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‘Los Simpson’ por Bansky
Esto es lo que pasa cuando se le da libertad creativa a un artista y se usa como medio la televisión. No se me ocurre ahora mismo un ejemplo mejor que pueda definir la simbiosis de ambos medios. El que firma esta intro de Los Simpson es Bansky, un artista del graffitti británico del que se sabe bien poco pero ni falta que hace que sepamos más porque el vídeo habla por sí solo y resume las inquietudes que intenta transmitir con su obra.
El mensaje está claro pero, aunque pueda parecer mentira, es ajeno a la mayoría de la población, que prefiere cerrar los ojos a las grietas del sistema. Utilizar a Los Simpson para realizar esta denuncia me parece una genialidad aunque no sé si en la Fox estarán muy contentos. Los bienpensantes concluirán que esto no es más que un delirio de un tipo que se dedica a ensuciar paredes pero lo cierto es que el vídeo trae a primer plano la hipocresía del sistema: la familia cómodamente sentada en el sofá frente a la tele, ajena a la manera en la que se fabrican los artículos de consumo que nos venden. A mí me ha dejado impresionada.
Por otro lado, que Los Simpson permitan que se haga esta interpretación me parece absolutamente necesario. La visión crítica y ácida de la serie se complementa a la perfección con la denuncia. De hecho, la denuncia va más allá de lo que suelen ir ellos pero eso no es malo. Está claro que la televisión como medio intenta no meter el dedo en la llaga, eso sólo puede hacerlo un artista independiente. La confluencia de ambos medios multiplica el mensaje, lo concreta y lo vuelve universal.
Pedir que la televisión se pliegue a este tipo de mensajes es absurdo. Estamos en un punto en el que el entretenimiento lleva asociado la etiqueta de «blanco» (parece que la gente no quiere calentarse la cabeza), y, por otro lado, hay sectores que no admiten que la tele dé lecciones de nada porque la consideran un medio intelectualmente inferior. Hay gente que se jacta de no leer jamás un libro y a esos los entiendo tan poco como a los que se jactan de no ver nunca televisión. Lamento que este tipo de incursiones como la de Bansky sean excepcionales, me gustaría una tele más activista, más ideológica (en el amplio sentido de la palabra). La conclusión fácil sería que una tele así no la vería ni el tato pero yo no estoy del todo segura, no sé qué pensaréis vosotros. Lo que sí que está claro es que ninguno de los grandes grupos televisivos del planeta estaría dispuesto a tirar piedras contra su propio tejado. Críticas sí, pero las justas, no vaya a ser que la gente empiece a pensar por su cuenta.
Solteros: el personaje fijo
Hasta llegar a series como Impares, protagonizada únicamente por solteros en busca del amor, la tele nos ha proporcionado grandes momentos de personajes adultos pertenecientes a un sector de la sociedad que ha ido adquiriendo protagonismo con el paso del tiempo. De ser unos solteros secundarios cascarrabias y malhumorados, su imagen ha ido mejorando en la tele a medida que aumentaba su valoración en la sociedad gracias a la importancia de su nivel de consumo. Hay enfoques para todos los gustos pero ya sea a través de la comedia pura, el sarcasmo o la tragicomedia, los solteros han ido ganando terreno en las ficciones y ahora, en este mundo globalizado que quiere llegar a todos, es difícil ver una serie que no incluya a uno, e incluso hay series en las que todos los protagonistas lo son.
Repartos corales de solteros: Apartamento para tres (1977), Seinfeld (1989), Friends (1994), o Sexo en Nueva York (1998). Obviamente, en estas series la soltería no era perpetúa y aparecían parejas con la misma velocidad con la que desaparecían, pero nos han dado algunos de los mejores solteros de la tele como Larry, el soltero crápula de Apartamento para tres, o Joey de Friends como el soltero inocente. Puestos a elegir personajes de estas series me quedo con dos.
George Constanza, ese miserable que se alegró mucho de que su futura mujer falleciese intoxicada por la goma de los sobres baratos de las invitaciones de boda que él había comprado al coste para ahorrarse dinero. En Seinfeld la búsqueda de pareja era algo natural, no iba orientada al matrimonio, y las parejas iban y venían, algunas con más permanencia que otras, pero la soltería no era un lastre. George, con su eterna insatisfacción vital, nunca estaba satisfecho con las parejas que conseguía y pocas veces conseguía que las relaciones llegasen a buen término. Se lo tenía merecido.
