Posts filed under ‘Cuatro’
‘La isla de los nominados’ a la conquista el prime time
Mucho se ha hecho esperar La isla de los nominados, la nueva serie de Luis Guridi para Cuatro que llegó a situarse en Telecinco gracias a las malas lenguas. Finalmente se estrenará el lunes 5 de julio a las diez y media de la noche en un formato de seis miniepisodios diarios. No me digáis que no es un horario extraño para una tira de ficción de estas características, pero cosas más raras se han visto y el verano es época de disloques así que puede pasar cualquier cosa.
Dice Guridi que en La isla de los nominados no habrá humor inteligente. Si acaso, escatología. Está contento con la imagen de su proyecto y, cómo no, de los actores a los que ha conseguido fichar. Tiene a Carlos Areces, a Arturo Valls, a César Sarachu y que espera traerse a Luis Varela en cuanto pueda (o si le dejan, añadiría yo). Entre las actrices el toque friki lo aporta Josele Román, que tiene entre su filmografía la película La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona, por citar alguna.
El planteamiento de la serie es a lo Dead set, pero en cachondeo. Los concursantes de un reality son los últimos supervivientes de la tierra, aunque ellos no lo saben. Sinceramente, viendo las promos no sé bien qué esperar de la serie pero confío en Guridi, no me queda otra. Hasta ahora lo que nos han enseñado no nos permite hacernos una idea de qué vamos a ver porque hay que tener en cuenta las contradicciones. Guridi dice que no es una parodia de Supervivientes, pero cualquiera lo diría. Afirma que la serie va a reflejar lo miserable que es el ser humano y eso pega con él porque, de hecho, eso es lo que nos mostraba en Camera Café. A diferencia de Camera Café, La isla de los nominados es un proyecto de Luis Guridi, no una adaptación, y aunque los paralelismos saltan a la vista en este caso se ve liberado del yugo del plano único, de la localización única y del pago de los derechos de adaptación, que son los que realmente terminaron con Camera Café y dieron lugar a la fugaz Fibrilando.
No sé si Guridi estará cansado de que se le mencione Camera Café, pero yo creo que es inevitable. También me gustaría saber cómo le sentó la fusión entre Cuatro y Telecinco porque si él se fue de Telecinco sería por algo. En fin, que ya sabemos que los caminos de la televisión son inescrutables y ahora tiene que levantar una serie desde cero a las órdenes de los mismos. Eso sí, han empezado bien y no le han programado en el fin de semana, como hicieron en Telecinco, que eso es sentencia de muerte. Pero ese horario de las diez y media de la noche me escama. A esas horas el resto de ofertas ya están empezadas y la batalla puede ser dura.
En cualquier caso el lunes es el primer asalto y no me lo pienso perder. Ojalá sea ésta una serie que recordemos para bien durante mucho tiempo y espero que el nombre no sea premonitorio, les nominen, y tengan que dejar su isla antes de tiempo.
Famosos «de verdad» a troche y moche: vuelve el glamour
¿Os acordáis de ese fantástico programa de laSexta que se llamaba Planeta Finito? Pues cualquier parecido con las ofertas que se preparan ahora es pura coincidencia. Después del reinado de los famosos advenedizos, salidos de realities o que han alcanzado la popularidad por la vía poco ortodoxa de contar sus intimidades en plató, los famosos de toda la vida parecen decididos a recuperar el terreno perdido y saltan de la sobriedad de Corazón, corazón, para instalarse en los formatos más actuales. Nos vamos a hartar de verle la jeta a la jet-set. Marbella ya no es lo que era pero han encontrado otros lugares que nos quieren enseñar.
Según la noticia, con la nueva oferta va a ocurrir lo mismo que ha pasado otras veces: el ataque de los clones. Y son Telecinco y Cuatro, fusionadas, las que quieren dominar el mercado. Pobres los de Antena 3, que se vuelven a quedar rezagados. Cuatro va a estrenar algo que por ahora se llama Viajeros de lujo y que no es otra cosa que su Callejeros Viajeros pero con personajes de alta alcurnia que enseñarán su ciudad favorita, incluyendo los lugares más VIP. En Telecinco están haciendo lo que llaman con guasa Callejeros Deluxe (no es el nombre oficial ni definitivo), que será conducido por Carmen Lomana y que mostrará los lugares más selectos que hay repartidos por el mundo. Por su parte, Javier Sardá está pendiente de que se estrene su Infiltrados, donde recoge las experiencias de españoles conocidos en otras partes del mundo.
