Concursos de saldo para la crisis
29 julio 2009 at 08:15 13 comentarios
Crisis económica, debacle general, las cadenas de televisión acusan el descenso de ingresos por publicidad y huyen como pueden de la palabra «pérdidas» en una época como el verano, con el descenso del consumo televisivo rematando el panorama. ¿Cómo hacen para remontar la situación? Sencillo: plantean programas cutres y casposos, muy baratos de hacer y que, disfrazados con el fantástico traje de servicio público, simulan dar cantidades ingentes de dinero a cambio de simples mensajes de texto. Aunque parezca mentira, ellos ganan.
Después de que Antena 3 haya empezado la carrera con La gran oportunidad y con Verano de campeones (el vídeo de arriba), un concurso presentado por Ivonne Reyes y Aitor Trigos que conjuga refrescantes pruebas en la playa con preguntas en el plató con paneles tipo Euromillón, que no tiene franja propia y anda insertado en otros programas de la cadena, ahora le toca a Telecinco poner en marcha su máquina de hacer dinero fácil.
Aunque el fracaso de Rico al instante, fracaso televisivo de Antena 3, aún resuena como eco premonitorio, Telecinco ha decidido liarse la manta a la cabeza con su Asalto al furgón del dinero, presentado por Quico Taronjí (el que estaba con los concursantes en el difunto La vuelta al mundo en directo), e ideado por Roberto Ontiveros, recién fugado de Antena 3. Este programa también estará insertado en otros espacios de la cadena y es una competición entre el concursante en casa, al que se dirige sin avisar el furgón con la pasta, y el concursante en plató, que tendrá que responder a una batería de preguntas y, mediante pistas, intentar averiguar dónde va el furgón y para quién es. Si no lo adivina y el destinatario del furgón no está en su domicilio para recibirlo, el dinero pasará al bote.
Además de este alarde de originalidad, en breve podremos ver El revientaprecios, presentado por Miquel Serra (el reportero de acentazo catalán del Tomate). ¿Adivináis de qué va? Eso es: una subasta de artículos al mejor postor a través del SMS. Según parece, las últimas tendencias indican que los programas de subastas van a desplazar en popularidad y tiempo a los tradicionales Call-TV y ya se hacen en la radio y todo.
Y por último las propuestas más convencionales. Toma cero y a jugar lo presentará Daniel Domenjó (el pobre al que se le murió El Topo). Dos concursantes en plató compitiendo con sus conocimientos, temple y astucia. Y Arriésgalo todo, con Joaquín Prat, más cultura general pero con la tensión de no perder dinero.
La tónica general son cantidades ingentes de dinero muy fáciles de conseguir en apariencia pero ya sabéis que los móviles los carga el diablo y que una vez que hayáis enviado un mensaje vuestro número de teléfono pasará a formar parte de una base de datos que utilizarán para enviaros publicidad a espuertas. Estáis avisados.
Entry filed under: Concursos, Telecinco, Televisión. Tags: Arriésgalo todo, Asalto al furgón del dinero, El revientaprecios, Toma cero y a jugar.
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"La tele que me parió" es un blog sobre televisión, sobre cómo la vemos y sobre cómo la hacen. Sólo es televisión pero me gusta y aquí encontrarás una entrada diaria de mis delirios catódicos de espectadora irredenta.
La tele que me parió 
1.
David I | 29 julio 2009 a las 10:13
Ché, con lo bien que iba todo hasta el último párrafo…
No , en serio, vaya plasta de concursos.
2.
antonio larrosa | 29 julio 2009 a las 10:50
Los Programas son muy tipicos , y los premios seguro que se los dan a nadie pues nuca dicen nombre completo y dirección del ganador como se hacia antiguamente , y lo digo porque una vez le tocó un coche a un vecino. Ahora solo dicen :soy juan o luisa de Barcelona asi que averigua tú si no será el truco del almendruco.
Clica sobre mi nombre
3.
Mr. Samper | 29 julio 2009 a las 10:54
La televisión privada de este país está degenerando a pasos agigantados. Al final intentarán sacarnos los cuartos hasta durante los informativos.
4.
Alessan | 29 julio 2009 a las 20:04
Dios mio, cuando parece que no cabe mas mierda…
5.
cotillera profesional | 29 julio 2009 a las 21:04
Yo solo tengo una pregunta.
En el caso que fuera verdad y dieran esos premios: 600000€ o los 40000€ que se supone que dan cada dia. Mi pregunta es: ¿vosotros creeis que recuperan el premio con los SMS que envian la gente?
6.
Ruth | 29 julio 2009 a las 21:37
DAVID: Ya ves, con lo que me gustan a mí los concursos, pero estos tienen una pinta…,.
ANTONIO LARROSA: A saber, a saber.
MR. SAMPER: Todo llegará. No llames al mal tiempo 😉 .
ALESSAN: Jajjajjajjaaa. Será que la mierda no ocupa lugar 😆 .
COTILLERA: El tema es que, si no lo recuperasen, no lo haría. ¿Van a arriesgarse a perder dinero?
7.
Doctora | 29 julio 2009 a las 22:14
Me hace mucha gracia el entusiasmo de Ivonne Reyes,siempre parece que está nerviosa,como si fuese su primer dia en la tele.
Creo que se sentiría más tranquila si llevase sujetador.
8.
cotillera profesional | 30 julio 2009 a las 01:07
No tienen porque recuperarlo con los SMS, los premios pueden salir de la publicidad, ¿?no?
9.
Ruth | 30 julio 2009 a las 09:58
DOCTORA: Jajjajjjajjjaa. ¡¡Y bragas!! 😆
COTILLERA: Claro, claro, eso por supuesto, pero con los SMS consiguen además una base de datos impresionantes de números de teléfono a los que bombardear con publicidad, a los que picar y, siendo mala, una lista de números que vender, pero esto es una suposición mía.
10.
TELEpatético | 30 julio 2009 a las 12:24
Pero vamos a ver ¿qué le pasa a Ivonne Reyes? ¿Se le ha olvidado presentar? ¿Qué le pasa con la tarjeta poiéndosela continuamente en la cara? ¿Por qué esta siemrpe tan perdida? Y, sobre todo, ¿por qué ni ella misma se cree que un concursante pueda ganar el gran premio de su concurso?
11.
Ruth | 31 julio 2009 a las 10:26
TELEPATÉTICO: Eso mismo pensé yo. Esta chica era natural y espontánea y ahora está más perdida que un pulpo en un garaje, la pobre.
12.
David L. | 31 julio 2009 a las 15:40
¿Qué le pasa a Ivonne en la boca, que no hace más que sacar la lengua y ponerse la tarjeta delante?
13.
Ruth | 1 agosto 2009 a las 10:21
DAVID L.: Igual tenía sed. O «guacheras», como decían en La hora chanante.