Posts tagged ‘Salvados’
A tontas y a locas
No estaba muerta, que estaba de parranda. El caso es que me estoy mudando y voy a estar un poco fuera de juego durante unos días. Así es la vida, he encontrado trabajo en Madrid y allá que voy, a lo Paco Martínez Soria. Espero no terminar diciendo eso de La ciudad no es para mí. No he podido ver mucha tele, para qué nos vamos a engañar. Tenía interés en ver Vida loca, el domingo en Telecinco, pero después de haber leído las críticas parece que no me he perdido mucho. Quizá sea mejor ver la serie más adelante, cuando esté algo más asentada. Tampoco me perdonaré no haber visto Salvados, pero por el Follonero haré el esfuerzo de verlo en la web.
Sí que vi el lunes en Antena 3 La reina del sur y, bueno, me resultó una serie aburrida, muy falta de ritmo, con interpretaciones sobreactuadas y diálogos y situaciones previsibles. Tampoco es un defecto en sí porque este tipo de series son lo que son, va con el formato, sólo es que a mí estos formatos no me apasionan, qué le vamos a hacer. La serie hizo buenos datos así que es obvio que tiene su público, pero la estrenaron lunes y la semana que viene se emite otro día así que, no sé, no creo que empezar mareando al personal sea una buena estrategia.
Leo con estupor que a Alaska y Mario Vaquerizo El Terrat les está produciendo un reality para la MTV. No me diréis que no es una combinación extraña. De alguna manera pienso que esto es lo que Alaska y Mario iban buscando desde hace tiempo. Son recurrentes en platós tipo La Noria y fueron de invitados de Carmen Lomana a Las joyas de la corona. Por algún motivo creen que el rollo glam les encaja aunque a mí me resulta un poco extraño ver a dos personas que viven sin vivir en sí, por decirlo de alguna manera. Su encanto, seguramente, estriba en seguir de movida madrileña y, aunque no les quite el mérito y cada uno puede elegir su propia caricatura, a mí su filosofía vital no me interesa demasiado.
A todo esto en Telecinco parece que inauguran esta semana un nuevo reality con concursantes de realities anteriores. Algo así como Hotel Glam, Gran Hermano VIP y La parada de los monstruos. Puede ser terrorífico a más no poder. Kiko Rivera dice en Twitter que irá a Supervivientes. Sara Carbonero estará con Los Manolos en Cuatro. Sí, lo sé, éste es uno de esos párrafos que cortan la respiración. Por motivos como estos me alegra el hecho de estar sin tele unos días. Pero no quiero ser injusta así que os dejo con uno de los momentos célebres de la semana que, curiosamente, también está protagonizado por un político que tuvo su «Celebrities».
Ana Pastor fue dura en esta entrevista, correosa y no se dio por vencida. También hay cosas buenas en la tele pero, qué casualidad, casi nunca pasan en el prime time. Y, por otro lado, quiero hacer una reivindicación: ¡queremos más periodistas como Ana Pastor! No me creo que sea la única de su especie.
‘El club de la comedia’ estrena con éxito
Pues no, no vi ayer Operación Triunfo. Nunca he sido demasiado fan del programa así que preferí ver el estreno de Eva Hache en laSexta. Para ver Operación Triunfo voy a tener meses y para ver El club de la comedia… bueno, no se sabe, las audiencias son caprichosas. Está mal empezar la casa por el tejado pero viene a cuento: en la despedida del programa Eva Hache emplazó a los espectadores hasta el próximo programa y más o menos dijo que podía ser El club de la comedia o podía ser otra cosa. Pues vamos apañados, pensé yo.
Mal horario en el estreno porque El club de la comedia tuvo que hacerle frente a la mencionada Operación Triunfo, al estreno de Los Protegidos en Antena 3 y a la peli de La 1. Además le quitó el horario a Salvados y no sé yo si esto habrá sido contraproducente. En fin, era difícil buscarle un hueco a un programa así, de humor blanco, sin continuidad y con un formato más visto que el TBO. Espero que el programa de Évole no haya salido escaldado con el cambio porque para un espacio con más de un millón de seguidores fijos semanales, tendría delito que lo hubiesen fastidiado por un estreno aunque, qué se yo de programar, si sólo soy una pobre espectadora. El cambio de horario no me pilló por sorpresa así que vi los dos espacios con tranquilidad.
