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Adiós, Sardá, adiós
Empezar en la tele haciendo Juego de niños (1990), y terminar con eso de La tribu (Telecinco), tiene que ser como una experiencia religiosa. En todo este período de tiempo me ha parecido asistir a la defunción del señor Casamajor (su personaje en La Ventana de la Cadena Ser), y al nacimiento de una especie de demonio televisivo. El anuncio de su retirada de la tele, coincidiendo con la finalización de su contrato en Telecinco, me deja un sabor agridulce porque, en realidad, a Sardá le perdí la pista televisiva hace mucho tiempo, más o menos cuando empezó a pegar gritos a diestro y siniestro.
No se le puede negar el éxito en Moros y cristianos y, sobre todo, Crónicas marcianas, dos programas que nunca vi, he de reconocerlo, pero que marcaron un antes y en la historia de nuestra tele reciente. Todavía colean muchos de los escándalos que se removieron en aquel plató marciano y pueden encontrarse muchos vídeos de aquellos momentos ¿memorables? No sé, supongo que para alguien como yo, que creció escuchándole en la Cadena Ser y que disfrutó con Juego de niños, el cambio fue demasiado radical. Él ha aguantado el tirón muchos años así que es de suponer que no estaba del todo insatisfecho con el asunto.
Una de sus últimas «hazañas» ha sido la de airear a los cuatro vientos la supuesta relación entre Shakira y Piqué, el jugador del Barça. Una acción poco elegante y, como diría Buenafuente, una meada fuera de tiesto. Tampoco se cubrió de gloria con el rifi rafe entre Telecinco y Endemol que terminó con dimisiones y con un proyecto suyo de late night desaparecido. En fin, que con él llegó el escándalo y se ve que ya ha tenido bastante. Se retira ahora a ejercer de tertuliano en cuestiones, por ahora, de incidencia social pero sin meterse en política.
En fin. Que le vaya bonito. Quizá ha esperado demasiado para tomar esta decisión (supongo que el contrato que tenía era demasiado blindado como para romperlo). Su último proyecto serio, Dutifrí, tampoco ha tenido el respaldo de Telecinco, que ha programado el espacio de viajes de manera infame. Se veía venir después de que aquello de La tribu fuese un desastre de proporciones extraordinarias. Espero que este cambio de rumbo le satisfaga, que su nueva faceta de tertuliano cubra sus expectativas y que sus libros se vendan como rosquillas. Si algún día vuelve a la tele le recibiré con los brazos abiertos, siempre y cuando haya conseguido moderar el tono de voz, que los gritos me sacan de quicio. Así que sí, suerte, señor Sardá. El mundo no se acaba en la tele, «hay barcas pa’seguir».
Crónicas Marcianas, el regreso
¿Habéis visto el vídeo? ¿Os acordabais de esto? Hubo un tiempo maravilloso, muy, muy lejano (1996), en el que Javier Sardá no gritaba y no hacía aspavientos constantemente. Tenía además un personaje que se hizo muy famoso, el señor Casamajor. Ahora Sardá es en sí mismo el personaje, sin necesidad de ventriloquia, y después de cerrar la etapa de Crónicas Marcianas empujado por el desgaste del programa, vuelve a Telecinco como un gran hijo pródigo al que, además, no se le pueden exigir demasiadas cosas y al que se le va a dejar que haga lo que quiera. Es lo que suelen hacer los padres cuando consiguen que el hijo que se ha escapado vuelva a casa.
Después de esos Dutifrí en los que se lo ha pasado como el tato a cargo de la cadena, viajando con sus amigos, vuelve a un plató para ver si es posible que Crónicas Marcianas salga del letargo, del sueño de los justos. La recuperación del espacio tiene mucho de simbólico, de recuperar tiempos de gloria pasados. Quizá han pensado que si la gente cree que Telecinco vuelve a aquella época desaparecerán poco a poco las críticas a una cadena que en estos momentos, acuciada por la carrera por la audiencia, no sabe dónde tiene la mano derecha.
Con Javier Sardá vuelven Boris Izaguirre y Carlos Latre, y les acompañará Mercedes Milá en labores de polemista, que ella de eso de polemizar sabe un rato. Puestos uno al lado de otro, Sardá, Izaguirre y Milá parecen muñecos salidos de la misma cadena de montaje: gritones e histriónicos a más no poder, con el abuso del gesto como arma rotunda.
El programa parece que se instalará en el late de los viernes y si todo le sale bien a Vasile, será la guinda del pastel que empiezan a cocinar el viernes 27 de febrero con La séptima silla, un programa de debate social que incluirá crónica rosa y en el que seis personajes (periodistas del corazón y famosos de tomo y lomo), entrevistarán a un séptimo. La séptima silla y la versión semanal de Crónicas Marcianas conforman la tarta que Telecinco quiere estampar en la cara de Dónde estás corazón y Antena 3. Hasta el 27 de febrero, Jordi González seguirá haciendo doblete con La Noria.
Qué bien le ha venido a Sardá la polémica de Gestmusic. Qué amigos más fieles tiene, que le siguen allá donde va. Qué mal está Telecinco, que opta por el reciclaje. Un dato irrisorio: colocan a Sardá un viernes por la noche, justo cuando no hay Buenafuente. Que me perdonen pero yo voy a abstenerme. Dicen por ahí que Crónicas tuvo unas etapas buenas y que luego degeneró. No lo pongo en duda pero no lo vi en su momento y tampoco creo que me aficione ahora. Esos subidones de adrenalina a altas horas de la noche me afectan al sueño, soy así de sensible.
