Posts tagged ‘Parejas inverosímiles’
Ana Rosa y María Teresa: la batalla final
La despedida de temporada de El programa de Ana Rosa ha dejado en el aire una cuestiónde lo más espinosa: el supuesto idilio profesional entre Ana Rosa Quintana y María Teresa Campos, que podrían ver fundidos sus destinos por primera vez a partir de septiembre si todo encaja como a Telecinco le gustaría.
Aquí afirman sin pudor que a partir de septiembre La mirada crítica desaparecerá definitivamente de la parrilla merced a una ampliación de horario de El programa de Ana Rosa, que pretendería neutralizar así la pujanza de la oferta de Antena 3. Si esto sucediera, María Teresa Campos habría sido la responsable de darle la puntilla a uno de los últimos reductos informativos de calidad de Telecinco y que Vicente Vallés dejó en mucho mejor estado de salud.
Aquí especulan directamente con la posibilidad de que la Campos pasará a ser colaboradora en el programa de Quintana a pesar de que es una opción que Cuarzo no ha valorado y de que María Teresa Campos con quien tiene contrato en vigor durante dos años más en con Telecinco. Esta hipótesis la dejaron ellas abierta en su último tanteo público (en el vídeo, a partir del minuto 4’30).
Muchas cosas tienen que cuadrarse para que se termine escenificando el final de esta guerra mediática que se arrastra desde tiempos inmemoriales: para Telecinco supondría desperdiciar dos pesos pesados en un mismo espacio aunque eso podría significar un empujón a El programa de Ana Rosa, al que la competencia le pisa los talones; Ana Rosa Quintana, a través de Cuarzo, su productora, tendría que aceptar darle minutos propios a su eterna competidora, que podría dar la sorpresa renaciendo de sus cenizas y sería una amenaza ya que habría metido a la enemiga en casa; y María Teresa Campos tendría que hacer de tripas corazón, asumir su estado actual de reina destronada y aceptar la limosna de un espacio a la sombra de la rival, algo que para alguien con mucho orgullo, y no miro a nadie, podría ser vivido como «rebajarse».
Ante semejante panorama se hace necesaria una figura mediadora. Yo buscaría a alguien de la ONU con experiencia en resolver conflictos internacionales para lidiar con semejante batalla de egos. Todo esto, por supuesto, no implica que Telecinco acierte con la propuesta al darle tiempo a una y reducir el programa de la otra a una presunta sección, si es que la Campos acepta. En cualquier caso, lo único que me viene a la mente ahora es una reminiscencia de un videojuego al que le dediqué muchas horas hace un tiempo así que sólo puedo decir: ¡Fight!
Ñoñerías del Siglo XX: La bella y la bestia
Pues sí señores, sí, yo veía La bella y la bestia en Canal 9, y me gustaba. La serie es de 1987 y contaba una historia de amor imposible aderezada con una subtrama detectivesca. La bella, Catherine (Linda Hamilton), era abogada, y tenía un relación extraña con la bestia, Vincent (Ron Perlman), porque aunque estaban enamorados había demasiadas cosas que se interponían entre ellos. La más evidente, que la bestia vivía en el subsuelo de Nueva York, en un mundo paralelo habitado por seres humanos que habían decidido huir de la maldad de la sociedad. Catherine se pasó toda la serie dudando entre bajarse a las catacumbas definitivamente o no. Yo, sin dudarlo, me habría dejado seducir por ese extraño mundo que mezclaba lo arcaico y lo filosófico.
El creador de la serie fue Ron Koslow, hombre que ahora nos martiriza con Moonlight (esa funesta serie de vampiros que emite La Sexta). La bella y la bestia sólo tuvo tres temporadas y se canceló por su baja audiencia. La puntilla fue el abandono de Linda Hamilton después de la segunda temporada. No obstante, pese a este carácter efímero, la serie me marcó profundamente y me quedé prendada de los dos protagonistas.
Ron Perlman, pese a ser más feo que pegarle a un padre (o quizá por eso), ha tenido trabajo durante todo este tiempo y ha participado en todo tipo de producciones. Pero si hay una interpretación suya que lo elevó a mi categoría particular de mito es la del gran Salvatore en El nombre de la rosa.
Linda Hamilton no ha trabajado tanto, en su caso ser guapa no ha sido suficiente, pero después de verla interpretando a una lánguida recalcitrante para mí fue un shock encontrármela luciendo fibra en una de las obras cumbre del cine del siglo pasado. Fue una Sarah Connor perfecta en Terminator y su metamorfosis en la segunda parte de la saga me dejó patidifusa.
