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‘Museo Coconut’, aceptamos barco
Museo Coconut abrió anoche sus puertas en Antena 3 y, como suele pasar con el humor chanante, de buenas a primeras dejó a la mayor parte del respetable con un palmo de narices. Pregunté en la página del blog en Facebook y las notas no pasaban del seis pero, eso sí, los votos de confianza parecen una tendencia general que yo comparto. El vídeo de arriba lo he escogido porque muestra que las risas no son enlatadas, una de las ideas que más se repite. Tirando de la raíz de la sitcom grabaron los episodios con público y no con cualquier público. Como veis, la mayoría se definen seguidores del «chanantismo» así que es normal que estuvieran predispuestos al cachondeo. Vista la serie en casa es otra historia.
Coincido con que el primer capítulo fue más flojo pero las presentaciones de personajes y la necesidad de sentar las bases de las tramas no son fáciles para nadie. El segundo capítulo la cosa mejoró y la decisión de emitir dos capítulos por el precio de uno benefició mucho a la serie. Si nos hubiésemos quedado con el sabor de boca del primer episodio las críticas en general habrían sido mucho peores.
Es cierto, no me reí a mandíbula batiente pero no pierdo la esperanza. Confío en que según vaya conociendo a los personajes sus desastres me irán gustando más y más. Por ahora me tienen ganada Rosario (genial eso de ponerle un nombre eminentemente femenino a un personaje masculino), y Zeus («Mamá, ¿me das cash para la zona azul?»). Sigo pensando que Miss Coconut y su hijo son un homenaje a la Baronesa Thyssen y familia. De Onofre esperaba que se pareciera mucho más al Onofre de Smonka! pero no ha podido ser. Los cameos siempre son bienvenidos, aunque algunos tuvieran más gracia que otros. Y la tira de «Maricón y Tontico» me gustó más que otras tiras ya conocidas.
En general es cierto que el ritmo de la serie es irregular pero los chanantes son expertos en eso, en romper el ritmo. A mí suele gustarme pero creo que en los episodios que vimos anoche de Museo Coconut se pasaron un poco de rosca en algunas cosas. Había secuencias precipitadas, otras extremadamente lentas, otras sincronizadas con la desincronización. Si lo que se proponían en llevarnos de cabeza lo han conseguido pero creo que se les ha ido la mano. De todas maneras, como decía arriba, el segundo episodio mejoró en ese sentido así que creo que es lógico esperar que con el paso de los capítulos la cosa se termine de ajustar.
Como buena comedia de situación, en Museo Coconut no hay trama de continuidad, cosa que se agradece, y cada episodio será una locura nueva. Cumple con las normas básicas del género y aunque mantiene el tono chanante que todos esperábamos cumple con la idea de no encerrarse demasiado en sí mismos. Con el cambio de Paramount – La 2 – Neox se han ido perdiendo cosas por el camino, es cierto, pero también hemos encontrado cosas nuevas. Museo Coconut es un cambio real respecto a lo que llevaban años haciendo, un cambio que ellos necesitaban, así que en lo que a nosotros respecta creo que es cuestión de acostumbrarnos. La irreverencia sigue estando ahí, como esos comentarios sobre el programa de famosos que bailan y hacen el ridículo o como esa secuencia de amor entre Jaime, el personaje de Raúl Cimas, y un perro. Creo que lo mejor está por venir y disfrutarlo depende más de nuestra capacidad de adaptación y de nuestra paciencia que de la serie en sí. Es lo que tiene hacer un humor para minorías.
Telecinco planea adaptar ‘Cheers’
No, no y no. ¿No es ilegal tener una idea así? Me tiemblan hasta las pestañas sólo con pensar en la perspectiva. Ya sé que es demasiado pronto para escandalizarse, que el asunto está en pañales y que aún tienen que escribir el guión del primer episodio y la cadena tiene que aprobarlo pero, aún así, este asunto va a estar presente hasta en mis peores pesadillas. Cheers debería ser intocable, un Patrimonio de la Humanidad protegido y guardado en la memoria colectiva como uno de los momentos clásicos y clave de la televisión actual. Hacer una adaptación, o un remake, tendría que estar penado por la ley.