Yo sólo tengo una pregunta: ¿por qué? ¿Es cosa de la crisis? ¿Ya no interesan programas que nos enseñen sitios a los que podamos tener acceso? A mí me gustaba mucho Los escapistas (AXN), en él cuatro humoristas iban de mochileros un fin de semana a ciudades de Europa con un presupuesto limitado a trescientos euros por persona. Planeta finito también me gustaba mucho. Luego aparecieron en laSexta las idas de olla de Pocholo y Arantxa Bonete, que ya me la trajeron bastante al fresco. Los lugares han dejado de ser importantes para que brillen los personajes que los enseñan y esto no me hace ninguna gracia.
Por otro lado, ¿se habrá terminado el reinado de los famosos de segunda? No me lo creo. Pero sí que parece que los famosos «de verdad» van a rellenar huecos y que si lo hacen es que hay un nuevo enfoque que desde mi punto de vista supone un paso atrás, una vuelta a la Marbella de Gil y a todos esos personajes que tenían una vida alejada de la de los simples mortales. Claro, será que vende, pero ¿qué hacemos los que no tragamos estas cosas? Tanta TDT y tanta historia para que al final la oferta sea cada vez más limitada y uniforme. Muchas cadenas y una sola forma de hacer televisión. Qué pena y qué desperdicio.
‘Fama Revolution’, lo nuevo de Telecinco en Cuatro
Si vamos a tener Fama Revolution, ¿significa eso que entes existieron Fama y Fama Reloaded? Desde el nuevo nombre del programa hasta la promo las referencias a Matrix son ineludibles. Esperemos que se queden ahí y no vayan más allá con las metáforas porque no soportaría con elegancia que nadie me tocase la trilogía de Matrix. Supongo que, como siempre, es cuestión de lenguaje y de comunicación y ése es uno de los departamentos más sanos de Cuatro.
Pero al lío. Paula Vázquez ha avanzado algunas de las novedades de Fama Revolution y me han hecho pensar y estremecerme, todo al mismo tiempo.
- Los casting van a incluir «pruebas transgresoras». Esto es: van a intentar que la emisión de los casting tenga audiencia ya de por sí, cosa que no han conseguido en ediciones anteriores porque este tipo de espacios están más quemados que la moto de un hippie. Todos preparados para ver a gente jugándose el pellejo.
- La mecánica del concurso será diferente. Me resulta chocante porque hasta donde yo sé, la mecánica de las ediciones anteriores ha sido cualquier cosa menos mecánica y ha cambiado varias veces. ¿Qué más pueden cambiar?
- Van a intentar que los espectadores se queden mejor con las caras de los concursantes. Es decir, seguirá habiendo rotación así que, ¿cómo conseguirán que el público se familiarice con ellos? Los de Telecinco saben hacer esto bien y no quiero mirar a nadie pero esto huele a consecuencias de la fusión y a la mano de la cadena amiga haciendo de las suyas en el nuevo terreno conquistado.
- El programa tiene previsto emitirse de septiembre a junio. Sí, sí, de septiembre de 2010 a junio de 2011. ¿No queríais caldo? Pues dos tazas. Esto para los fans tiene que ser miel sobre hojuelas pero atención, que nadie pase por alto la palabra «previsto». No se pillan los dedos. Como no les funcione lo finiquitan y adiós muy buenas.
Después de todo esto, yo tengo un par de preguntas: ¿conseguirán mejorar la realización? Eso sí que sería una revolución porque gran parte de la culpa de que yo no siga el concurso son esos bailes incesantes de cámara, esos planos al vacío, esos desenfoques, esos técnicos colándose en el plano, Paula Vázquez mirando la cámara que no es…,. Supongo que debe de ser complicado realizar un programa de estas características, sobre todo en los momentos en los que está en acción todo el grupo, pero eso se arreglaría con vídeos editados. Tanta devoción por el directo les hace cometer demasiados errores.
