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‘Aída’, cómo se fragua un falso especial
Desde noviembre del año pasado se viene hablando que Belén Esteban grabaría un capítulo de Aída, la serie que normalmente es sinónimo de éxito los domingos por la noche en Telecinco. Y digo normalmente porque Los protegidos en Antena 3 está dando la sorpresa y plantando cara mucho mejor que Doctor Mateo. Mientras se pensó que OT aguantaría los lunes por la noche, empezó a promocionarse la vuelta de Aída en domingo pero el cierre del reality ha retrasado una semana el estreno de la nueva temporada.
Es curioso que en todas las promos hablen de un «Especial Aída» cuando en realidad no es más que un capítulo ordinario con un cameo extraordinario (cuidado con los juegos de palabras maliciosos). Hasta Paco León manifestó en Twitter (ese arma que carga el diablo), su disconformidad por los cambios en la parrilla de la serie. Supuestamente para compensar eso le colocan al episodio la vitola de «especial», cuando en realidad no es tal.
Lo único que tiene de especial el capítulo, más allá de estrenar la novena temporada, es que aparece Belén Esteban pero, francamente, eso en Telecinco no es nada extraño. Por un lado, entiendo que el personaje pega en el ambiente del barrio y, de hecho, se interpretará a sí misma, por decirlo de alguna manera; por otro lado, es una de esas decisiones que no sé si benefician o perjudican a la ficción. Creo que Aída es una de las pocas series de Telecinco, junto con CSI, que mantiene espectadores que no son fieles de la cadena y la aparición de Belén Esteban parece más un reclamo para los seguidores de Sálvame, que no son necesariamente los mismos.
Claro, si estuviésemos hablando en puridad de ficción, si sólo entrase el factor de las series, podríamos llegar a alguna conclusión. Pasando todo esto en Telecinco no queda más que asumir que es una estrategia global empresarial que poco tiene que ver con la guionización de un capítulo. En realidad, todo lo que se emite en Telecinco está expuesto a ser «belenizado», por decirlo de alguna manera, en pro de los beneficios de la cadena y su gallina de los huevos de oro cuya función más importante es no dejar de poner huevos nunca.
El episodio que se emitirá esta semana, si el tiempo no lo impide, se grabó en diciembre. Ya se ha anunciado alguna que otra vez, se ha hablado de él hace tiempo en los programas de la cadena así que para volver a retomar el interés, después de los vaivenes, qué mejor que decir que es un especial. En fin, qué tiempos aquellos en los que yo veía Aída. Ahora me decanto por otras cosas. Con 7 vidas me pasó lo mismo.
Biopics, verosimilitud o verdad
Es curioso. Leo aquí que los biopics no autorizados suelen tener mejores índices de audiencia que los que se realizan con la colaboración de los allegados de los retratados. ¿Sabéis el dicho de que la realidad siempre supera la ficción? Pues en la tele, falla. La realidad de los familiares y amigos de la figura homenajeada en un biopic suele ser demasiado blanda. Ya sabéis a qué me refiero: en la tele hay que enseñar algo oscuro si no, no cuela.
Carmen Morales, que iba a interpretar a su madre, Rocío Dúrcal, en una TV Movie ha abandonado el proyecto porque, al parecer, no estaba conforme con el guión y con la imagen que se daba de su familia. Claro, si dejásemos que contase ella la historia resultaría todo demasiado empalagoso. Supongo que el truco está en añadir algo, pero tampoco mucho, de lo que se ha visto por los platós. En este sentido, ¿cuándo harán un biopic sobre Andrés Pajares? Ahí hay mucha tela que cortar.
Qué aburrida puede terminar siendo una historia de un personaje famoso si se cuenta sólo la versión autorizada. Por lo visto las audiencias saben de eso y las versiones autorizadas tienen menos espectadores que los biopics que se permiten ciertas licencias poéticas, por llamarlas de alguna manera. Estaba claro que en Felipe y Letizia no iban a tirar mano para el guion de ciertas leyendas urbanas que todos conocemos pero supieron solventar bien ese tabú que cubre parte de la historia de la Monarquía española. Y si a uno de estos biopics le sale una denuncia de la familia, miel sobre hojuelas. Dicen que Rosario y Lolita se enfadaron bastante cuando vieron Lola, la película y el biopic obtuvo unos resultados más que buenos.