Mención aparte merece Sexo en Nueva York, serie que me gusta mucho pero a la que no le perdono el hecho de que al final la redención de las protagonistas llegase a través de la consecución de una pareja estable. De esta serie me quedo, cómo no, con el personaje de Samantha Jones, por su gracia para decir guarrerías y porque me parece que es uno de los personajes mejor construidos de la serie. Estereotípica como las demás, claro, pero con unas contradicciones mejor marcadas y explotadas que las otras.
Murphy Brown (1988), supuso toda una revolución. Esta periodista ex-alcohólica estaba dedicada por entero a su profesión, era una mujer moderna de la época y consiguió revolucionar el panorama en dos momentos clave del proceso vital del personaje: cuando fuma marihuana como tratamiento contra el cáncer de mama y cuando decidió ser madre soltera. Os recuerdo que estamos en los Ochenta y que en aquel entonces este tipo de cosas tan privadas eran consideradas tabús, sobre todo en el caso de las mujeres. Hacían unas promos diferentes.
Claro que voy a hablar de Cómo conocí a vuestra madre (2005). Dejarme a Barney en una lista así sería un crimen. No hay nada que pueda decir que no sepáis, sólo destacar el parecido de su personaje con Larry, el de Apartamento para tres.
Y quiero terminar con Brian, de ¿Qué hacemos con Brian? (2006). Brian me parece un soltero llorón, no me gusta nada. El conflicto que tiene no está mal, pero me parece que se cuenta de una manera poco atractiva, a excepción de alguna ex destacable. La alienación de todos los personajes de la serie se me hace cansina pero para gustos, los colores.
¿A quién me he dejado? ¿A Liz Lemon (30 Rock)? ¿A Chris Peterson (Búscate la vida)? Pues para eso están los comentarios, para que completéis la entrada con vuestras aportaciones.
Programaciones enfrentadas, pelea de barro
Apenas llevamos un mes de temporada y las cadenas ya se han puesto el uniforme de pelea. Objetivo: fastidiar la emisión del oponente. Lo conseguido: despistar al espectador. Hay casos y casos, es cierto, pero me da cierta vergüenza ajena ver determinados movimientos. Cierto es que no soy programadora, no me cansaré de repetirlo, pero sí que soy espectadora. Los cambios de los que voy a hablar no afectan a mi parrilla personal, una parrilla que a estas alturas ya tengo muy clara, pero afectan a las parrillas de otros muchos, la gran mayoría a juzgar por lo que dicen las encuestas.
En primer lugar, El internado, esa serie de Antena 3 que no he visto nunca, apenas algunos minutos desparramados en zapping, pero que por todos es sabido que tiene tirón adolescente, un tirón que ya quisieran muchos para sus espacios. Me hace gracia el componente erótico de la serie pero no puedo hablar, en mis años mozos fui de la religión de Sensación de vivir. En cualquier caso El internado se acaba y ese capítulo final que terminará de desentrañar las tramas (misterios, muertes, nazis…, tienen de todo), se emitirá en miércoles en lugar de martes, para ver si consiguen hacerle sombra a Tierra de lobos. No es la primera vez que Antena 3 intenta algo así. De hecho, a principio de temporada hicieron algo parecido con Física o Química y les salió el tiro por la culata. Ellos sabrán pero a mí me parece desperdiciar espectadores cambiando el día de emisión del capítulo final de una serie. «Cosas veredes…».
Luego tenemos a Telecinco, que después de dar campanadas con Belén Esteban han plantado para el próximo jueves una especie de gala-debate con antiguos concursantes de Gran Hermano para dar la bienvenida a la nueva edición, que empezará en domingo y se emitirá los jueves de manera regular. Lo llevan crudo porque anoche Águila Roja hizo más de un treinta por ciento de share y eso hace temblar hasta los cojines del confesionario. ¿No tenían otra cosa para rellenar este jueves tonto que se les ha quedado suelto? Quizá sí, pero es mejor montar un debate remember, mucho más barato, que tirar la posibilidad de interesar a los espectadores con una película, por ejemplo. Hay batallas que se saben perdidas de antemano y ante eso una retirada a tiempo es una victoria, no falla.
