‘Los mejores años’ es un festival de fin de curso

4 marzo 2009 at 08:02 17 comentarios

Anoche Televisión Española estrenó Los mejores años de nuestra vida, un programa que tenía que haber estado en Telecinco pero que al final ha ido a parar a La 1. Un programa musical en el que se enfrentan dos décadas y en el que un jurado formado por adolescentes (qué edad más difícil), decide qué decada es la mejor en función, sobre todo, de las canciones. Es como si alguien hubiese dicho: «Vamos a hacer un programa para La 1», y hubiesen tirado del manual de calidad de la empresa porque el espacio es ideal para esa audiencia entrada en años que se rumorea que tiene el botón del 1 gastado de tanto usarlo.

Obviando a Carlos Sobera y a Àngel Llàcer, a los que tengo aborrecidos, obviando ese cementerio de elefantes que es el programa, lleno de triunfitos zombies moviendo las caderas y desgañitándose de lo lindo, obviando la ausencia de sonido directo en las actuaciones y obviando la cantidad de tópicos que se desplegaron en los diferentes duelos (el verano, los bailes, los sex symbols…), he de deciros que si os apetece una dosis alta de frikismo, Los mejores años es vuestro programa.

Para empezar, las actuaciones de viejas glorias (lo de viejas tiene un sentido despampanante en este caso). Para mi fue supremo el diálogo entre Carlos Sobera, Teresa Jimpera y Samantha Fox. Samantha intentó desvincularse de su pasado de mito erótico pero habló tranquilamente de enseñar la tetas mientras que la Jimpera, que hacía de traductora, en lugar de tetas decía «boobies» y hacía el típico gesto de las tetas. Me dio a mí que le supo mal que la enfrentasen al monumento Fox. El batería de Los Sirex miraba por encima de las gafas con esa pose típica de: «Qué pasa, las gafas son de cerca». Los cartelitos que ilustraban los vídeos y que intentaban destacar la importancia de los artistas: «David Bowie asistió al funeral de Tino Casal» o «Manolo García le dedicó una canción en un concierto a Danza Invisible». Me quedé de piedra con Mike Kennedy, que con el tiempo se ha convertido en el doble de Clint Eastwood. Y cuando vi una imagen de Luis Aguilé descubrí el enorme parecido físico que tiene con Jiménez Losantos.

En fin, que es un programa para comentar en casa y verlo solo es un rollo. Menos mal que pude evitar que Josmachine me abandonase por la Xbox y nos echamos unas risas. Nos daba vergüenza el público, que habría firmado por contrato altas cotas de entusiasmo y en las tomas generales de la grada era fácil pillar a alguien bailando, cantando y equivocándose en la letra. Todo sea por el buen rollo.

Como buen programa de Gestmusic han montado una web en la que también andan liados los de Portalmix y podéis ver vídeos tan elegantes como el que encabeza la entrada, además de retos de quién es quién y demás cosas así. Lo del enfrentamiento de décadas es lo de menos pero se remontan sólo hasta la de los 50. De décadas anteriores será difícil encontrar representantes que tengan una movilidad adecuada.

En el lado positivo, una buena realización (que se note que en Televisión Española están curtidos en galas), y las copresentadoras Ángela Fuente y Anna Simón. El vestuario, horrendo. Las coreografías firmadas por Poty y los pourris tipo «La década prodigiosa» bastante vulgares. Que lleven otra vez a Raphael, eso no tiene precio. Para todo lo demás, el resto de cadenas.

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17 comentarios Add your own

  • 1. Jimmy Dix  |  4 marzo 2009 a las 08:23

    Sin duda, tengo que ver este programa. Gracias, Ruth, por esta crítica, porque me has abierto el apetito.

    Pobre Luis Aguilé, quererlo comparar con Federico. Eso no se hace; es casi insultante, jejeje.

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  • 2. gromland  |  4 marzo 2009 a las 09:05

    Cai inconscientemente en «La Primera» durante un zappeo sin medidas de seguridad, y pensé que era un remake patrio de «Zombies Party».

