Liz Lemon (30 Rock)? ¿A Chris Peterson (Búscate la vida)? Pues para eso están los comentarios, para que completéis la entrada con vuestras aportaciones.
Música de series: abogados
Las series de abogados han sido un continuo en mi vida de espectadora televisiva. Siempre me han gustado, a veces creo que más que las de médicos (están ahí, ahí), y su banda sonora siempre ha ido ligada de alguna manera a mis acontecimientos vitales. Como en las series nada es casual, a través de sus créditos podemos llegar a saber muchas cosas de la serie en sí. Aquí os dejo una selección de temas con los motivos que me han llevado a escogerlos. He intentado ser variada pero, claro, he tenido que hacer una criba importante.
Perry Mason (1957 – 1966). El tema es Park Avenue Beat, de Fred Steiner, y es uno de lo más reconocibles de la tele. Yo esta serie no la vi en su momento (no soy tan mayor, aún), pero la canción es mítica y esa intro, con Perry Mason sentado sólo en una sala de juicios, examinando pruebas y sonriendo, es un excelente resumen de la serie en sí, en la que éste abogado defensor de inocentes siempre terminaba encontrando al verdadero asesino.
Juzgado de guardia (1984 – 1992). Al ser de una comedia de situación estos créditos son menos narrativos pero el tema es un clásico de Jack Elliott que os puede sonar de un episodio de Padre de familia (el trece de la quinta temporada), donde Bill Clinton lo interpreta con el saxo. Ya sabéis, lo que no sale en Padre de familia, no existe.
Turno de oficio (1986 – 1987). La aportación española a la lista. He estado a punto de poner Anillos de oro, mítica, pero valorando los créditos me gustan más estos. La música es el Concierto para trompeta en Fa menor de Georg Philipp Telemann y encajaba a la perfección con el ambiente de la serie. San Antonio Mercero me perdone pero ¿no veis similitudes entre las cabeceras de Turno de oficio y Juzgado de guardia?
La ley de Los Ángeles (1986 – 1994). Éste es el componente sentimental de la lista. Esta serie y Canción triste de Hill Street las tengo vinculadas a ver la tele con mi padre, que no era muy amante del medio pero que disfrutaba mucho con ambas, cosa que a mí me hacía pensar que eran buenas. Nos sabíamos las sintonías de memoria y las cantábamos mucho.
Ally McBeal (1997 – 2002). Ésta no podía faltar de ninguna de las maneras. En esta serie la música era esencial porque servía para expresar los pensamientos y sentimientos de los personajes. En este sentido, la que hizo su agosto siendo el alter ego de Ally McBeal fue Vonda Shepard, que interpretó la gran mayoría de temas y tenía incluso apariciones en la serie, casi siempre sentada al teclado. Se puso muy de moda, demasiado diría yo. Tanto que yo siempre preferí los momentos de Barry White.
Y tenía que terminar pero me quedaban tres apuntadas y no sabía cuál elegir: ahí estaban El abogado (The practice) y Damages, pero finalmente la elegida ha sido:
The good wife (2009 – ). La secuencia de créditos dura apenas once segundos, no aparece hasta bien empezado el episodio y es capaz con unas imágenes congeladas y esos tonos de piano explicar todo el conflicto de la trama. La música, si no me equivoco, es de Chris Knox. Claro, no soy objetiva, Julianna Margulies y Josh Charles, sobre todo, me gustan mucho.
‘Parenthood’ y la mala programación
Estoy viendo Parenthood en Fox (sí, llevo mucho retraso), y estoy planteándome seriamente la opción de descargar la serie para verla en condiciones. ¿Me la recomendáis? Sé que puede parecer una pregunta absurda pero no, os la explico. Como decía, la estoy viendo en Fox y parece que me está gustando pero creo que me gustaría mucho más si no la hubiesen programado después de Modern Family, que ésta sí me gusta sin discusión.
