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‘La infame mentira del Yak-42’ en un horario infame
No me acostumbro al horario de los especiales informativos de Cuatro, a las tantas, pero anoche tuve suerte y llegué del cine con ganas de sentarme delante de la tele. Estaban haciendo La infame mentira del Yak-42 y me quedé enganchada. Un reportaje informativo de verdad, de los de antes, de los de la vieja escuela, con mucho testimonio, pruebas y poca opinión.
Cierto es que Cuatro ha estado haciendo un seguimiento exhaustivo del caso y que su posición clara ha sido la de dejar en evidencia al gobierno de Aznar, pero eso no es un argumento que sirva para socavar la credibilidad de un reportaje serio, consecuente, en el que las pruebas hacen temblar los cimientos del cierre del caso a toda pastilla, en el que se muestran las irregularidades evidentes del procedimiento y en el que se marcan todos los puntos débiles de un proceso, ahora en juicio, que puede llegar a tener el calificativo de vergonzodo. A pesar de todo, el programa no está aún a estas horas disponible en Internet. Espero que sea cuestión de tiempo.
Me da mucha rabia que Cuatro emita estos reportajes a una hora tan intempestiva, pero no son los únicos. A excepción de Informe Semanal, al que la etiqueta de clásico le mantiene en el prime time de los sábados, los reportajes especiales de la división de informativos de Cuatro o los especiales que está presentando Gonzo en Antena 3 quedan relegados al late night ya casi por sistema y, curiosamente, en ambos casos son reportajes con, por decirlo de alguna manera, ideología. Es decir, que más allá de tratar temas de índole puramente social, se adentran en la investigación crítica de asuntos vinculados con la política.
¿La política no da audiencia en el horario estelar? Que se lo pregunten a los de Tengo una pregunta para usted, por ejemplo. Y luego está el asunto de la vocación de servicio público al que todas las cadenas se agarran a la chita callando y cuando no hay más remedio. Que no digo yo que Cuatro tenga que cargarse Callejeros para emitir estos especiales, eso sería de locos, y también es cierto que los viernes han conseguido armar un bloque que les está dando muchas alegrías, pero no estaría mal pensar, por ejemplo, en una redifusión para esas horas muertas, a un horario más accesible. Ya que hacen la gracia, podrían hacerla completa, para variar.
La defensora del espectador a la palestra
Las cosas de palacio van despacio pero más vale tarde que nunca. Pasado un año del nombramiento de Elena Sánchez para el cargo, parece que por fin Televisión Española se ha decidido a estrenar un programa en el que se recogerán las quejas de los espectadores, de los oyentes de Radio Nacional y de los usuarios de Internet que se reciben en la oficina de la Defensora de RTVE.
Un gallifante para la Corporación, que intenta abundar en la transparencia del ente público y que suma esta iniciativa a las comparecencias trimestrales en una comisión de control parlamentaria en la que expondrán las cuentas, como ya hacen las privadas desde hace tiempo.
Según Luis Fernández, Presidente de la Corporación, las quejas recibidas por la Defensora durante este último año se refieren, sobre todo, al incumplimiento de horarios sobre todo en retransmisiones deportivas, a la poca pertinencia de algunos anuncios y al tratamiento de noticias trágicas (supongo que en este punto se refieren a un tratamiento malo de esas noticias). En la web de la Defensora, en el apartado de preguntas frecuentes, hay tres cuestiones: la protección a menores, la respuesta a por qué en el Canal Internacional no se retransmiten determinados eventos deportivos e información sobre los programas subtitulados para sordos.
Creo que un programa de estas características es necesario, muy necesario, pero tengo mucha curiosidad por ver cómo lo enfocan para que no sea un peñazo, y de los grandes. Los temas que he enunciado arriba no dan demasiado juego televisivo, por decirlo de alguna manera, y aunque a los espectadores les interesen las respuestas el formato es crucial para llegar a la audiencia. Yo creo que pueden hacer algo que esté más que bien, aunque queda por saber si lo emitirán en La 1 o en La 2.
Me ha llamado mucho la atención el tema de los subtítulos para sordos. Como decía más arriba, hay un punto en el que explican las dificultades de la subtitulación para sordos de los programas, proceso que según ellos requiere de tiempo y de esfuerzos específicos y, por lo que leo, deduzco que no se puede aplicar a los directos. Buscando vídeos en YouTube de defensores del espectador he encontrado una respuesta de la comunidad sorda al tema de los subtítulos en el que mencionan al anterior defensor del espectador.
Yo no sé quién tiene razón, me faltan conocimientos sobre el asunto, pero estaría genial que en el nuevo programa se hiciese frente a este tipo de críticas con naturalidad y con resolución. Supongo que serán conscientes de las debilidades y fortalezas de RTVE y asumirlas y hacerlas públicas sería un gran gesto. Lo que no me apetece es ver un programa de autobombo sabiendo como sabemos que Televisión Española no es perfecta, como no lo es ninguna de las cadenas. Veremos cómo lo afrontan.