    Eso sí, ver a Ángel LLácer, en plan José María Iñigo, entrevistando a uno de los matrimonios resultantes de la famosa «Caravana de Mujeres», no tiene precio…

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  • 3. pez  |  4 marzo 2009 a las 09:47

    No pude verlo a los primeros fotogramas del inicio no sé que me paso que cambie de canal y encima no me arrepenti en ningún momento ni para hacer zapping durante la publi.

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  • 4. David I  |  4 marzo 2009 a las 09:56

    A ver si me entero. Los de la 1 vetan el chikifrikismo en lo de Eurovisión, pero no por vergüenza, sino para explotarlo hasta la saciedad en el programa este de marras.

    Pues como sea el resto del programa como el vídeo que nos has puesto, mare meua.

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  • 5. TELEpatético  |  4 marzo 2009 a las 10:47

    A mi que no me jodan. Esto es la parodia nacional… sólo cambian los disfraces.

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  • 6. Ricardo Mella  |  4 marzo 2009 a las 12:59

    ¿Pero la Fox enseñó al final las tetas o no? Porque si no vaya mierda de programa.

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  • […] Coincido con Ruth en que es puro bitching tv a la medida de la corporación pública (el programa iba a ser para Telecinco, pero sospecho que no le salía a cuenta pagar todo el material de archivo). Sólo el morbo de ver a los viejunos pululando por los escenarios, pendientes de que no se les caiga la peluca o alguna parte del cuerpo más o menos original hace que el programa tenga un poquito más de interés que darse un atracón de YouTube. Porque la música está tan bien grabada en Internet como en el programa y puedes incluso ver canciones sin sufrir las versiones de una troupe sobredimensionada de triunfitos. ¿Alguien sabe para qué hacen falta no menos de diez cachorros de Gestmusic para lo que hacían cuatro gatos en La década prodigiosa? […]

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  • 8. Señorita Puri  |  4 marzo 2009 a las 16:08

    Holas, en el programa del follonero del domingo pasado, en el que fue a madrid cibeles con la mariconera, sonaba una música rollo kusturica de fondo. ¿alguién sabe de dónde es?
    Gracias
    Bs.

    (y del resto no opino porque no veo nada la tele, estoy con los capítulos nuevos de lost atontoliná)

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  • 9. Doctora  |  4 marzo 2009 a las 16:32

    Madre mia,para lo que han quedao algunos…

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  • 10. Alessan  |  4 marzo 2009 a las 20:13

    Yo en navidad hice un chiste con el Solera pero era broma, me cae bien. Sin embargo al Llacer lo tengo atragantao seriamente…

    Luego cuando salió Samantha Fox (mi primera novia) supe que ganarían los 80 y seguí con el zapping…

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  • 11. Ruth  |  4 marzo 2009 a las 20:15

    JIMMY DIX: Jjjajjjaaa. Échale un ojo, seguro que encuentras momentos impagables de risa.

    GROMLAND: Sobre Àngel Llàcer no tengo nada bueno que decir, así que mejor no digo nada.

    PEZ: ¿Cómo? ¿No volviste? No lo puedo entender 😆 .

    DAVID: El programa es todo así pero con más lujo porque el plató lo vale.

    TELEPATÉTICO: Jaajjjjajjaa. No me compares ese clásico que es La parodia nacional con esto 🙂 .

    RICARDO: Jajjjjajjaa. ¡¡No las enseñó!! Es que ella es una cantante.

    SEÑORITA PURI: Pues vi el programa pero no sé la música, ché.

    DOCTORA: Y lo que les queda…,.

    ALESSAN: Si esa fue tu primera novia, ¡cómo sería la segunda! 😆

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  • 12. fon_lost  |  4 marzo 2009 a las 20:23

    jo…yo ayer dije en mi casa todo chulo: «a este programa le doy 2 semanas». pues la tontería esta va a acabar siendo una revelación, porque que superara a Hospital Central??? dios, cuante vejez hay en España!! hay gente a la que se le deberia desintonizar TVE!