Dicen que la propuesta es que se haga una serie definida como Cheers a la española (supongo que aún conservan el atrezzo del bar de Los Serrano), pero para no pasarme de mala hay varios puntos de la serie original que, tal y como está la tele nacional, son imposibles de plasmar. En primer lugar, el formato. Cheers es una comedia de situación pura con episodios de veinte minutos y esa estructura, en el prime time patrio, no pega ni con cola. Era una serie coral cuyos personajes representaban distintos estereotipos que se reunían en un bar de corte deportivo, cosa no vista aún en la tele nacional (vuelvo a Los Serrano y su bar de ibéricos). Sam Malone era un sex symbol y pocas series nacionales han tenido a un guaperas canalla y encantador como dueño del cotarro (me acuerdo de Julito, el amigo crápula de Nacho Martín en Médico de familia). Y así podría seguir durante un buen rato.
No lo veo, la verdad, no lo veo. Y no porque sea una adaptación imposible, que todo es ponerse, sino porque el concepto que tiene Telecinco de sus espectadores y que nos transmite constantemente en sus series es el de una audiencia simplona, con personajes estereotipados y conflictos planos. Dudo mucho que se atreviesen con la crítica sarcástica y social de Cheers. Algo parecido hicieron con Siete vidas, pero siempre tienen presente la dramedia y eso se carga la comedia pura de las series. Hasta Aída tiene sus momentos de drama y, por supuesto, sus tramas para toda la familia. Los personajes de Cheers son todos adultos, no hay niños para el sector infantil y el único abuelo entrañable era el entrenador, que para nada representaba el estereotipo de la tercera edad que nos vendieron los abuelos de Médico de familia, por ejemplo. Ni siquiera la Sole de Siete vidas le haría sombra al entrenador, por mucho aprecio que yo le tenga a Sole.
Pero no es la primera vez que Telecinco dota de protagonismo a los bares. Muchas de sus series los han tenido. Además de los ya mencionados, tenemos el Bar Reynolds (Aída), el Casi que no (Siete vidas), el MQA (Más que amigos), el bar de La que se avecina, el bar del marido de Belén Esteban, los bares de Gran Hermano…,. Esta enumeración me está deprimiendo. Me había propuesto dar algunas sugerencias para que la serie quedase aparente pero las perspectivas son tan poco halagüeñas que os dejo la tarea a vosotros, a ver si en los comentarios hacéis una propuesta que pueda trasladarse a los responsables de la cadena. Yo me voy al bar en el que todos saben mi nombre a tomarme un café con una ensaimada.
‘Felipe y Letizia’ han marcado época
Quién se lo iba a decir a Telecinco. Esta mañana, leyendo la efervescencia producida en la red gracias a la miniserie de Telecinco, he recordado el momento de arriba de Sé lo que hicisteis…,. Hubo una época no muy lejana en la que no se podía hacer mofa de la Familia Real, ni en la tele ni en ninguna parte. Aquí hablé del asunto hace un tiempo y quiero recordaros aquella famosa portada de El Jueves que terminó para los dibujantes como el rosario de la aurora. Hace más tiempo (1994), el siguiente monólogo de Quim Monzó en Persones Humanes (TV3), consiguió que el programa dejase de emitirse en directo y pasase a grabarse para poder supervisar sus contenidos.
Las cosas se habían ido relajando con el tiempo, es cierto, últimamente parecía que había más manga ancha con el asunto pero es que el lunes, con la emisión del primer episodio de la miniserie, la etiqueta #felipeyletizia en Twitter se convirtió en Trending Topic mundial gracias al escarnio público. La gente se lo pasó pipa en las redes sociales comentando en tiempo real todas las bufonadas de la serie. Es paradójico que los bufones sean los personajes que encarnan, con supuesta verosimilitud, a la Familia Real. Desde la Zarzuela no han dicho nada de manera pública así que muchos sospechan que se están subiendo por las paredes. Telecinco en cambio se frota las manos porque este movimiento en Internet parece prometer que el episodio final que se emite hoy sí que barrerá en audiencia, todo por las ganas de reírse en comunidad que tiene el personal.