Debe de ser que tengo poca facilidad adaptativa pero es que las series tienen muchos puntos en común pero los registros son totalmente diferentes. La comedia de Modern Family se asume bien pero pasar sin transición al drama de Parenthood (tragicomedia más bien), se me hace complicado. Familias atípicas en ambos casos, relaciones familiares complicadas, hermanos, nietos, hijos de rebote, primos…, ya sabéis a qué me refiero. En el concepto inicial son casi un calco. El abuelo dominante, hijos fracasados con hijos rebeldes, problemas de interacción social y escenas familiares con mucha ñoñería que lo ponen todo en su sitio. Quizá si emitiesen las series en días diferentes las disfrutaría más las dos.
Eso sí, Parenthood tiene grandes, enormes puntos a favor, que son los que me hacen querer verla en otras condiciones. Ahí está Craig T. Nelson, al que descubrí en El entrenador (1997). Aquella comedia me gustaba mucho y es una de las que hay que agradecer a las sesiones en abierto del desaparecido Canal +, si no recuerdo mal. En la serie está casado con la mítica Bonnie Bedelia. Lauren Graham me chifla cuando, como es el caso, hace de madre humana, como en Las chicas Gilmore, con ese toque permanente entre la alucinación y el desconcierto, equivocándose de forma recurrente. Pero es que también está Peter Krause y de él sólo puedo decir dos palabras: «Peter Krause». Soy fan total.
Respecto a los personajes, el que más me gusta es el de Crosby, el padre soltero interpretado por Dax Shepard. Es un personaje tierno, perdedor, que de repente se encuentra con la horma de su zapato. También destacable el conflicto de los Graham, el matrimonio perfecto con un niño medio autista que les rompe todo el equilibro. Lo que menos me gusta es esa manía que tienen últimamente las series de solucionarlo todo a modo clan. Será cosa de la crisis global y no lo digo en broma, parece que ahora a lo único que se puede recurrir es a la familia, y suelen ser familias nada tradicionales.
En fin, que por si habéis perdido el hilo os repito la pregunta. ¿Me busco la serie por otro lado? ¿Merece la pena darle un sitio especial o lo que he visto es lo que hay y no se le puede sacar más punta? Claro que estando Peter Krause no debería de albergar dudas pero hay tantas cosas para ver.
‘Los pilares de la tierra’, ni sí ni no
Antes que nada, mi enhorabuena a Cuatro por la gestión que hicieron de la publicidad en la emisión de Los pilares de la tierra. Apenas algún que otro parón intercalado (bien intercalado), y una pausa más larga, de unos diez minutos, antes de las doce de la noche. Estaba claro que esto no iba a ser como ver una serie en La 1 pero podría haber sido mucho peor (a los antecedentes me remito).
También quiero decir que no he leído la novela de Ken Follett (sí, soy de esas), así que mis reflexiones van a ser únicamente televisivas pero sois libres en los comentarios de dejar vuestras apreciaciones comparando el libro con la serie, si gustáis. Tuve en la universidad una asignatura de literatura comparada y me gustaba, pena que de los libros que yo he leído no se hagan series muy a menudo. Eso sí, no me pidáis que me ponga ahora con el tocho, que tengo muchos libros en cola.
Respecto a la serie en sí o, mejor dicho, respecto a los episodios de ayer (emitieron dos y la serie se compone de ocho), tengo que decir una cosa buena y otra mala. La buena: la excelente presentación de personajes y el ritmo narrativo sostenido. La mala: la falta de intensidad total, para mi gusto, que se traslucía en una frialdad excesiva. Quizá es que la abundancia de tópicos (amor, ambición, venganza, poder…), dificulta darle un tono general a la producción pero me acuerdo de clásicos como El nombre de la rosa (novela leída y película vista), y me parece que no hay color.
Los pilares de la tierra es exigente con el espectador, aunque no demasiado. Los espacios son demasiado sobrios y no llegan a convertirse en un personaje más. Los actores están bien pero sus papeles son muy estereotipados, demasiado planos para mi gusto. La historia es interesante, claro, pero nada que no se haya contado en otras ocasiones y, pese a ser una narración histórica, se queda en detalles muy superficiales. Estuve entretenida, sí, pero no me han quedado las ganas de saber más, como sí me pasa con Los Tudor, por ejemplo. El tema de la religión (la contraposición entre la fe y la Iglesia como institución), creo que podría dar más de sí, ser más apasionado.