Lo mejor de todo es que estas propuestas, a una semana vista, son tan sólidas como una figurita de barro en la puerta de un colegio. Hasta el último momento podemos esperar cualquier cambio porque la contraprogramación no quita puntos, apenas unos euros ridículos de multa, y no me creo que las cadenas dejen sus cartas a la vista con tanta antelación, esperando que el enemigo dé sus pasos. Eso sí, se nota que el share es una obsesión. Y no sólo el propio, también el ajeno. Y no sólo el de la cadena principal, también el del grupo. No sé si en las universidades ya se forman especialistas en la fragmentación de las audiencias pero son muy necesarios para evitarnos chapuzas de este tipo.
‘Cuatro puertas’, la nueva sitcom de laSexta
Cómo son las cosas. laSexta empieza a largar y José Miguel Contreras vuelve a acaparar titulares de toda índole. Este señor hace en su cadena el mismo papel que hace Mou en el Real Madrid, no digáis que no. De entre todas las cosas que ha dicho y que después quedarán en nada (le vamos pillando el tranquillo, señor Contreras), me quedo con lo que parece un proyecto sólido de sitcom con Globomedia.
El vídeo de arriba viene a cuento porque parece seguro que Antonio Molero será el protagonista de la serie, que se llamará Cuatro puertas, y el chiste que cuenta podría ser una metáfora de este proyecto (no quiero ser agorera pero nunca se sabe). Poco dicen aún de la trama de la serie aunque no me creo que esté tan en pañales, pero ya van saliendo nombres y Malena Alterio está siendo valorada como coprotagonista.
Hay varias cosas a comentar de este proyecto. Primero que sería una apuesta para el prime time pero que a pesar de llamarla sitcom los episodios tendrán una duración de cuarenta y cinco minutos así que de sitcom, nada. Media comedia, y gracias. No me gusta que manipulen los términos a su antojo. Qué le voy a hacer, para eso soy una purista. Y luego está el asunto de en qué canal del grupo piensan emitirla. La venden como si fuera a emitirse en laSexta de toda la vida pero aquí dicen que es la apuesta fuerte para laSexta 3, que está a punto de caramelo (llega en noviembre).
En resumen, una sitcom que no es tal para una cadena que aún no existe y que por lo visto presentará refuerzos a principios de año. Y digo yo, si es para un canal que pretenden levantar, ¿no sería mejor tirarse por un formato más ambicioso? Con una sitcom pura me conformaría.
Si todos piensan gestionar todos sus canales de la TDT con la misma mentalidad con la que gestionan las cadenas madre, no vamos a avanzar nada. ¿Nadie piensa en dar un paso adelante y hacer algo que se parezca de alguna manera a la televisión que quieren un grupo espectadores? Vale que en principio no será un grupo muy grande pero nos podemos convertir en legión. Los espectadores no somos tontos y ante la calidad la gente elige. Qué panorama.
Música de series: abogados
Las series de abogados han sido un continuo en mi vida de espectadora televisiva. Siempre me han gustado, a veces creo que más que las de médicos (están ahí, ahí), y su banda sonora siempre ha ido ligada de alguna manera a mis acontecimientos vitales. Como en las series nada es casual, a través de sus créditos podemos llegar a saber muchas cosas de la serie en sí. Aquí os dejo una selección de temas con los motivos que me han llevado a escogerlos. He intentado ser variada pero, claro, he tenido que hacer una criba importante.
Perry Mason (1957 – 1966). El tema es Park Avenue Beat, de Fred Steiner, y es uno de lo más reconocibles de la tele. Yo esta serie no la vi en su momento (no soy tan mayor, aún), pero la canción es mítica y esa intro, con Perry Mason sentado sólo en una sala de juicios, examinando pruebas y sonriendo, es un excelente resumen de la serie en sí, en la que éste abogado defensor de inocentes siempre terminaba encontrando al verdadero asesino.
Juzgado de guardia (1984 – 1992). Al ser de una comedia de situación estos créditos son menos narrativos pero el tema es un clásico de Jack Elliott que os puede sonar de un episodio de Padre de familia (el trece de la quinta temporada), donde Bill Clinton lo interpreta con el saxo. Ya sabéis, lo que no sale en Padre de familia, no existe.
Turno de oficio (1986 – 1987). La aportación española a la lista. He estado a punto de poner Anillos de oro, mítica, pero valorando los créditos me gustan más estos. La música es el Concierto para trompeta en Fa menor de Georg Philipp Telemann y encajaba a la perfección con el ambiente de la serie. San Antonio Mercero me perdone pero ¿no veis similitudes entre las cabeceras de Turno de oficio y Juzgado de guardia?