Así que recordad esto cuando veáis una exitosa TV Movie nacional basada en algún personaje conocido. No se trata de que no sean fieles a la realidad sino más bien que aportan aquello que la familia no querría contar y eso, amigos, al fin y al cabo no es más que otro aspecto del deporte nacional: el cotilleo. Que conste, no me parece mal, al contrario, lo veo hasta comprensible. También espero que los responsables de los biopics sepan comprendernos a los espectadores si terminamos echándonos unas risas con el asunto. Vamos a tener oportunidades de sobra porque la tendencia a hacer este tipo de TV Movies no está aún agotada y en la presente temporada tendremos la oportunidad de disfrutar de las historias de Tita Cervera y Rocío Jurado, entre otras. Siendo mala diré que ardo en deseos de ver cómo retratan a Borja Thyssen, un personaje que me parece de lo más misterioso. Y éste regalo para Carmen Morales, que yo tenía el disco:
‘Buen agente’, buenas vibraciones
Por fin sabemos algo de Buen agente (la serie antes conocida como Cuatro puertas), y es que laSexta por fin se ha decidido a presentarla como está mandado, sin declaraciones a medias como hizo el señor Contreras hace unos meses. En fin, que para primavera tendremos en el prime time de manera semanal esta nueva comedia que ya tiene un juego de palabras incluido en el título.
Para empezar diré que la serie me apetece mucho porque tiene un reparto muy interesante y un planteamiento de los que me gustan. Los actores y actrices que la componen son: Antonio Molero (Los Serrano), Malena Alterio (Aquí no hay quien viva), Arturo Valls (Vaya tropa), Carmen Ruiz (Cuestión de sexo), Patricia Montero (Yo soy Bea), Raúl Fernández (El Internado), Itziar Lazkano (Vaya Semanita), María Isasi, Juan Antonio Lumbreras y los adolescentes Andrea Ros y Nacho Montes. De entre todos estos me interesan más que el resto Malena Alterio, Arturo Valls y Carmen Ruiz, tres ases de la comedia nacional. Sí, Valls, también, que a mí me hace gracia el hombre.
Por devenires de la historia todos estos personajes terminan compartiendo escalera y están unidos por diferentes grados de relación. Molero se separa de su mujer, Malena Alterio, y se va a vivir cerca de ella con dos mileuristas para intentar recuperarla. Valls es su amigo y psicólogo y en el mismo rellano viven su ex cuñado y su ex suegra. Un tótum revolútum que puede dar mucho de sí. En palabras de Arturo Valls:
«Somos unos personajes muy imbéciles, les pasan cosas absurdas y creo que vamos a empatizar muy bien con el público».
Bien, eso es lo que espero, personajes imbéciles y, como dicen, con guiones con claras referencias irónicas a la actualidad y con conflictos actuales. Sí, puede sonar a 7 vidas pero no me importa, 7 vidas me gustaba muchísimo. Cuarenta y cinco minutos por episodio me siguen pareciendo muchos minutos pero, qué le vamos a hacer, las cadenas no quieren bajarse de ese burro. Por otro lado, ya era hora de que laSexta se atreviese con ficción nacional en el prime time, aunque lo cierto es que en su momento salieron escarmentados. Es curioso, cuando el resto de cadenas parece que optan por ficciones de corte más histórico nos llega esta y, queráis que no, es un respiro. Veremos cómo avanza el proyecto porque estoy segura de que antes del estreno sabremos más cosas. Ya tengo curiosidad.
‘Homicidios’, la nueva serie clásica de Telecinco
Según leo aquí Telecinco se ha embarcado en una nueva serie policíaca. Eduardo Noriega será un detective que se basa en la inuición y en sus estudios sobre la conducta humana para resolver crímenes. Unirá sus capacidades a las de Celia Freijeiro, una policía convencional, para atrapar asesinos. Como trama transversal estará la persecución de un peligroso asesino en serie. Sí, claro, de buenas a primeras suena como El mentalista pero, qué queréis, no hay nada nuevo en la viña del señor.
Los procedimentales son el pan nuestro de cada día y son las series que más espectadores atraen, ya sea bajo la fórmula médica a lo House o con planteamientos más o menos convencionales como los de Bones, Dexter o Medium, sin olvidar a los abogados y a cualquier otro gremio que se precie. La tensión sexual no resuelta también es un tema recurrente desde tiempos ancestrales, ya sea como en Luz de luna, Expediente X, The good wife o Castle.