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  • 13. shysh  |  4 marzo 2009 a las 20:56

    Jijiji. Volvería a decirte lo que ya te dije el otro día pero hoy me quedo con una frase de Mi televisión y otros…:
    «¿Alguien sabe para qué hacen falta no menos de diez cachorros de Gestmusic para lo que hacían cuatro gatos en La década prodigiosa? […]» Yo fijo, no lo sé. Pero que les tienen bien agarrados está claro. Un contratillo para estos pobrecicos que no rascan bola, ya que les promocinamos en su día, vamos a sacarles las cinco gotas de zumo que les queden.
    Dior mio, a veces echaría de menos las «Galas del Sábado» con su Laurita Valenzuela y su ballet Zoom.
    Y luego a Poti Pataslargas qué c@ño le han visto: Si tiene menos imaginación que un cojinete de bolas.
    Y tu, Ruth, has sido mala, muuuuuuuuuuy mala, con eso de los aweletes que tienen gastado el botón 1 del mando a distancia. Música en directo yaaaaaaaaaaaaaa!!!!

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  • 14. Alessan  |  4 marzo 2009 a las 21:46

    La segunda fue Sabrina of course… (en realidad he invertido el orden…)

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  • 15. Ruth  |  5 marzo 2009 a las 09:45

    FON_LOST: Jajjjjjajjaaa. Yo ya es que paso de hacer predicciones, que quedo siempre como Octavio Acebes 😆 .

    SHYSH: Jaajjajjaa. No he sido mala, he sido objetiva. Todos los datos de la audiencia de La 1 reflejan que tienen una edad media superior a la del resto. Otra cosa es que lo haya contado con cierta guasa, pero es que si no todo sería tan aburrido 🙂 .

    ALESSAN: Jajjajjjajjaaa. Tendría que haberlo supuesto, ché.

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  • 16. luiska  |  10 marzo 2009 a las 18:42

    LO MEJOR DE LOS MEJORES AÑOS, PARA MI, SIN DUDA, MIKE KENNEDY. EFECTIVAMENTE SE PARECE CON EL TIEMPO A CLINT EASTWOOD, PERO MIKE ES MAS GUAPO. PERO LO VERDADERAMENTE IMPORTANTE ES QUE SIGUE FANTASTICO DE VOZ, CANTO EN DIRECTO, Y SIGUE TENIENDO LA MISMA GARRA DE SIEMPRE. ADELANTE MIKE KENNEDY, AUN NOS TIENES QUE DELEITAR CON TU MUSICA Y TU VOZ, DURANTE MUCHOS AÑOS.

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  • 17. Sergio Farras  |  1 mayo 2009 a las 11:15