Y la segunda pregunta: ¿qué va a ser de Tonterías las justas? El programa de Florentino Fernández tiene ahora mismo una espada de Damocles balanceándose sobre su cabeza. En estos momentos ocupan el lugar natural de Fama y sus audiencias no son lo suficientemente relevantes como para que puedan defender su posición. Queda la opción de que les retrasen el horario y eso no sé si tendría sentido porque perderían su franja e irían a parar a la tierra en la que la competencia es aún más leonina. Y sin querer ser agorera, a estas alturas no se ha confirmado oficialmente que el programa vaya a seguir en septiembre. ¿Será Flo la primera víctima de las circunstancias de la fusión?
Consecuencia de todo lo anterior: tengo curiosidad por ver si seguirá siendo el reallity blanco que siempre han dicho que es o si finalmente se han pasado al enemigo en el todo por la audiencia. A partir de septiembre, todas las respuestas.
’21 días’: Adela Úcar se presenta en sociedad
Adela Úcar, la nueva reportera de 21 días, se presentó anoche en sociedad, literalmente, plantada en un «photocall» y de punta en blanco. A Samanta Villar, en su despedida, le tocó jugar el papel de mala y dedicarse a correr cual paparazzi a la caza de famosos. No creo que sea casualidad, en la tele pocas cosas lo son, y me parece una buena idea que le dejasen a la nueva la parte amable para congraciarla con la audiencia de buenas a primeras.
Como ya sabréis, nunca me ha gustado el papel que ha representado Samanta Villar, nunca he terminado de creérmelo, y en ese sentido creo que Adela Úcar tiene más puntos. Me pareció más natural, más espontánea y menos seca. Habrá que verla, claro, en condiciones de extrema dureza porque, aunque por su trayectoria profesional esté más que acostumbrada a eso, no hay que perder de vista que tiene que mantener el papel idóneo en cada entrega del programa. Por ahora, en el programa de anoche de los famosos, demostró sentido del humor, simpatía y sentido crítico a la vez. Nunca tuve la sensación de que se pasaba de lista o de que juzgaba a los protagonistas del programa con dureza y es precisamente ese cambio de estilo el que puede mantenerla en el programa más allá de la sombra de Samanta Villar.
Éste es el ejemplo perfecto para comprobar si lo que funcionaba de 21 días era el formato en sí o el tirón de la reportera presentadora. Yo creo que han sido listos y han mantenido el formato tal cual para no marear a los espectadores con demasiados cambios. Las diferencias entre reporteras son evidentes pero no lo suficiente como para producir rechazo en la audiencia. El cambio es sutil y digerible, incluso agradable diría yo. Así que si esta segunda etapa de 21 días no funciona habrá que buscar las causas más allá de lo evidente. No creo que pase y a estas horas aún no se han publicado las audiencias por lo que esto es hablar a ciegas, pero creo que el cambio puede refrescar el formato y beneficiarse de los nuevos aires que trae Adela Úcar. Su mejor baza, ser ella misma y no imitar a Samanta Villar. No por nada personal; sólo lo digo porque los espectadores suelen sentir rechazo ante las imitaciones forzadas. Según lo visto en el programa de ayer, Adela Úcar va por el buen camino.
El programa en sí de anoche para mí no tuvo demasiado interés pero entiendo que el tema del corazón, sus entresijos, interesa a muchos espectadores y por eso su elección me pareció acertada. Creo que resultó algo superficial en el sentido de que dejaron sin tocar las medias tintas, los montajes, las fotos en los cajones, el juego de los famosos con la prensa…, pero es que no era ese el objetivo y lo comprendo. El objetivo era situar a Adela Úcar en el punto de mira de los espectadores y eso lo consiguieron. Pedirles un reportaje de investigación puro y duro sobre el tema sería pedir demasiado en una entrega de transición. Veremos si en posteriores programas vuelven las implicaciones más duras en los temas.