En fin, que esta sensación destemplada es lo que me ha quedado de anoche. Eso y que los hijos de Tom, el albañil, son repelentes cada uno en su estilo: la niña porque parece una «happy flower» y el chaval porque odia sin remedio. Lo que decía, no hay términos medios.
Y por cierto, que anoche hice doblete en Cuatro, algo que no hacía desde tiempos inmemoriales, y también vi a Fernando Alonso en El hormiguero. ¿Me lo parece a mí o Pablo Motos estuvo comedido? Soy «talifan» de Alonso así que a ver qué decís. Anoche estuvo genial.
‘V’, la defenestración de un clásico
Hoy quiero comerme mis palabras tal y como Diana se comió la rata en los Ochenta. Para que sigáis el hilo, esta entrada es mi propia réplica a esta otra en la que, tras ver el piloto de V, me quedé más feliz que una perdiz y pensé que la serie podía ser un buen producto. El caso es que Cotillera profesional ya me avisó en los comentarios, pero he tenido que sufrirlo en mis carnes.
Después de andar detrás de la serie como vaca sin cencerro porque en TV3 la cambiaron de horario varias veces, al final he recalado en TNT donde la emiten a una hora potable para mí y ahí he caído del burro. Ayer vi el episodio titulado «Cielo rojo» (el doce de la primera temporada), en el que se tenía que descubrir todo: la cara oculta de Diana y el hijo lagarto de Ryan (el alter ego del entrañable Willie). Después de varios episodios lentos y pesados pensé que por fin en éste venía lo bueno, pero me equivoqué.
Mi primera conclusión es que en los Ochenta éramos unos animales. Diana comiéndose la rata o el hijo lagarto de Willie plagaron las carpetas gracias a las pegatinas que venían en la Teleindiscreta y demás. Fue un momento mítico que nos dejó a todos de piedra y aquello será recordado siempre, por los siglos de los siglos. Sería de esperar que en el siglo XXI se hiciera algo todavía más osado pero no, todo lo contrario: la Anna de ahora no se comió a ningún bicho ni descuartizo a un humano vivo ni siquiera, y del hijo de Ryan apenas vimos una especie de rabito mono que se le enredaba en el dedo. Nada que ver con esto.

Antes de que critiquéis la calidad del muñeco, tened en cuenta que la serie original es de 1983 y que en aquellos tiempos no estábamos acostumbrados a este tipo de cosas. Pero dejando de lado esta pataleta nostálgica, aunque con fundamento, V me parece que ha resultado ser mucho menos de lo que podría haber sido.
La serie es fría, no hay ningún tipo de emoción. Vale que los extraterrestres no tienen sentimientos, pero los humanos supuestamente sí. Hay una barrera enorme entre los personajes, sus angustias, y el espectador. Al menos a mí me parece que todo lo que sucede en la serie es banal, poco relevante, sin ningún tipo de tensión y carente de la chispa necesaria porque no se transmite angustia. Con el paso de los episodios esto ha ido a peor.
Lo que ha aumentado de forma exponencial son los cromas que nos escupen entornos totalmente artificiales y vacíos. Creo que hay pocas cosas peores que un croma que llama la atención porque eso anula su efecto y en el caso de V es así. En lugar de contextualizar a los personajes lo que hace es situarlos en medio de la nada, en estancias sin techo y paisajes forzados. Esto no me llamó la atención al principio así que no sé si es que habrán tenido problemas de presupuesto o qué, pero ahora no puedo dejar de salirme de la historia cada vez que veo un croma mal hecho.
V ha terminado siendo una serie sin identidad y mira que eso es difícil porque al ser una historia conocida podía haberse beneficiado de ello, pero no. No recuerdo ningún momento de la actual que vaya a pasar a la historia y de la legendaria os he puesto dos de los más impactantes. Debe de ser difícil hacer una adaptación de una serie con un carácter tan marcado pero eso se puede solventar imprimiendo carácter al producto nuevo, cosa que no han hecho. Vale que aún me quedan episodios por ver pero, qué queréis que os diga, es fácil ilusionarse con un producto pero cuando llega el chasco y con la cantidad de cosas que hay por ver, la decepción pesa mucho y se convierte en un lastre importante. Así las cosas, no sé si seguiré con V, la verdad. Los momentos de «¡¿pero esto qué es?!» son cada vez más frecuentes.