Es increíble cómo series de este tipo, menores a más no poder, han adquirido con el tiempo el rótulo de «de culto». He descubierto que La bella y la bestia tiene clubs de fans y demás parafernalia. Y yo que pensaba que mi adicción a este serie era algo rara…,. Está claro que siempre hay un roto para un descosido.
Vaya par de gemelas
Que no, que no, que no voy a hablar de las gemelas de Pekín Express, ni de Lina Morgan, voy a hablar de un híbrido entre las dos cosas, entre el reality y la revista, el próximo culebrón de Telecinco que ya andan promocionando y que se llamará Mi gemela es hija única, basada en la telenovela chilena Amores de mercado y que se fundamenta en el recurso último y más socorrido de los gemelos: en un intercambio de identidades.
En la web de Telecinco donde hablan del asunto subrayan los componentes de «amor y enredo en una serie de enfoque femenino». Lo que yo os diga, como Vaya par de gemelas. Dos chicas separadas al nacer y criadas en entornos sociales totalmente diferentes. Una historia de las que no hay, novedosa a más no poder. Viendo a las protagonistas, que no se parecen en nada, una empieza a dudar de antemano de las posibilidades de la serie. ¿Se intercambian las identitdades? ¿Y nadie se da cuenta?
Coincide este inicio de la promoción con el anuncio de la celebración del capítulo 600 de Yo soy Bea, que contará con la presencia de Boris Izaguirre y se emitirá el 16 de diciembre, y como bien se pregunta mi compañera Marta, habrá que ver si Mi gemela es hija única viene a sustituir a la Bea porque de lo que no hay duda es de que las series se parecen tanto que hasta comparten productora.
Parece que Telecinco no está dispuesta a abandonar el intento de volver a reproducir los éxitos que tuvo con Yo soy Bea. La pena para ellos es que hayan cerrado el reparto de la serie antes de saber lo de las gemelas de Pekín Express porque estoy segura de que con algo más de tiempo habrían intentado ficharlas para protagonizar la serie. No es tan descabellado, parece que últimamente las series nacionales se debaten entre casting de desconocidos y otros de conocidos cambiados de lugar, como Hugo y Mery, de Fama, que se pasan a la interpretación, o el cantante de Melocos, que va a hacer lo mismo.
Acaba la era Lobato en Telecinco
Aquí le tenéis, así estaba Lobato a finales de los noventa cuando fichó por Telecinco y empezó a presentar la información deportiva en los informativos. Tenía pelo, sí, tenía pelo. Hoy Telecinco despide las retransmisiones de Fórmula 1 que han venido emitiendo desde 2004 (sólo han pasado cuatro años y parece que haga toda la vida). La cadena amiga hace hoy un especial para despedirse y yo he querido ofreceros unas imágenes complementarias, un homenaje «Tele que me parió» a Lobato porque el hecho de que Lobato haya retransmitido las carreras, unido a los triunfos de Fernando Alonso, ha hecho que su carrera profesional haya adquirido una profundidad que ya la quisiera para sí más de un famoso.
En 2006 presentó las campanadas con Carmen Alcayde desde Oviedo, Asturias, conmemorando la victoria en el campeonato de Alonso.
También en 2006 puso la voz a Bob Culatas en Cars, la peli de Pixar. Como curiosidad, Alonso también hace un cameo en la peli y la banda sonora es de El sueño de Morfeo. Todo queda en casa.
En este 2008, Lobato ha hecho un anuncio para Media Markt.
Los de Sé lo que hicisteis… hicieron un análisis fantástico de la relación entre Lobato y Alonso, cuando Alonso le felicitó por su cumpleaños y Lobató se quedó privado.
Como véis, unas carreras profesionales que corren a la par y que ahora tendrán su continuidad en La Sexta, si no se tuerce nada. Yo suelo ver las carreras en TV3 porque no hacen comentarios sobre la vida privada de los pilotos. Me pierdo a De la Rosa, que es un señor sabio, prudente y simpático, pero me da la sensación de que gano en rigor. Esta temporada de Alonso no ha sido como para echar cohetes, aunque en las últimas carreras el coche ha experimentado una notable mejoría. Viendo que el éxito de Lobato va unido al de Alonso, me imagino al locutor poniéndole velas a un santo para que el asturiano no se hunda. Lo veremos el año que viene.
La ley de la calle en televisión
Que dos personas supuestamente cultas acaben insultándose en un plató no parece que sea flor de un día. El tono de los ¿debates? ha ido descendiendo hasta las catacumbas de la educación y los buenos modos. Que nadie se equivoque, no soy demasiado mojigata para estas cosas, pero ver a Miguel Ángel Rodríguez y a María Antonia Iglesias en La Noria como energúmenos, con el insulto en la recámara para rematar cualquier argumento, me da mucha vergüenza.