    Los mejores años de nuestra vida…. De TVE 1
    Niños que fueron “juguetes rotos”.
    Joselito, aquel pequeño ruiseñor, que cuando se voz se le apagó de su garganta, decidió servir como solado de fortuna en Angola,- véase también mercenario-. Sí, aquel niño que cantaba tristes Saetas y qué con los años acabó de narcotraficante, acabando cumpliendo su pena como es costumbre del reo. A estos niños les arrancaron su infancia, como el diablo le arranca el alma al desdichado que engaña para hacer un triste pacto. Porque la vida es como una tómbola. A estos niños “estrella”, cuando se les ha exprimido en toda su crudeza y mezquindad su infancia, y han dejado de ser rentables y lucrativos les hacen jugar con “cacharritos”, arrastrándolos en tristes y humillantes homenajes en televisión, desconociendo igual, que ellos mismos ya son “juguetes rotos”…. Véase Marisol o el flaco favor que se le hizo a el “Vaquilla”, aquel hombre que se llamaba Juan José Luis Moreno Cuenca y que siempre tuvo que vivir de la renta y fama de sus fechorías pasadas al cine. Recuerdo aquélla época, cuando “obligaban” subliminalmente a los niños de barrios pobres- como un servidor- , a admirar a los “malos” en descrédito del buen hacer de los buenos. El “Pirri y el “Rata” también hicieron sus pinitos y tuvieron su oportunidad, y tener un mote era poco más que como llevar una medalla colgada en un inocente pecho, dándoles honor y distinción de eruditos en un mundo marginal y de exclusión social.
    La infancia debería de ser inocente y cándida, no ser exprimida y retorcida en todo su jugo, donde al final, el niño se hace hombre y el hombre se hace sombra de ese niño, ese niño de laboratorio y experimental para beneficio de almas de broce que sólo verán lucro donde debiera de haber inocencia y candor. Afortunadamente la ley del menor hoy, les protege. Pero a falta de niños hay adolescentes, -pues el “diablo”, que ya se sabe que tiene mil caras y conoce mil tretas y engaños-, siempre buscará arrastrar el alma de los más inocentes y débiles. De Joselito, amigo de niñas ciegas y cantes cautivadores para el contento de algún general “mimoso” del régimen de la época. Probablemente, no hay nada más patético que ver llorar a un general por una niña ciega encantada por el cante de un niño con voz de cristal, y luego, que no le temblara el pulso al firmar una orden de fusilamiento, que solía ser su oficio cotidiano.
    Pero volviendo a lo contemporáneo, al aquí y al ahora.¿ Que podemos pensar de Fernando Alonso?, esta veloz criatura, que se ve que no se ha bajado de un vehículo a motor desde que tiene uso de conciencia, y que más de “doce cascabeles debe de tener su caballo”, ¡por lo menos tiene trescientos…! La infancia debería estar en manos de la inocente mirada de los niños, no de los intereses mercantiles y comisionistas de la gula de los adultos, cobrándose el tributo de una juventud que no tendrán jamás. Eso no es justo ni de natura.
    Pero si antes se intentaba imitar al “Vaquilla” en los barrios poco favorecidos y marginales, ahora ¿no se intenta imitar anoréxicas modelos o chavales saltimbanquis aspirantes a bailarines?
    Quizás hemos cambiado de personajes, pero el guión puede que sea el mismo. El escenario siempre está ahí, esperando que criaturas que con sus almas construyan un espectáculo oscuro y dudoso. Exprimir la naranja de la juventud a cambio de un puñado de miserables euros, puede dejar a la naranja o al limón en la desechable cáscara. No culpemos en exceso siempre a la juventud por sus errores, pues tienen derecho a equivocarse en su aprendizaje, y no robarles el tiempo en aquello que deben emplear. Somos los adultos los que hemos de pisar conscientemente. Y, a algunos padres, que no pudieron ser aquello que quisieron, que como soñadores inconscientes ven en sus pupilos como continuación de lo que ignoran. Que no proyecten sus frustraciones y delirios hiendo en contra de la razón natural en infantes que son como una tabla rasa, que nacen como el folio en blanco y con el derecho de escribir el propio guión de su vida. Pues el prólogo ha de ser escrito de sana y dulce alegría e inocencia. Pues después, quizás, tengamos que lamentar el epílogo. Seducir a una cámara siendo niño igual no es una dulce virtud ni tampoco acción virtuosa.
    Puede que el límite estuviera en aquella serie de “Verano azúl”, aquellos adolescentes veraniegos de Nerja, donde se conoce que no robaban radio cassettes de los vehículos ni fumaban sustancias ilícitas de ningún tipo. Chanquete era marino de confianza y jamás se le hubiera ocurrido llevarles por el camino del mal. Quizás otros personajes como Epi y Blas, la rana Gustavo, Heidi, Marco y otros referentes de la pubertad al menos eran de trapo o del talento del caricaturista de dibujos animados. Probablemente mucho mejor, ser niño que chute a la pelota que títere indefenso y de cartón. Para algunos, seguramente no fueron los “mejores años de sus vidas”. El ruiseñor ya no canta, porque su voz se le apagó hace ya mucho tiempo, de ese tiempo que se le quitó y se le estafó. Nadie canta cuando no tiene voz.

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