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El Comisario se termina para siempre
Me da lástima que se termine una serie como ésta, con doce temporadas a sus espaldas y con una trayectoria sólida y coherente, que no ha caído nunca en la tentación de un fichaje estrella y no ha cambiado su forma de hacerse con el tiempo. Una serie que ha evolucionado y que ha ido adaptándose a los nuevos tiempos con serenidad y sin morbo gratuito, a pesar de tratar temas siempre de actualidad social.
En principio la serie iba a tener más rasgos de comedia pero poco a poco se fue decantando no hacia el drama lacrimógeno, pero sí hacia un registro más serio y acorde con lo que se contaba, aunque nunca perdió cierto toques de humor que recaían en determinados personajes. En cualquier caso, siempre ha existido un sereno equilibrio entre las tramas más serias y las más ligeras.
En una serie de estas características hemos podido ver a montones de actores y actrices, pero yo tengo mis favoritos: Pilar Punzano, Tristán Ulloa, Francesc Orella y Joaquín Climent. Como curiosidad, a Sonia Castilla, la hija del comisario, la han interpretado Silvia Abascal, en las dos primeras temporadas, y Mercè Llorens en el resto.
Está claro que una serie no puede durar eternamente pero lo que ha hecho Telecinco con El Comisario no tiene nombre. Yo creo que todo esto tiene que haber sido el resultado de una disputa con BocaBoca, la productora, si no no se entiende que la cadena haya hecho todo lo posible por llevar la serie a su límite. La persecución ha sido tal que la serie termina con un final abierto y la productora está ofreciendo opciones a la cadena, como una TV-movie, para darle un final digno y cerrado.
Aquí repasan muy bien la historia de la serie. Os hago un resumen:
- Entre semana El Comisario tiene audiencias superiores a los cuatro millones de espectadores, superando el 25% del share.
- En septiembre de 2007 Telecinco la cambia a los viernes y la serie vuelve a consolidarse, aunque con medio millón de espectadores menos.
- La temporada que empezó en septiembre de 2008 tiene unas audiencias más inestables y la cadena retrasa el inicio de los capítulos hasta las once y media de la noche, sustituye la serie por las entrevistas a ladrones o emite dos capítulos seguidos.
En fin, la crónica de una muerte anunciada que hasta los actores han denunciado, como comenté en ¡Vaya Tele!,. Yo he seguido esta última temporada como he podido, porque Telecinco no lo ha puesto fácil, y me estaba gustando pero qué se le va a hacer. Casi ciento noventa episodios emitidos. El Comisario entra por derecho propio en la lista de las series clásicas de la ficción nacional. Descanse en paz.
Culebrón: Endemol España se pelea con Vasile
Empiezo a pensar que Vasile es un matón de barrio que se lleva mal con todo el mundo. O eso, o habría que aplicarle la cita de Jonathan Swift que leí en el blog de Alessan y que dice: «Cuando un verdadero genio aparece en el mundo, lo podéis reconocer por esta señal: todos los necios se conjuran contra él». La verdad es que no sé por qué decidirme.
El caso es que Toni Cruz y Josep Maria Mainat parece ser que han presentado la dimisión conjunta de Endemol por desavenencias con Paolo Vasile y, aunque los motivos no han trascendido, todo apunta a interferencias en la gestión de la empresa y a una pérdida de autonomía por parte de Endemol. Pero vayamos por partes.
La Trinca fue un grupo musical catalán que a finales de los sesenta comenzó su andadura con el objetivo crítico de la dictadura, cantando en catalán e ironizando sobre temas de actualidad. En los ochenta les llega el éxito musical en toda España, al que acompaña el éxito en televisión con No passa res en Cataluña y Tariro tariro en Televisión Española. En 1987, anticipándose a la llegada de las privadas, crearon la productora Gestmusic para intentar aportar contenidos a las nuevas cadenas, y vaya si lo consiguieron. Cinco años después, Miquel Àngel Pasqual, el gordo moreno de barba, vendió su parte de la productora a Endemol, lo que supuso la llegada de la productora holandesa a España por la puerta grande al fusionarse con Zeppelin y crearse la división de Endemol España, con Mainat y Cruz a la cabeza. Hace año y medio, Telefónica vendió su participación del 75% de Endemol España a un consorcio dominado por Telecinco y Mediaset y Vasile irrumpió en la empresa anunciando que garantizaba la independencia de Endemol. Hasta hoy.
A Gestmusic le debemos algunos de los hitos televisivos más importantes de la historia reciente de la tele como realities a porrillo,sí (Mira quién baila, Al pie de la letra, Operación Triunfo…), pero también No te rías que es peor, que conste. No sé qué peso tendrán dos personas, por muy directivos que sean, en una empresa de estas características, pero una dimisión así pone en evidencia cómo son las cloacas de este mundo de altos cargos y de programas en todas las cadenas. Acciones para arriba, acciones para abajo, yo cambio de día el Operación Tony Manero que tú produces porque es un asco y esto ya toca las narices en lo que debe de ser un cúmulo de desencuentros. Siento no poder deciros más pero me encantaría colarme en un despacho de estos para ver qué se cuece de verdad. ¿Alguna teoría en la sala?