Y por cierto, anoche se estrenó en Antena 3 Operación Momotombo, un reality con ni-nis metidos a cooperantes en el extranjero y tutelados por Julio Salinas. No lo vi ni haciendo zapping y no les deseo la mejor de las suertes porque no me gusta el planteamiento, pero si alguien vio algo agradecería una reseña en los comentarios. A mí es que el médico me ha dicho que tengo que cuidar mi equilibrio televisivo si no quiero terminar más quemada que la moto de hippie.
‘FlashForward’, un final de pena
Hay cosas que nunca dejarán de sorprenderme en la ficción. Dando por supuesto lo complicado que puede ponerse todo, lo difícil que es escribir pensando en que la serie está cancelada, el reto que supone cerrar tramas…,. Todo eso está muy bien, pero en FlashForward han conseguido dejarme con un palmo de narices. Aviso de los spoilers para los que no queráis seguir leyendo.
Ya os he hablado en otras ocasiones de mi relación de amor-odio con esta serie. En resumen: el piloto me gustó; el desarrollo me aburría; tras el parón para mejorar tramas me volví a enganchar; la serie se canceló pero se le concedió la posibilidad de terminar la serie; y el final que he visto esta semana ha sido lo más decepcionante que he visto en mucho tiempo. Vamos, que sabían que la serie no iba a tener continuidad y a pesar de eso se marcaron un final conservador, poco espectacular, nada impactante y, sobre todo, feliz. Toda una temporada luchando contrareloj con el flashforward, con sus consecuencias, con sus posibilidades…, para terminar con un «más de lo mismo».
Personajes atormentados por sus decisiones que en el último episodio se cambian la camisa y se convierten en héroes. Desconfianzas que de repente desaparecen, negaciones que se convierten en afirmaciones, tramas resueltas con un dramatismo de todo a cien (como la de Aaron y su hija en Irak). En fin, un giro de guión en el último episodio que nos habla, más que de sorpresa, de falta de coherencia. Y la palma se la lleva Benford, claro, que consigue cambiar su flashforward pero no sale a tiempo del edificio antes de la explosión y del segundo desvanecimiento. Tanta historia con Simon y Lloyd para que al final ni descubran las fórmulas ni puedan parar nada. Y el final de acabose con Charlie, la hija de Benford, diciendo: «Le han encontrado» en su segundo flashforward. Me pregunto si había alguna directriz que dijese que no podía morir nadie.
Ya imagino que con la serie cancelada no podían hacer un desvanecimiento tan espectacular como el primero, de acuerdo, pero la solución esa de las radios y teles de medio mundo avisando a la población me pareció pobre, muy pobre. Y los nuevos flashforward encadenados de los personajes como informando de lo que pasó después, a modo de cuento, también me pareció una solución baratera. ¿Qué habría hecho yo? No habría parado la máquina, en eso estoy de acuerdo, pero Simon podría haberlo convertido todo en un flashback con sólo apretar una tecla y por lo menos la conclusión habría sido más sorprendente.
Lo que realmente me enfada de este final es que teniendo todo el tiempo una trama sólida de ciencia ficción, se hayan inclinado por un final dramático al uso, muy poco especial y sobre todo irrelevante. Pero qué le vamos a hacer, nunca llueve a gusto de todos. Mi más sentido pésame por el final de la serie que si bien no ha resultado ser el éxito que todos esperaban, yo creo que ha aportado cosas interesantes. Es atrevido que jueguen con la doble moral del FBI y la CIA, que cuestionen los tratamientos en los centros de salud mental y que se ponga de manifiesto el poder de las mafias por el control de las mentalidades. Son temas que podrían extrapolarse a nuestra realidad más cotidiana. Pero creo que la serie ha tenido demasiados héroes y unos malos bastante mediocres, y eso no hay ciencia ficción que lo sostenga.
‘House’, la complejidad de las tramas
Pues ya he visto la sexta temporada de House y atención, la entrada viene con spoilers, así que si no la has visto, es mejor que te vayas con la música a otra parte.