La reacción ha sido tan desaforada que ya no hay marcha atrás. ¿Se podrá a partir de ahora hacer humor tranquilamente de ciertos aspectos que hasta ahora se han considerado tabú? Cierto es que programas como Polònia (TV3), hace tiempo que ofrecen su visión humorística del asunto pero la diferencia con Felipe y Letizia es que esta miniserie era en principio seria, tanto que los de Telecinco habían programado a su alrededor documentales y Hormigas blancas de las suyas como para respaldar su parecido con la realidad, aunque a estas alturas no sé a la realidad de quién se refieren.
Yo creo que hay desconcierto general entre el equipo de la miniserie. Por un lado estarán contentos porque un éxito en Internet es un paso adelante mucho más importante de lo que las cadenas quieren reconocer, pero por otro temerán que el Rey se les aparezca montado en su moto en una gasolinera (ésta es una leyenda urbana ancestral). De todas formas, cuidado, el público de Internet es apasionado, pero no tonto. Al primer corte publicitario desbocado cambiarán de tarea porque eso sí que tienen que tenerlo claro en Telecinco, la gente de Internet tiene la paciencia justa y necesaria, no más. Tienen en su mano volver a revolucionar las redes sociales pero la política comercial de la cadena puede darles un disgusto y la guasa puede terminar convirtiéndose en una masa de comentarios que ataquen la imagen de la cadena. Yo doy el aviso, luego que cada cual haga lo que quiera.
‘Hispania’ y ‘Felipe y Letizia’, sorpresas en serie
Empezaré zanjando la cuestión del rigor histórico: no lo hay. Ni en Hispania ni en Felipe y Letizia se preocupan por ser fieles a la historia así que me parece que no vale de nada despotricar en ese sentido. De hecho, los responsables de Hispania ya lo comentaron y, desde mi punto de vista, al ser ficciones pueden permitirse las licencias que quieran. Será cosa de los espectadores decidir si aceptan pulpo como animal de compañía o no. En lo que a mí respecta he de decir que no me altera el asunto, más bien me divierte. En el caso de Hispania me rechinaban cosas sin parar. Soy Licenciada en Humanidades y vivo en Elche, tierra íbera donde las haya, así que tengo información de sobra como para hacer un artículo citando cada «licencia» pero, como decía, no creo que haya que perder el tiempo en eso. En el caso de Felipe y Letizia las licencias son el guión al completo. No vi empezar la serie y quiero saber si al principio pusieron el rótulo de «cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia».
Pero bueno, la ausencia de rigor histórico no ha sido una sorpresa en sí. Tampoco lo ha sido la cuestión de los parecidos razonables, en este caso centrándonos en Hispania. Astérix, Curro Jiménez, Gladiator…, la lista podría alargarse bastante más. A esto tampoco le veo yo mayor pega, la verdad. Quizá hoy esté en modo condescendiente pero, qué queréis que os diga, no esperaba nada más ni nada menos. Asumía como segura la falta total de riesgo en la producción. Seguro que no ha sido por falta de ganas del equipo pero supongo que la cadena les habrá atado en corto, como suelen hacer. En ficción las teles nacionales aplican con rigor la máxima de «más vale malo conocido, que bueno por conocer» pero, eso sí, lo que falta por esta lado se ha compensado por otro y en esto sí que aprecio novedad. Partiendo de la idea de que el presupuesto no es comparable al de las producciones que llegan de Estados Unidos, creo que supieron resolver dignamente las secuencias de la trampa a los hispanos, por ejemplo. En general la acción me pareció bien planificada, mucho mejor que la de Tierra de lobos, y en este caso creo que supieron hacer del defecto, virtud. Claro que ver a extras que no están en el papel hace que saltemos en el sofá y esta ha sido una sorpresa mayúscula. Tanto cuidado en los exteriores, tanto celo en el aspecto de la serie, para que al final se emitan secuencias con gente que parece estar más pendiente de saludar a la cámara. Faltó un cartel de «saludo a mi mamá que me estará viendo». Hay que tener más cuidado con estas cosas.