Emmy 2010: al César lo que es del César
Así ha empezado la entrega de los Emmy de este año. ¿Veis? De ahí sacan los guionistas sus ideas para la ceremonia de los Goya. Pero a lo que vamos. Como es tradición paso de trapitos, que es algo que no termino de dominar (mi gen femenino es recesivo), así que vamos con las impresiones de los premios. No todos podían ganar (perogrullada), yo tenía mis fijos inamovibles y también las opciones de repuesto (así cualquiera), de manera que estoy contenta (el que no se conforma es porque no quiere). Aunque no hayan ganado algunos de mis fetiches entiendo que los que les han arrebatado el premio lo han hecho con todas las de la ley así que no me he llevado ninguna sorpresa desagradable.
A modo de anécdota llamativa, Perdidos se ha despedido sin ganar nada, algo que muchos pensaban que no iba a pasar porque ahí estaban nominados y con papeletas Michael Emerson y Terry O’Quinn, pero ni ellos han podido con la evidencia. Estos premios, pienso yo, no deben de ser un homenaje y prefiero que se los hayan dado a actores, actrices y series en activo, antes que a proyectos ya terminados. Ya se llevarán el honorífico cuando les toque. Es cuestión de ser prácticos, estos premios en el fondo no son más que publicidad y qué publicidad necesita una serie que está terminada.
También se ha recrudecido el debate que intenta dilucidar qué es mejor, si la televisión por cable o la pública. Si los Emmy tenían que dar el veredicto, han preferido callarse. Es moderno decir que sólo se ven series de cable pero eso me recuerda al rechazo de las «españoladas» en el cine. En fin, que no le veo sentido. Que series buenas y malas las hay en todas partes. Obviamente el cable puede arriesgar más y se dirige a un público más concreto, pero en de pública nos han llegado grandes productos. No, no me mojo, no quiero, estos debates maniqueístas no me interesan para nada.
Y ya hablando de premios y concretando, lo voy a hacer corto para abreviar. Sólo comentaré lo que ha sido más relevante para mí. Eso sí, más abajo os dejo el enlace a la web oficial y, como siempre, en los comentarios podéis hablar de lo que queráis.
- Comedia: Jim Parsons (The big bang theory), como mejor actor principal ha dejado en la cuneta a mi adorado Steve Carell pero se lo perdono porque su personaje de enfermo de Asperger es lo mejor que he visto en la tele en mucho tiempo. Como mejor actriz Edie Falco (Nurse Jackie), no se lo podía creer, y para mí no se lo merece tanto como Toni Collette (United States of Tara). Eric Stonestreet (Modern family), ha superado a Neil Patrick Harris, que ha ganado como actor invitado en Glee, y eso es algo que no se le perdonará fácilmente pero, y aquí viene mi júbilo infinito, Jane Lynch (Glee), ha ganado y eso es «legendario». Modern family es la mejor comedia y, aunque me gusta, me parece discutible. Prefiero The Office.
- Drama: Mad Men gana otra vez y es que sigue siendo un drama casi perfecto. Kyra Sedgwick (The closer), ha ganado con merecimiento pero yo tengo debilidad por Julianna Margulies (The good wife). Me pongo a los pies de Bryan Cranston (Breaking bad), quien le iba a decir a él cuando interpretaba a Hal en Malcolm in the middle que terminaría triunfando en el drama. Además ha hecho doblete con Aaron Paul y es que Breaking bad es imperdible. Mi euforia se desata con el triunfo de Archie Panjabi (The good wife), que hace un tándem perfecto con Julianna Margulies. Las adoro a las dos.
Así que ya veis, alegrías generales que empañan algún que otro chasco. En la web oficial tenéis toda la información y os dejo el enlace al texto que escribí con motivo de las nominaciones. No he fallado tanto, ¿eh? Eso sí, me ahorro el tatuaje y es una pena, con la ilusión que me hacía. ¿Qué cuerpo se os ha quedado a vosotros después de la noche?








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