Padres forzosos 2: los tentáculos de la crisis
En todas partes cuecen habas. Ése sería el resumen de una inquietante noticia que dice que John Stamos, el inefable tío Jessie, se está planteando producir una versión actualizada de Padres forzosos (Full House), basada en el universo de la serie original y contando, cómo no, con las gemelas Olsen. Cualquiera podría tener una pesadilla así. Lo cierto es que Stamos se ha quedado sin serie después del cierre de Urgencias (ER), y ha decidido gestar un papel como el que le dio fama mundial, para restituirse o vaya usted a saber qué. Muy inteligente por su parte, claro, pero un mazazo para todos los demás, que tendremos que sufrir este proyecto.
El asunto es: ¿era necesario? En épocas de crisis un productor tiene que medir bien en qué productos invierte y Stamos parece que lo tiene claro. Lo de las Olsen ya es la gota que colma el vaso porque supongo que no aceptarían interpretar a un solo personaje como hacían en la serie original, claro, ellas ahora son unas ¿estrellas? Yo creo que el resultado final será muy similar al del vídeo que os he puesto arriba. Es la intro del piloto de la serie en el que el padre de las criaturas aún no era Bob Saget. Por lo demás, no creo que haya muchas más diferencias.
Para que luego digamos que todo lo que viene de Estados Unidos es canela en rama, que a veces parece que todo lo que se hace allí es de una calidad indiscutible de per se, y de una originalidad arrolladora. Entre este proyecto y Dos padres y medio, que tiene un éxito que no comprendo, todo parece apuntar a que en épocas de crisis hay que transmitir a la sociedad la importancia de los lazos familiares sobre el resto de las cosas. Estas dos series son sólo dos ejemplos de la corriente moralizante americana, pero podríamos citar cientos de casos. Producciones baratas por su aspecto de comedia de situación, con presupuestos ajustados a los tiempos que corren, y con contenidos poco audaces. En los 80 vimos cantidad de series así.
Por cierto, y aunque no venga mucho al caso, dicen que T. R. Knight, George O’Malley en Anatomía de Grey, quiere dejar la serie porque no le está gustando el rumbo de su personaje en la presente temporada. ¿Se lo habrá pensado bien? Me lo imagino interpretando a un personaje en la nueva serie de John Stamos y se me cae el alma al suelo, la verdad.
Los mejores años, nostalgia para Telecinco
El vídeo de arriba es de I migliori anni, el programa italiano en el que Telecinco ha basado su nuevo concurso titulado Los mejores años, más nostalgia televisiva después de los recientes intentos de Yo estuve allí (La 1) o Petas Zetas (Antena 3). A diferencia de estas dos propuestas, el concurso de Telecinco será un show con todas las letras que aspira a convertirse en el programa estrella de la cadena a partir del año que viene.
Jesús Vázquez será el presentador, que anda de capa caída después de que su Allá tú no haya podido recuperar el espacio que le dejó a Pasapalabra y que se había quedado sin programa después de que retrasasen hasta la primavera la próxima edición de Supervivientes. El presentador estará en su salsa porque en Los mejores años estará rodeado de triunfitos de todas las ediciones. A ver si consiguen que de una vez por todas alguno venda, por lo menos, un politono.
El programa, si es fiel a la versión italiana, recupera el espíritu de los programas espectáculo que triunfaron hace unos años en la tele patria y de los que José Luis Moreno fue máximo exponente, con permiso de Sorpresa, sorpresa, El gran juego de la Oca o VIP noche, por ejemplo. En este caso la nostalgia será el hilo conductor de un programa que tendrá de todo: concurso, actuaciones, testimonios de protagonistas de acontecimientos de los últimos cincuenta años, señoritas cañón y, esto es lo que ha llamado más mi atención, un jurado de adolescentes que tendrá que determinar cuál ha sido la mejor década de la historia. Jugada maestra.
Me imagino la conversación en el despacho. Uno decía: «Sí, sí, todo esto está muy bien, pero ¿cómo hacemos para tener audiencia joven? Si lo dejamos así sólo van a vernos los carcas». Repuesta: «Ya está, metemos a gente joven de jurado para que ellos, que no han vivido el asunto y no saben de qué estamos hablando, valoren las décadas». Después de esto se fueron a celebrarlo al Casino de Torrelodones.
Cómo no, la productora que está trabajando en el formato es Gestmusic, que ahora mismo producen Mira quién baila o Al pie de la letra. Empiezo a pensar que los de Gestmusic son omnipotentes, como Dios, y omnipresentes. No se les resiste una. Entre sus logros están Operación triunfo y Allá tú, es decir, son los que contratan a Jesús Vázquez y los responsables de que haya triunfitos esparcidos en programas de otras cadenas, como en Al pie de la letra, que también es suyo.