La serie en sí, ni fu ni fa. Juanjo Ballesta me parece que aún no ha encontrado al personaje, el reparto de los romanos me parece mucho mejor que el de los hispanos, la trama no me interesó en lo más mínimo pero no porque fuera mala sino porque a mí este tipo de series no me van. Prefiero las ficciones más descarnadas, con conflictos mucho más pasionales, y es que Hispania me terminó resultando demasiado tibia, con poca profundidad. El agente doble, el hispano al servicio de los romanos, me resultó lastimero y lo habría preferido despiadado, pero para gustos los colores, claro. En general, la humanidad del lado hispano y la barbarie del lado romano me parece un tópico simplón, yo habría mezclado más estos polos opuestos desde el principio (no dudo que más adelante la cosa vaya por ahí pero para entonces no sé en qué otra serie andaré metida).
Y cuando terminó Hispania me pasé a Telecinco y vi los últimos minutos de Felipe y Letizia. ¿Por qué nadie había dicho que la serie «Real» era una comedia surrealista? De haberlo sabido la habría situado antes que la otra porque donde esté una buena comedia, que se quite todo drama. Vi poca cosa y me arrepiento porque me reí de lo lindo. La reina como súper villana; el «guey» campechano a más no poder; el príncipe, un rebelde; y la princesa más dura que un ladrillo del cinco. ¿Seguro que los chanantes no han tenido nada que ver en esto? Hay quien opina que la serie deja en muy mal lugar a la monarquía pero yo creo que ésta será con el tiempo una serie de culto freak. Inverosímil a más no poder, con personajes grotescos y con secuencias que pasaban de largo el adjetivo de culebrón. Habrá que inventar un nuevo género para este tipo de propuestas y es que parece que, sin proponérselo, los de Telecinco han creado un nuevo formato. Yo lo llamaría patochada y lo definiría como el biopic bufo. Para mí, todo un hallazgo. Tanto que me estoy planteando ver la segunda parte porque en el avance salieron los trasuntos de las infantas y de Urdaci. ¿Cómo los retratarán? No sé si podré aguantar la curiosidad morbosa.
En cuanto a audiencias, dos sonoros éxitos. Hispania ganó con un gran dato (22.7% de share y 4.768.000 de espectadores), pero Felipe y Letizia parece que aguantaron el tirón con que dignidad (22.7% de share y 2.782.000 de espectadores). Atención, el dato es correcto, el share es el mismo pero Antena 3 tiene dos millones de espectadores más y esto es así porque los de Telecinco decidieron hacer un programa único con la serie y el documental posterior, así que las cifras de audiencia se falsean. El truco, si les ha servido de algo, ha sido para ocultar los datos reales de audiencia de la serie en sí. Y el miércoles es la segunda parte de la guerra, que esto no ha terminado aún. ¿Quién dice que la tele es aburrida? La monarquía contra la república romana, tremendo.
‘Museo Coconut’ ya está aquí
Museo Coconut se ha hecho de rogar pero el próximo lunes 25 de octubre, a las diez de la noche, desembarca en Neox con aspiraciones de ser la nueva serie de culto. Conmigo lo tienen fácil, la verdad, porque aún sin haber visto nada ya soy fan entregada a la experiencia Coconut: una comedia de situación que promete ser surrealista e hilarante, grabada con público en directo, con cameos, con una tira animada y con referencias a algunos de los personajes más conocidos del clan Chanante / Muchachada. ¿Qué más puede pedir un seguidor del delirio de esta pandilla?
Ellos dicen que piensan que perderán seguidores incondicionales y que llegarán a otra gente pero bueno, eso está por ver. Me parece una forma de cubrirse las espaldas, la verdad, aunque Raúl Cimas lo explica a la perfección en el siguiente vídeo. También se enfrentan a la pérdida de personajes, como ya les pasó cuando pasaron de Paramount a La 2. En este caso la pérdida es menor porque el cambio de formato es beneficioso para ello.