En la tele nacional las parejas de policías no han sido lo más tratado, siempre se ha tirado más por comisarías enteras por aquello de que, a más personajes, más tramas y más fácil es rellenar los sesenta minutos de rigor. También hace años de Brigada Central, de Policias o, más reciente, El comisario o Los hombres de Paco. Guardo buen recuerdo de Petra Delicado y de Hermanos y detectives, por ejemplo. Anillos de oro también me traía loca, aunque estos eran abogados. Desaparecida fue un excelente producto, la pena es que durase tan poco.
Así que sí, efectivamente Telecinco plantea con Homicidios una historia que en principio no parece nada nuevo bajo el sol pero, atención, ¿qué sería de El mentalista sin Patrick Jane? Si consiguen crear unos personajes atractivos e interesantes, con unos conflictos sólidos y contundentes, los casos episódicos serán menos importantes. No importará tanto si el caso en cuestión es difícil, sino cómo lo resuelvan. Esto no es algo difícil de saber así que éste es el planteamiento que espero y que, por qué no decirlo, me apetece. Entre tanta serie nacional de época se agradece de vez en cuando un planteamiento clásico, la verdad, que la gracia de la tele está en que haya de todo.
Cuestión a parte es saber si Eduardo Noriega podrá hacer creíble un personaje de esas características. Yo diría que sí y me hace ilusión que se haya decidido por fin por la tele. Ya estábamos algo saturados del guaperas Coronado para estas cosas. Noriega no tiene que demostrar nada, en el cine ha hecho de todo, así que lo único que le queda es que le den un bombón de personaje televisivo con el que pueda disfrutar, y nosotros que lo veamos. No, el anuncio en el que supuestamente se le ve el culo no cuenta, que os conozco.
La ficción en la ficción
Sigue soñando (Dream on, 1990 – 1996), es la serie que a todos se nos viene a la cabeza cuando pensamos en series que contienen ficción. La querencia del personaje por la tele hace inevitable la asociación mental pero hay otros exponentes que llegaron después y de una manera distinta, mucho menos inocente, claro, pero con mucha más intencionalidad.
Joey Tribbiani en Friends. Aunque me habría gustado ilustrar su papel con una secuencia de Los días de nuestra vida, la telenovela que protagonizó el personaje en Friends, la cosa ha sido como buscar una aguja en un pajar. No obstante, y por suerte, Joey en Friends hizo teatro, publicidad, participó en concursos y hasta pudimos verle con Ellen. Creo que es la mejor muestra de ficción en la ficción.
Sick sad world («Mundo triste y enfermo», Daria, 1997 – 2001). Éste es el informativo sensacionalista por antonomasia que podía verse en la mayoría de los episodios de Daria, una serie de la MTV en la que se reflejaba la podredumbre de una sociedad encarnada en la vida de una adolescente inadaptada. Una de mis series favoritas.
Hospital General (1972 – 1979), en House. Éste es el culebrón que mantiene enganchando al doctor House, sobre todo en sus primeras temporadas. A los espectadores del resto del mundo no nos dice demasiado pero tuvo bastante éxito en Estados Unidos. Tiene su gracia que un médico vea una serie de médicos.
The Girlie Show en 30 Rock. El personaje de Jenna Maloney, insegura por naturaleza, ve como su mundo se tambalea cuando la cadena contrata a otra estrella para el show, el gran Tracy Jordan, que le roba el protagonismo. Entre todos los personajes montan los programas televisivos más sui géneris que he visto en mucho tiempo.
Tricia Takanawa en Padre de Familia. La gran Tricia destaca en el panorama porque, a pesar de trabajar en el desastroso Canal 5 de Quahog, es una reportera seria y profesional, siempre al pie de la noticia y que se toma muy en serio su trabajo. Nada que ver con los presentadores del informativo, Tom y Diane, que son el ejemplo claro de periodistas desganados y morbosos. Lo mismo podríamos decir de Ken Brodman (Los Simpson), otro periodista al que le gusta la sangre y el escándalo sensacionalista.
¿Qué pensáis? ¿Entraría Murphy Brown en la categoría? ¿Os acordáis de algún ejemplo más?








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