‘Crisis. Soluciones’, un debate para salir del paso
La 1 se ha montado un debate en prime time con la presencia, por primera vez en un plató de televisión (lo subrayo porque es la bandera que enarbolan, como si fuera una exclusiva de un programa del corazón cualquiera), de Gobierno, oposición, sindicatos y empresarios, las cuatro patas del banco. Además contarán con intervenciones de colectivos afectados, como las asociaciones de autónomos.
En la nota de prensa de la cadena se habla de que pondrán en el tapete (me encanta esta expresión del argot del juego porque esto parece una partida de mus), las posibles soluciones al problema. Repito: posibles soluciones, y recalco lo de «posibles». Es decir, que no hay promesa de compromiso ni nada que se le parezca, cada uno irá a contar su historia, quedarán todos como Dios y aquí no ha pasado nada. Todo esto me recuerda a la fría utilidad de los debates en época de elecciones, sólo que ahora no tenemos que votar pero hay en juego un prime time y la imagen de todos.
Y aquí mi pregunta: ¿Por qué no han hecho un Tengo una pregunta para usted con estos protagonistas? ¿No habría sido más interesante ver cómo capean las preguntas de los ciudadanos en lugar de ponerles a discutir entre ellos? Porque francamente, en lo que a mí respecta, ya sé que desde la patronal se aboga por la flexibilización del despido, los sindicatos se niegan, el Gobierno dice que se ocupa de los más desfavorecidos y la oposición ataca diciendo que no se está haciendo nada. Cada uno en su papel y mientras los demás, en casa, asistiendo a la disputa de patio de colegio y teniendo problemas para llegar a fin de mes. Por lo menos en Tengo una pregunta para usted hay algo más de espontaneidad y el ciudadano se siente de alguna manera representado pero, claro, son pocos los que gustan de someterse a unas preguntas sin preparalas antes.
Eso sí, Televisión Española se cubre de gloria porque responden a las exigencias de pluralidad y de servicio público. Menos da una piedra. Una pena que este debate llegue con tanto retraso, después de que el resto de cadenas ya hayan ofrecido sus especiales de la crisis, algunos con reportajes y otros con monográficos con expertos, y que este servicio público se combine con programas como Mira quién baila, pero de esto la división de informativos no tienen ninguna culpa.
Antena 3 entrevista a Jesús Neira
Minipunto para Antena 3 que ha conseguido la primera entrevista para la televisión de Jesús Neira, el profesor que hace seis meses recibió una paliza brutal por defender a una mujer que estaba siendo agredida. Por supuesto saltan las alarmas y a todos se nos ponen los pelos de punta sólo con pensar qué puede salir de ahí, después de todo lo que hemos visto desde entonces. Creo que esa reacción inicial, instintiva diría yo, es lógica, pero me parece que tendríamos que sentarnos a esperar y ver qué pasa.
Para empezar la entrevista se la hará Gloria Lomana, Directora de Informativos de la cadena, y en un horario estelar pero, digamos, poco competitivo (el jueves a las 21:15 horas). Las apuestas fuertes de la competencia como Águila Roja o Saturday Night Live empiezan más tarde y esta entrevista no entrará en competencia directa con ellas. Es una incógnita de qué hablarán y no sabemos si esas imágenes valdrán para ilustrar después Tal cual lo contamos o Dónde estás corazón. Si eso pasa habría que quejarse y denunciarlo pero tampoco creo que sea justo poner el grito en el cielo antes de que pase nada. En el lado de la sospecha está que ya sabemos cómo son los informativos de Antena 3. Arriba os he puesto un vídeo del desarrollo de una noticia muy similar a cualquier recopilatorio de tortas de YouTube.
También tenemos que suponerle a Jesús Neira y a su entorno cierto grado de lucidez y de inteligencia, justo el que no han demostrado las otras partes implicadas, más que nada porque todos somos inocentes hasta que no se demuestre lo contrario. Aquí unos ya han dejado claro de qué son capaces pero hay que permitir que Neira se manifieste, más que nada porque está en su derecho.
Jesús Neira puede hablar de la violencia de género, pero también de las negligencias médicas. Dos temas con mucho interés social y que si no tuvisiésemos la tele que tenemos, serían objeto de interés limpio y sano, pero en seis meses ambos asuntos se han pervertido. De él depende, y de la entrevista que le hagan, el devolver las aguas a su cauce. En esta entrevista que concedió a El País asegura no querer saber nada del circo mediático y habla sobre el puesto que le ha ofrecido la Comunidad de Madrid (Esperanza Aguirre en persona), para dirigir un observatorio regional de la violencia de género. En el fondo de todo, no obstante, está un libro que se presenta hoy y en el que narra su experiencia, sus puntos de vista y sus cambios espirituales porque, como mucha otra gente en su situación, ha experimentado el milagro.