Dos equipos, con la ayuda de un famoso, defenderán su década y tendrán que responder a preguntas sobre objetos curiosos de la época, política, sociedad, moda y, por supuesto, música. Un popurrí de cosas tremendo en el que Telecinco, claramente, aspira a ser la cadena de todos y para todos. Queda por concretar qué día piensan emitirlo. Eso es lo complicado, encontrar un hueco a semejante espectáculo.
Por qué voy a ver Cazadores de hombres
Porque Emma Suárez es una actriz que me gusta desde hace tiempo, aunque tenga en el currículum cosas como Querido maestro (que de algo hay que vivir), y porque soy fan de Pere Arquillué desde sus tiempos de actor en series de TV3.
Porque me apetece ver por qué derroteros del drama se manejan estos señores de Ficción TV, la productora, responsables también de El síndrome de Ulises, y que tienen un equipo de guionistas que ha escrito para Génesis, en la mente del asesino, Hospital Central o El comisario.
Porque no quiero caer en los tejemanejes de Gran Hermano, que ha adelantado la gala para fastidiar a la serie en un movimiento nada elegante, que anuncia una gran sorpresa para esta noche que después podrá verse hasta la saciedad en YouTube y que en el Canal 24 horas hurta la acción real enfocando siempre las cosas menos interesantes para tener a la gente enganchada a los resúmenes y a las galas. Una forma de hacer el show muy poco honesta desde mi punto de vista. Por cierto, me tiro a la piscina: la sorpresa será que los cambian de casa y los de la buena se van a la mala, y viceversa.
Porque siempre doy oportunidades a las series nacionales, aunque Antena 3 no suele apostar por cosas que me gusten demasiado, pero creo que es importante ver cómo está el mercado, qué productos llegan a nuestras pantallas y en qué condiciones de emisión.
Porque hay una trama transversal consistente en la búsqueda del asesino de la hija de Ana Leal (Emma Suárez), y tramas autoconclusivas en cada episodio que consistirán en la caza de un fugitivo que estará interpretado por un invitado estrella (Federico Luppi, Jorge Sanz o Lucía Jiménez, entre otros, según se anuncia por ahí). Un planteamiento inteligente y que da al traste con la excesiva endogamia que suelen tener este tipo de series.
Y, finalmente, porque la serie exige un alto nivel de producción derivada de todo lo que hemos comentado y tengo curiosidad por ver cómo resuelven el asunto de los exteriores, las persecuciones y demás. Al fin y al cabo, por lo que parece es una serie de acción y si la acción está bien hecha puede ser muy gratificante. Veremos qué pasa esta noche.
El presupuesto de Mira quién baila
Es el misterio de la temporada. Muchos se han lanzado a hacer cuentas para intentar estimar cuánto dinero se gasta Televisión Española en esta nueva edición de Mira quién baila, que tiene un casting que ya lo quisieran para sí La Noria y ¿Dónde estás corazón? Desde Gestmusic se tiran balones fuera diciendo que ellos se limitan a administrar el dinero que le da la cadena, y desde la cadena se niegan a desvelar sus acuerdos con empresas privadas.
Pese a toda esta prudencia, ha saltado la liebre. Ya he leído en dos medios (aquí y aquí), que el gasto se estima en 300.000 euros a la semana (más una cantidad similar en concepto de gastos de producción, por trece emisiones, unos ocho millones de euros). La Obregón y Ortega Cano parece ser que superan el récord de caché que hasta ahora tenía Carmen Martínez Bordiú en 48.000 euros a la semana; los hermanos Cadaval participan en pareja (uno bailando y el otro de jurado); Vicky Martín Berrocal y Manuel Bandera son empleados de la productora y están en su elenco, con lo que casi todo queda en casa; Poty, el coreógrafo, cobra por su presencia y por las clases de baile. Y luego están los secundarios que también cobran lo suyo.
El programa estrenó el lunes superando a CSI y llevándose de calle a la audiencia así que es de suponer que Mira quién baila es sobradamente rentable y que todo el dinero invertido en pagar cachés es recuperado por la vía de la publicidad. ¿Es eso suficiente? ¿Nos tenemos que conformar con eso? Yo estoy segura de que si Televisión Española recuperase un formato como, por ejemplo, el de Tómbola, también tendría audiencias millonarias que cubrirían los gastos, pero no es eso lo que yo quiero ver en una televisión pública.
A mí me parece vergonzoso que desde una televisión pública se alimente el parasitismo imperante en las crónicas de sociedad, que se pague a gente por su imagen, ¡y qué imagen! Que con la excepción de Julio Salinas, un futbolista de los de antes, el resto vive de estar ahí, en «el candelabro», y con programas como éste lo único que se consigue es que se prolongue su vida en los medios. Por otro lado, además, se retroalimenta a la productora, que coloca a gente de sus programas y de forma indirecta les hace publicidad, generándose un círculo vicioso pestilente. Y la audiencia les apoya pero eso no es lo importante porque la audiencia apoya a menudo cosas cuestionables. Es una cuestión de responsabilidad, algo que se echa cada vez más en falta.








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