La ley de Los Ángeles (1986 – 1994). Éste es el componente sentimental de la lista. Esta serie y Canción triste de Hill Street las tengo vinculadas a ver la tele con mi padre, que no era muy amante del medio pero que disfrutaba mucho con ambas, cosa que a mí me hacía pensar que eran buenas. Nos sabíamos las sintonías de memoria y las cantábamos mucho.
Ally McBeal (1997 – 2002). Ésta no podía faltar de ninguna de las maneras. En esta serie la música era esencial porque servía para expresar los pensamientos y sentimientos de los personajes. En este sentido, la que hizo su agosto siendo el alter ego de Ally McBeal fue Vonda Shepard, que interpretó la gran mayoría de temas y tenía incluso apariciones en la serie, casi siempre sentada al teclado. Se puso muy de moda, demasiado diría yo. Tanto que yo siempre preferí los momentos de Barry White.
Y tenía que terminar pero me quedaban tres apuntadas y no sabía cuál elegir: ahí estaban El abogado (The practice) y Damages, pero finalmente la elegida ha sido:
The good wife (2009 – ). La secuencia de créditos dura apenas once segundos, no aparece hasta bien empezado el episodio y es capaz con unas imágenes congeladas y esos tonos de piano explicar todo el conflicto de la trama. La música, si no me equivoco, es de Chris Knox. Claro, no soy objetiva, Julianna Margulies y Josh Charles, sobre todo, me gustan mucho.
‘Parenthood’ y la mala programación
Estoy viendo Parenthood en Fox (sí, llevo mucho retraso), y estoy planteándome seriamente la opción de descargar la serie para verla en condiciones. ¿Me la recomendáis? Sé que puede parecer una pregunta absurda pero no, os la explico. Como decía, la estoy viendo en Fox y parece que me está gustando pero creo que me gustaría mucho más si no la hubiesen programado después de Modern Family, que ésta sí me gusta sin discusión.
Debe de ser que tengo poca facilidad adaptativa pero es que las series tienen muchos puntos en común pero los registros son totalmente diferentes. La comedia de Modern Family se asume bien pero pasar sin transición al drama de Parenthood (tragicomedia más bien), se me hace complicado. Familias atípicas en ambos casos, relaciones familiares complicadas, hermanos, nietos, hijos de rebote, primos…, ya sabéis a qué me refiero. En el concepto inicial son casi un calco. El abuelo dominante, hijos fracasados con hijos rebeldes, problemas de interacción social y escenas familiares con mucha ñoñería que lo ponen todo en su sitio. Quizá si emitiesen las series en días diferentes las disfrutaría más las dos.
Eso sí, Parenthood tiene grandes, enormes puntos a favor, que son los que me hacen querer verla en otras condiciones. Ahí está Craig T. Nelson, al que descubrí en El entrenador (1997). Aquella comedia me gustaba mucho y es una de las que hay que agradecer a las sesiones en abierto del desaparecido Canal +, si no recuerdo mal. En la serie está casado con la mítica Bonnie Bedelia. Lauren Graham me chifla cuando, como es el caso, hace de madre humana, como en Las chicas Gilmore, con ese toque permanente entre la alucinación y el desconcierto, equivocándose de forma recurrente. Pero es que también está Peter Krause y de él sólo puedo decir dos palabras: «Peter Krause». Soy fan total.
Respecto a los personajes, el que más me gusta es el de Crosby, el padre soltero interpretado por Dax Shepard. Es un personaje tierno, perdedor, que de repente se encuentra con la horma de su zapato. También destacable el conflicto de los Graham, el matrimonio perfecto con un niño medio autista que les rompe todo el equilibro. Lo que menos me gusta es esa manía que tienen últimamente las series de solucionarlo todo a modo clan. Será cosa de la crisis global y no lo digo en broma, parece que ahora a lo único que se puede recurrir es a la familia, y suelen ser familias nada tradicionales.
En fin, que por si habéis perdido el hilo os repito la pregunta. ¿Me busco la serie por otro lado? ¿Merece la pena darle un sitio especial o lo que he visto es lo que hay y no se le puede sacar más punta? Claro que estando Peter Krause no debería de albergar dudas pero hay tantas cosas para ver.








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