Menudo asunto complicado este, y llamativo. Ya sea porque nos interese por morbo, o porque queramos ver qué tratamiento se le da a la entrevista, está cantado que ese espacio hará una audiencia récord. A estas horas en la web de la cadena no informan de nada al respecto así que aún no sabemos cómo se las gastarán en las promos. Mucha prudencia en mi caso porque soy consciente de las posibilidades del medio. Con esta entrevista pueden hacer un verdadero trabajo periodístico e informativo o, por el contrario, pueden montar una carnicería para buitres. Aunque, pensándolo bien, eso puede hacerse con cualquier cosa. Va a decir mucho de todos que hagan una cosa u otra pero en cualquier caso yo agradecería que nos diesen una lección y que sembrasen una semilla de esperanza haciendo una entrevista correcta. Estaría bien que, para variar, pudiésemos pensar que no todo está perdido.
21 días, reportajes en carne propia para Cuatro
Cuatro ha dado el pistoletazo de salida a un nuevo formato, 21 días, producido por BocaBoca y presentado por Samantha Villar, que se estrenará el próximo viernes 30 de enero y que tiene como característica esencial la implicación «real» de la reportera en las historias que cuenta. Tal y como lo plantean, la reportera no será la mirada objetiva, sino que será parte implicada en las historias porque para contarlas vivirá las situaciones límite.
21 días se suma a la oferta de los viernes y está a medio camino de lo que nos ofrecen a día de hoy, entre los programas de coach y los reportajes de Callejeros. Un paso más al reality, esta vez en forma de docu-reality, que con periodicidad mensual tratará aspectos de relevancia social como las drogas, los trastornos alimenticios o la indigencia. No puedo evitar acordarme de Super Size Me, la película documental del tipo que decidió demostrar en su propio cuerpo los peligros de la comida basura.
Pero volviendo a 21 días, la promo nos presenta a una reportera muy neutra y la imagen casi parece de ficha policial. Es de suponer que los programas, o su mayoría, ya estarán grabados porque si no se puede perder algo del efecto por el reconocimiento. También es de suponer que las cámaras le seguirán de lejos porque si no la supuesta experiencia vital queda un poco en duda, a lo Pekín Express.
Entiendo la intención del programa y la motivación pero me parece algo arriesgado decir que se transmite una verdad sólo por el hecho de que una reportera la haya vivido en carne propia, aunque ya sabemos que esto es televisión. El juego está en entrar o no en la historia. Yo aún no tengo claro si me dejaré engañar por el planteamiento, para eso tengo que ver el programa, pero sí es cierto que de buenas a primeras no soy muy receptiva a este tipo de historias artificiales que se montan para, supuestamente, transmitir una realidad. La diferencia la marca muy bien el título del programa: la reportera sabe que sólo pasará 21 días en esa situación y esto ya es suficiente para que su historia, sus impresiones, no sean reales. En unas semanas saldré de dudas.
Ajuste de cuentas ataca a la yugular
Hace un tiempo hablé de Ajuste de cuentas y en aquella entrada comentaba que el programa no hacía hincapie en los comportamientos generales ante el consumo y que sólo analizaba situaciones muy concretas. Ahora me congratula poder decir que eso ha cambiado y que en esta segunda temporada los casos particulares sirven para ejemplificar las más amplias realidades sociales. Además, también hablé en aquella ocasión del asunto de la falta de información acerca del funcionamiento de los préstamos personales y en el programa de anoche se metieron en el asunto a degüello.
La parte negativa del tratamiento es que se aumentan los minutos dedicados a las lágrimas y a la expresión de la tensión familiar pero es lógico, después de todo Ajuste de cuentas es un reality, no obstante he de decir que se cuidan muy mucho de pasarse de la raya con el dramatismo y no cruzan la delgada línea que separa lo necesario de lo excesivo.
En el programa de anoche Vicens Castellano, el conductor, apretó las tuercas poniendo en evidencia la ignorancia de la familia en cuestión, muy dada a recurrir a préstamos personales y a créditos al consumo, destacando con datos globales la ignorancia de la sociedad en la que vivimos, muy aficionada a dejarse atrapar por estos vendedores de humo, y advirtió que enero es un mes muy dado a recurrir a estas trampas para salvar un momento puntual, consiguiendo que mucha gente entre en barrena.
El programa confirmó mi impresión general de que para mejorar su «calidad de vida», hay familias (cónyuges de entre treinta y cuarenta años, con hijos e hipotecas que han subido lo indecible), recurren a las tarjetas de crédito y a los créditos rápidos para solventar papeletas prescindibles que no están a su alcance. Los de anoche se compraron con este sistema un coche, una moto y electrodomésticos. Como digo, no son la excepción. Conozco a gente, de mi etapa de teleoperadora, que trabajó para un banco analizando peticiones de créditos de este tipo y el dinero era para cosas tan surrealistas como viajes, comuniones y demás. Una locura.
Lo que menos me gustó del programa son las técnicas que utilizan para hacer que la gente visibilice su problema pero eso forma parte del espectáculo televisivo y lo asumo. Sobre todo eché en falta la mención de empresas que se dedican a hacer estos pactos, como si fuesen el diablo y les vendiese tu alma, no explicaron su funcionamiento interno y no criticaron cómo se aprovechan del desconocimiento y de la desesperación del personal. No se habló de regulación estatal en este sentido ni nada parecido. Igual habría sido pedir demasiado. Quizá este tipo de contenidos sean más propios de otros espacios, pero puestos a pedir…,.








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