Lo que desde mi punto diferencia esta temporada de otras es la abundancia de tramas externas al propio hospital. Seguimos teniendo esos pacientes interesantes y esos casos que se resuelven con un deus ex machina, pero además han desfilado un buen montón de secundarios que han alborotado la vida personal de los médicos, algo que hasta ahora no se había hecho demasiado evidente. Si os fijáis, en esta sexta temporada cada oveja ha tenido su pareja, con mayor o menor suerte, y siempre con House como elemento catalizador de los conflictos.
Que el hospital haya salido del hospital es un planteamiento que ya se manifestó desde el capítulo doble del inicio de la temporada, «Broken», ése en el que House amanecía en un psiquiátrico. Mucho ha llovido desde entonces, pero en aquel piloto ya quedaban claras las intenciones de los guionistas de darle más aire a una serie que se ahogaba en los procedimientos rutinarios del Princeton Plainsboro. Esta salida del hospital, no obstante, siempre ha estado de alguna manera enlazada con los personajes principales y los guionistas han sabido llevarnos de acá para allá pero sin olvidar la verdadera esencia de la serie, la influencia de los casos médicos en la vida del equipo, cosa que ha llegado a su punto máximo en el final de la temporada. Hasta la reciente reaparición de Alvie fue un golpe maestro que nos recordaba los inicios de la temporada. También reapareció el doctor Nolan (qué pena que no haya tenido más continuidad). Ya puestos, no habría estado mal que volviesen a traer a Franka Potente. Eso sí que habría sido un giro.
Me ha gustado mucho esta temporada porque no han ahorrado en dilemas morales (sin duda el caso Dibala y sus consecuencias es el máximo exponente de esto), ha sido una temporada que nos ha hablado de la soledad (todos los personajes terminan de alguna manera empezando de nuevo, para bien o para mal), y sobre todo hemos conocido más a House, un hombre bueno en el fondo, que diría Wilson. Tras el tratamiento y su posterior incorporación al hospital, House ha seguido siendo el tipo destructivo de siempre pero como para él el fin justifica los medios, sus objetivos han sido algo más loables. Sus picos de egoísmo, sobre todo con Wilson y Sam, sólo han conseguido convertirlo en más humano y prepararlo para el final.
Todo ha tenido sentido en el final de temporada, hasta la aparición del hermano de Foreman, que ha conseguido, House mediante, que Foreman abra una parcela de su vida. Chase y Cameron terminan como el rosario de la aurora pero era lo esperable (las tensiones sexuales resueltas dejan de ser interesantes). Taub se refugia en su matrimonio vulgar y corriente. Trece muestra síntomas de su enfermedad. Wilson consigue pareja estable. Y House y Cuddy se encuentran por al final de un emotivo último capítulo de temporada en el que House habla por primera vez de su discapacidad con total sinceridad y se derrumba con la muerte de una paciente. Todos los círculos se han ido cerrando, cada uno a su tiempo, y creo que ha sido una sabia decisión dejar para el final de temporada el círculo de House y Cuddy. Si lo hubiesen resuelto todo en el último episodios habría sido un caos y la temporada completa habría sido muy irregular. En la parte negativa, los episodios dedicados a los personajes con menos seguidores pueden haberles resultado superficiales a algunos, pero yo creo que todo encaja en el rompecabezas.
Y ahora toca esperar a ver qué pasará en la próxima temporada. Estoy impaciente porque la relación entre House y Cuddy puede revolucionar la serie o terminar con ella. Las tensiones sexuales resueltas suelen ser un lastre, pero también es cierto que House no hay más que uno. ¿Y qué opinará Wilson de todo esto? ¿Y Lucas? Me cae muy mal el personaje de Lucas. En fin, que para mí esta temporada ha sido mucho más interesante que la cuarta y la quinta, a pesar de Amber. Siento que en cierta manera han tomado buenas decisiones y espero que sigan así.
Por cierto, que tengo pendiente hablar del final de FlashForward, pero aún estoy asumiendo la debacle.








Comentarios recientes