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Aquellos maravillosos años llega a los 80
No parece tener fin la idea de revisitar éxitos pasados y esta vez le ha tocado a Aquellos maravillosos años (1988 – 1993), una serie maravillosa como su título que supo analizar los cambios sociales y económicos de una época clave para los americanos, sí, pero también y de rebote para el resto del mundo.
En realidad Lost in ’80s (Perdido en los Ochenta), no es un spin-off, ni un remake, ni ninguna otra palabreja que se le parezca. Es más bien un «aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid», porque lo único que compartirá con la serie original será a Bob Brush, guionista de la serie primigenia al que le han encargado el piloto junto a Mitch Hurwitz (Arrested development, Las chicas de oro).
No hay muchas series que aprovechen el contexto histórico de los Ochenta para mostrar los cambios sociales, aunque el cine sí que ha encontrado en esto cantera y hay una verdadera colección de clásicos al respecto, la mayoría de ellos rodados en la época o poco después. Los anuncios también recuperan el momentos aprovechando que los que crecimos en aquella época hemos alcanzado el ansiado nivel adquisitivo necesario (al menos la mayoría). En nuestro país, no puedo dejar de recordar la serie Los Ochenta, con José Coronado, que fue un fiasco, lo mismo pasó con Gominolas, y en Cuéntame ya van por el triunfo de Adolfo Suárez, así que en poco tiempo, a lo sumo en la próxima temporada, tendrán que hacer frente a la época de la movida madrileña y demás.
Lo cierto es que de tanto oir hablar de la década, ya no sé qué es verdad y qué no de todo lo que se dice y la nostalgia se muestra como un arma de doble filo. Hemos visto tantas series de la época, de corte tan distinto, que yo diría que lo hemos visto casi todo, pero de todas maneras espero ansiosa la nueva propuesta, que tardará porque van a poner en marcha el piloto, porque no me canso de que me recuerden que crecí en la mejor época de todas.
Quequé en el Noche Hache de tarde
Parece que se confirma que será Quequé el que conducirá la versión vespertina de Noche Hache, después de que Cuatro cancelase el espacio en el late night por cuestiones de audiencia. Ojalé sea verdad porque en su web Quequé, después de terminar Noche Hache, decía que se iba de «año simpático«.
El estreno se anuncia para el quince de septiembre, antes del informativo, sobre las ocho de la tarde. Por lo visto, se barajó la posibilidad de enfrentarlo a Sé lo que hicisteis… pero en esa franja han apostado por lo seguro y han colocado un reality, esperando que funcione como Fama y mejor que Supermodelo.
Quequé tendrá que verse las caras con Pasapalabra, Gente y Ven a cenar conmigo, y en este panorama se presenta como una alternativa, como una oferta complementaria. Además, y de rebote, salimos ganando porque el Fifty Fifty de Silvia Jato de repente no tiene a nadie ni perrito que le ladre y entra en la categoría de programas que tendrán que intentar funcionar en otra franja, seguramente fin de semana, con lo que desgasta eso.
Tengo muchas esperanzas depositadas en este programa. Siempre me gustó Noche Hache pero sus horarios me resultaban prohibitivos. Y la sección de Quequé siempre me ha parecido muy divertida. De hecho, soy fan de Quequé desde que vi aquel monólogo suyo del perro (bendito Club de la Comedia). En fin, que espero que no rompan demasiado con el formato original y que las adaptaciones y los nuevos colaboradores sigan la línea anterior. Eso sí, el nombre está aún sin confirmar pero en Globomedia se refieren al espacio como Tarde Hache. No será verdad. Si el asunto es jugar con las letras de los nombres de los presentadores y con el horario yo propongo que se llame «Qué tarde se ha hecho».
La solvencia de algunas series clásicas
Leyendo este artículo de El País me he acordado de Lidia, que el otro día me comentaba que estuvo viendo Enredo (Soap) a las tantas de la mañana. Y parece que no fue la única. Por lo visto a determinadas horas las series clásicas, aunque no todas, son una excelente apuesta para las cadenas porque dan audiencias más que potables a cambio de importes poco elevados.
Con un perfil de audiencia muy cercano al del target comercial que comentábamos el otro día, series del año de la polca como Pipi Calzaslargas, Galáctica, estrella de combate, V o El príncipe de Bel-Air consiguen sentar frente a la tele a un buen montón de gente.