Restableciendo la conexión
Estoy más perdida que un pulpo en un garaje. Después de tres días desconectada del mundanal ruido tengo muchas ganas de leer las decenas de blogs que tengo suscritos (he visto que no habéis parado de escribir, malditos), y al mismo tiempo tengo que ponerme al día en esto de la tele. He echado un primer vistazo al asunto y parece que todo ha cambiado, pero que todo sigue igual.
De piedra me he quedado con lo de Mobuzz TV, que finalmente cierran el chiringuito. Ya no es que perdamos una pantalla diferente, unos programas de tele por Internet que podrían gustar más o menos, la verdadera pena es que el modelo de negocio se ha ido al traste, un modelo que huía de lo convencional y que primaba los contenidos sobre la publicidad. Quizá aún no era su momento pero este cierre pone en evidencia las dificultades que grandes proyectos independientes pueden tener en la Red. Por otro lado ha empezado en Internet una nueva serie que con escaso presupuesto ha conseguido crear un producto más que digno. Se llama Malviviendo, el piloto está hecho con cuarenta euros y podéis verlo íntegro en su web. Yo os dejo el trailer aquí abajo. Dadle al play porque está genial y es cosa fina.
Y en cuestión de series, Globomedia ya ha empezado a darle bombo a los nuevos personajes de Aída, la Soraya y Aidita. El planteamiento me parece bueno: la hija pija volverá al barrio con aires de grandeza pero habiendo cometido los mismos errores que su madre. Eso sí, finalmente Carmen Machi parece que se queda una temporada más, aunque bajo mínimos.
En cuanto a programas, Sardá parece que va a volver a hacer Crónicas Marcianas, ahora en formato semanal. Canal + ha estrenado un programa llamado Ilustres ignorantes, con Javier Coronas, Javier Cansado y Pepe Colubi. El programa tiene una pintaza estupenda, estétitca total de Lo + Plus y, maravillas de la Red, está disponible en la nueva web Plus TV. A disfrutarlo. Dejo en asuntos pendientes el leer esta entrevista a Dani Mateo y el mejor chiste de la semana ha venido de la mano de Telecinco y no tiene nada que ver con Julián Muñoz. A saber: han decidido reforzar su programación infantil y van a tematizar su Telecinco 2 con series infantiles de la factoría Turner. A buenas horas, mangas verdes. Visto el éxito de Clan TV, por ejemplo, han decidido arrimar el ascua a esa sardina y lo hacen tarde y dándoselas de altruistas. Qué cara más dura.
Sardá quiere volver con su pandilla
Javier Sardá espera volver a la televisión en enero del año que viene con un programa semanal, corto, en el que aspira a pasárselo bien, a divertirse (y a divertirnos, espero). Sardá fue durante mucho tiempo un profesional respetado en aquellos años en los que su concepto de la cultura era, digamos, el oficial, y poco a poco se fue escorando al show constante, al grito y a los contenidos escandalosos sin más. Una evolución extraña que en lo que a mí respecta le ha hecho perder credibilidad y, sobre todo, interés. Me aburre.
Ahora quiere volver a la tele, a Telecinco, claro, pero supedita su proyecto a que los colaboradores digan que sí y los colaboradores son, ni más ni menos, Boris Izaguirre y Carlos Latre. Izaguirre anunció su retirada de la televisión y esta decisión le ha durado unos meses, muy coherente no se ha mostrado este señor con este anuncio. Carlos Latre, desde que salió de Crónicas, sólo ha funcionado en Polònia, sus aventuras en solitario se han estrellado irremediablemente.
¿De qué pueden hablar estos tres juntos? No me los imagino debatiendo sobre política internacional. En principio, yo creo que el programa se tendría que llamar algo así como «Bajen el volumen de su tele porque gritamos un montón». En cualquier caso, si se ponen de acuerdo, hagan lo que hagan Telecinco les va a dar espacio porque parece que el señor Vasile tiene debilidad por Sardá, es uno de los pocos que hace y deshace a su antojo en la cadena. Y desde aquí a enero tienen tiempo de sobra para hacer promoción, hacerse de rogar, decir que no y que sea mentira y todad esas cosas que hace Telecinco para promocionar sus espacios. Con lo agradecido que sería que se mostrasen honestos y claros con el asunto pero eso no va a pasar, en Telecinco funcionan de otra manera.
El amigo Félix de Jordi Évole
Ni sondeos a pie de urna, ni encuestas, ni pamplinas. El Mago Félix dio un pronóstico en Salvados por la campaña de diez. Qué tío. Porque aventurar que Zapatero iba a ser Presidente no tiene mucho misterio, pero es que el tío lo clavó en el número de escaños. Creo que acaba de nacer una estrella. Él y su péndulo van a dar mucho que hablar. Si yo fuese Buenafuente me lo llevaba al programa de cabeza a comentar la actualidad.
Todo esto puede terminar siendo una versión mejorada de aquellos friquis a los que se asociaba Cárdenas y que nos dieron momentos de risa. Si algo ha cambiado es que se exige que el personaje aporte algo, además de su rareza. Buenafuente es un experto en sacar lo más raro de sus colaboradores, pero siempre haciendo hincapié en sus virtudes, más que es sus defectos. Es como si basase su estrategia en el mandamiento que dice que los friquis vamos a dominar el mundo.
Atrás quedan Carlos Jesús, el niño del «meshero» y tantos otros. Desde que cerró Crónicas Marcianas se quedaron sin trabajo la Pantoja de Puerto Rico y demás especímenes de ese corte. Quintero es el único que mantiene a algún que otro friqui en plantilla, pero los dignifica, o eso dice él. La nueva era alumbra el poder oculto en la rareza. Que tiemble Octavio Acebes.
El Mago Félix es colaborador habitual de Versió, el programa de radio de Toni Clapés en RAC1. Otra hazaña de este señor.
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