Pero no han sido los únicos. Aquí podéis ver un vídeo (en catalán), de otra discusión (vía Menéame), sobre el feminismo que terminó en gritos de facista, asqueroso, monstruo o imbécil. Los protagonistas son un escritor y una escritora, aunque bien pudieran parecer dos críos de quince años (con todos mis respetos hacia la gente de quince años que no tienen culpa de nada, es una forma de hablar).
Al día siguiente, como si nada hubiera pasado, cada uno a su tertulia correspondiente, que un calentón lo tiene cualquiera, y si es posible hacer broma del espectáculo pues se hace y aquí no ha pasado nada. Me recuerda al asunto aquel que comentamos hace un tiempo del señor al que le llamaban valiente por haber ido a El juego de tu vida a reconocer que había robado un coche.
Es lo que pasa cuando uno se convierte en mercenario de las ideas y tiene que ir a los platós a discutir de lo divino y de lo humano sólo con la consigna de llevar la contraria. Al final no hay argumentos porque los tertulianos, aprendices de mucho y maestros de nada, acaban derivando en el insulto para tapar su ignorancia y se agarran a la tabla de salvación de la descalificación personal para encubrir el naufragio de la falta de razón (toma frase).
Los espectadores, mientras, asistimos atónitos a este baile de monstruos. ¿De qué estaban hablando en La Noria el otro día? Da igual, no tiene importancia. Lo verdaderamente crucial es cuál de los dos es más villano, si él o ella (yo no acabo de decidirme). Y que después hablen de dignidad, cuando son capaces de vender su integridad por un debate sangriento, es grotesco. Estábamos acostumbrados a que estas cosas pasasen en los talk show, pero cuando la clase letrada del país se enzarza en la dinámica dogmática, en el recurso al grito, creo que es el momento de hacer una revisión.
Me gustaría no darle tanta importancia a un asunto de estos pero creo que hay que empezar a dejar claro que ese tipo de espectáculos no son sanos y no forman parte de la televisión que queremos ver. No se trata de que volvamos al tiempo de La clave, pero creo que hay que empezar a exigir honestidad. Este tipo de escaramuzas son cualquier cosa menos un debate así que, para no confundir al espectador, estaría bien que llamasen a las cosas por su nombre. ¿Se os ocurre alguno? Dentro de La Noria podría ser «El castillo de los horrores», así poco a poco irían completando la feria.
Aló Presidente: Zapatero en Desafío Extremo
En realidad tuvieron la prudencia de cambiarle el nombre al programa. En lugar de Desafío Extremo titularon Aventura en la montaña porque el paseo, comparado con las clases de Calleja de cómo hacer de vientre en el Polo Norte, tenía poco riesgo.
Y suerte que estaba Jesús Calleja y su sentido del humor, aunque en realidad Zapatero no le dio demasiada bola y el Presidente no se salió del papel en ningún momento, ni siquiera cuando gruesas gotas de sudor le perlaban la frente. En todo momento tenía la frase adecuada, cortés, el cumplido perfecto, el abrazo justo y la palmadita en el espalda. Me llamó mucho la atención que Zapatero no escucha y se suelta unos monólogos que no hay Dios que interrumpa.
Recién llegados al punto de encuentro Calleja pregunta: «¿Cómo lo ves, José Luis?». Y la respuesta (no es literal): «Bien, bien. Han estado viniendo unos escoltas y me dicen que es viable». Jajjajjaaa. Pobres escoltas, ché.
La banda sonora del programa fue muy extraña. Identifiqué a Bob Dylan y después pusieron una de sus canciones versionadas. Deduzco que es la música que le gusta al Presidente. Resultaba extraño ver a toda esa gente andando, en comandilla, como si estuvieran de peregrinación y llevasen al santo delante. Una señora llegó corriendo de no se sabe dónde y le dijo al Presidente: «¡Casi se me escapa! Háganme una foto con él!». Después se encontraron con un señor que presumía de haber puesto un palo en lo alto de un pico en honor a la hija de Fraga.
Todo muy surrealista. A ver cuánto tarda la oposición en hacer mofa de todo esto. Y con razón. Si yo fuera asesora de imagen del Presidente racionalizaría un poco sus apariciones televisivas. El lunes pasado con la Campos, este lunes con Calleja, ¿qué será lo próximo? Me lo veo de tertulia con la Esteban.
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