La nostalgia es un elemento con mucho tirón, pero además es que estas series no tienen la complejidad argumental de la mayoría de series actuales y no requieren un seguimiento exhaustivo. Es posible ver un capítulo de Juzgado de guardia sin necesidad de haber tenido que ver le serie entera.
Entre las que no triunfan se cita a Melrose Place, aquella ficción de los noventa llena de mala uva, y lo entiendo. Para empezar, no es una comedia. Cierto que V tampoco, pero el lado del culebrón entorpece un visionado esporádico y los capítulos son bastante más largos que los de una comedia de situación. Y qué caray, que la serie tuvo su momento y a mi me gustaba, pero no soporta un segundo visionado, en mi caso al menos.
Una que, según parece, aguanta el tirón es Verano Azul pero yo no me lo acabo de creer. Yo creo que con Verano azul pasa algo extraño. Es como una serie intocable y no se puede hablar mal de ella pero siendo realistas no creo que tenga sentido emitirla ahora, pero en este tipo de artículos sale una y otra vez. Eso sí, ninguna cadena se ha atrevido a programarla.
En cualquier caso, es cuestión de horarios, me parece a mí, porque hace un año Televisión Española creó un contenedor de serie clásicas para los viernes por la noche en el que prometían Las chicas de oro, Alf, Aquellos marvillosos años…, y la idea les duró un par de semanas. Después tuvieron que cancelar el experimento porque en prime time nadie se enganchó al asunto. Quizá si hubieran emitido las series de madrugada, como hace Cuatro, estarían haciendo palmas con las orejas por los fantásticos datos de audiencia.
Hugh Laurie y Uma Thurman, juntos
Yo creo que nunca se me hubiera podido ocurrir una pareja mejor. La campaña de un paquete de canales de Mediaset (Italia), nos trae unos spots bárbaros, divertidos. Nada que ver con aquel de la tónica y House, que a mí nunca me gustó demasiado. Hugh Laurie y Uma Thurman tienen química, él está bien pero es que ella está espléndida. Disfrutad.
Fuente: Es la tele
Telecinco paga por Remington Steele
Televisión Española estrenó Remington Steele en 1986, cuatro años después de que empezase a emitirse en la cadena americana NBC. A mediados de los noventa Telecinco empezó a emitir la serie otra vez pero sólo llegó a programar trece episodios porque la empresa que tenía en exclusiva los derechos de emisión y la distribuidora demandaron a la cadena. En 1997 salió la primera sentencia que condenaba a Telecinco a pagar 181.505 euros y la cadena apeló.
Ahora el Tribunal Supremo, once años después, ha confirmado la sentencia condenatoria pero ha reducido la indemnización a 31.252 euros porque la primera cifra se marcó como si la cadena hubiese emitido la temporada completa, y sólo se emitieron trece capítulos.
Ahora habrá que ver si esta es la única cuenta pendiente de Telecinco con el pasado o si el Tribunal Supremo va a empezar a resolver casos parecidos de aquellos tiempos, que no ha llovido ni nada desde entonces. Yo no recuerdo polémicas parecidas pero es que tampoco me acordaba de ésta.
Por otro lado, lo mejor de esta noticia es que me ha traído a la memoria una de mis series favoritas de todos los tiempos. Remington Steele era encantador, tierno, gracioso…, y Laura Holt era muy guapa y muy inteligente. Una pareja de detectives de los que ya no hay. La serie tenía un fundamento feminista radical porque Laura Holt, una detective, monta una agencia y le pone un nombre de hombre para allanarse el camino. Pierce Brosnan, un ladrón cinéfilo, es contratado por Laura para hacerse pasar por el jefe fantasma cuando la ocasión lo requiriese, y terminan trabajando juntos y coqueteando entre sí. Por cierto, tenían un secretaria que se llamaba Mildred y que me caía fatal.
Hace tiempo se rumoreó que se haría una adaptación al cine de la serie. Pierce Brosnan declinó la oferta de ejercer de protagonista porque se sentía viejo y la productora Irish Dreamtime, a pesar de la negativa, afirmó estar trabajando en la adaptación. Yo creo que, por suerte, aquello quedó en agua de borrajas, aunque ahora que parece que las series sirven más que nunca de inspiración al cine, con el nuevo resurgir de la franquicia Bond, quizá retomen el proyecto. Yo espero que no porque no hay cosa que más me fastidie que perviertan un clásico.
¿Alguien se acuerda del crossover entre Remington Steele y Luz de luna? Fue en el episodio nueve de la temporada tres. Qué cosas, ¿eh? Lo he encontrado mirando la IMDB.








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