Yo veo imágenes de los personajes y ya se me ríen los huesos, qué queréis que os diga. Por ejemplo: los dueños del museo son una rica señora y su hijo pavisoso, que directamente me hacen pensar en la baronesa Thyssen y su hijo, un personaje del que ya tiraron en Muchachada Nuí y que ahora recuperan aunque sin darle el nombre, no vaya a ser que alguien se enfade. Y qué me decís del personaje de Joaquín Reyes interpretando al guardia de seguridad del museo. ¿Es o no es Onofre? Onofre fue el azafato del concurso Smonka! que los «muchachos» hicieron en Paramount. Un personaje entrañable, encantador, con un mal humor tronchante, ingenuo cuando quería, con gracias del siglo pasado…,. En fin, una joya. Espero que este nuevo personaje se parezca lo suficiente al anterior porque lo cierto es que lo echo de menos. En realidad, echo de menos Smonka!, un concurso para frikis que no ha tenido igual. Hay tantos momentazos de Onofre en YouTube que valdría la pena dedicarle una entrada. Os dejo uno pero os recomiendo seguir investigando.
Estoy tan dispuesta a reírme que la espera hasta el lunes se me va a hacer eterna. Comentaremos el asunto largo y tendido así que recordad que el lunes tenemos una cita para ver Museo Coconut en Neox a las diez de la noche. ¡Ya falta menos!
‘Felipe y Letizia’ contra ‘Hispania’
¿No es paradójico? Dos ficciones patrias con trasunto de historia enfrentadas en la noche del miércoles. Ya lo decíamos el otro día, Telecinco ha apretado la tecla para que el estreno de Hispania en Antena 3 no les pise Tierra de lobos y han cambiado esta serie de vaqueros españoles por la miniserie Felipe y Letizia, para contrarrestar la serie de Antena 3 y proteger la suya propia. En las fechas que estamos Antena 3 aún está a tiempo de dar un golpe de timón y cambiar la serie de día. No es broma, las cadenas tienen la obligación de comunicar su programación con una antelación de tres días y si después hacen cambios la multa es irrisoria.
El asunto es que yo tengo claro que veré Hispania, la emitan cuando la emitan (qué triste es decir esto). No suelo negarme a una serie patria de buenas a primeras y en este caso no voy a hacer una excepción. Habrá que ver cuál de todas las producciones históricas que se están haciendo se lleva el gato al agua. De Felipe y Letizia he visto unas promos que me han dado «cosica». No he encontrado ninguna para ilustrar la entrada pero en ellas se ven al Rey y a la Reina hablando del matrimonio de su hijo con unos guiones que parecen sacados de la imaginación de Peñafiel. No es por faltar pero si en una promo meten algo así, no quiero imaginar cómo será el resto de la serie. Además de que las miniseries nacionales inspiradas en personajes rosa no me suelen interesar demasiado y la historia de amor de la plebeya me parece una pamplina.
Después de haber visto el estreno de Tierra de lobos y de ver la promo que está haciendo Telecinco nos podemos hacer una idea de por dónde van los tiros promocionales de la temporada. Tampoco he encontrado el vídeo pero lo relevante es que hacen hincapié en que esa serie es el mejor estreno de la historia de las cadenas comerciales. «Cadenas comerciales», dicen, pasando de los datos de Televisión Española y situándose así a la cabeza de la carrera. Cuentan que hacen series cercanas sobre temas que interesan al espectador y que ahí reside el secreto de su éxito. Es un buen mensaje promocional y, por lo tanto, parcial. Dicen la verdad, pero sólo una parte de la verdad, cualquiera puede darse cuenta de ello.
Antena 3 por su parte busca conmover con su historia y es cierto que se han empeñado en una producción de alto copete. El rigor histórico queda para los libros, ya lo comentamos, pero si consiguen articular unas tramas sólidas yo me daré por satisfecha. Decirlo es fácil, claro, y no le envidio la tarea a los guionistas. Espero que no haya demasiado culebrón porque entonces me habrán perdido. Si lo hay, espero que sepan disfrazarlo un poco. ¿Qué tal algo de tensión sexual no resuelta para variar? ¿Qué tal un villano con motivaciones? ¿Cómo resultaría un lenguaje no demasiado contemporáneo? Supongo que la cadena es la mayor interesada en que estas cosas no pasen porque prefieren ficciones facilonas pero alguien tendrá que dar un paso adelante.








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