El club de la comedia resultó ser lo de siempre pero, claro, cuando se llevan monologuistas de talla pues el resultado parece que es más digerible. El que menos me gustó fue Imanol Arias. Aunque el hombre le puso empeño no entiendo por qué apadrinó el programa y fue el primero en actuar. Vistas el resto de actuaciones no lo merecía. De los demás…, con quién más me reí fue con Berto pero es que, ya se sabe, Berto es único con los monólogos. El texto de Carmen Machi me gustó y Leo Harlem interpretó muy bien el suyo. Eva Hache estuvo dinámica y divertida (para quien le guste, como es mi caso), y llevó las riendas del programa sin despeinarse.
¿Sorpresas? Ninguna. Estoy muy familiarizada con el formato y, como no me disgusta y no lo alargaron innecesariamente, pues lo disfruté lo justo pero no sé si lo que ofrecieron será suficiente para que nuevos espectadores se suban al carro. Claro, los monólogos están muy vistos y aunque estén bien llevados, como es el caso, no sé si dará para que el espacio se convierta en cita semanal obligada, ni siquiera para los fans de la cadena. Por ahora pueden hacer palmas con las orejas. Las audiencias de anoche dan a El club de la comedia un 8,8% de share (1.774.000 espectadores) y a Salvados un 6,5% (1.368.000 espectadores), así que parece que laSexta ha salvado los muebles con nota, y que dure.
De Salvados, qué puedo decir de Salvados. Otro diez para Jordi Évole. Su tratamiento del conflicto entre Palestina e Israel me ha parecido casi impecable. No soy objetiva, claro, pero ni falta que hace.
Y sí, han sido los Globos de Oro. Aquí tenéis el listado completo de ganadores (cine y tele), y aquí mi apuesta en el apartado de tele. No me lo puedo creer, hasta parece que he acertado un par.
‘Españoles en el mundo’, Jerusalén y la polémica
Veremos lo que dura porque el de arriba es el reportaje que Televisión Española ha decidido eliminar definitivamente de su web a instancias de la Defensora del Espectador, que hizo su valoración después de recibir unas ciento setenta quejas protestando por la supuesta parcialidad del reportaje. Si bien Televisión Española defendía el programa por estar dentro de la sección de entretenimiento y no tratarse de un formato puramente informativo, algunos espectadores han hecho notar a la cadena que la neutralidad o la falta del conflicto apoya la versión de Israel quienes, por cierto, ahora hablan de censura por la retirada del reportaje.
La voz de alarma de esta situación la dio el Diario Público a finales de diciembre. En aquel artículo se acusaba a Españoles en el mundo de haber censurado los testimonios de unos españoles que vivían en la parte palestina de la ciudad. Por lo visto la productora no pudo soslayar ciertos testimonios sobre el conflicto y decidieron retirarlos. El motivo: el espíritu del programa, ese halo festivo constante, ese pasar por encima de las realidades sociales cual apisonadora. Seguramente si Españoles en el mundo profundizase más en las realidades de los países que visita, el formato no tendría tanto éxito. Yo he visto algunos programas y siempre me ha producido rechazo ver cómo se llegaba a menospreciar a la gente originaria de un país, o ver cómo se podía vivir al margen de la pobreza extrema, aun teniéndola debajo de la ventana.
Sin querer justificar la parcialidad o el sesgo de Españoles en el mundo, pienso que la gente tendría que saber mejor en qué programas se mete. Por poner un ejemplo: nadie puede escandalizarse si, después de ir a Sálvame, hacen mofa y befa de su testimonio. Tampoco podemos esperar de un programa de entretenimiento una visión veraz y contrastada de una situación. ¿Imagináis que en Saber y ganar preguntasen por el responsable del golpe de estado en España y que la respuesta fuera Juan Carlos I? Nadie en su sano juicio se mete en un embolado así en un programa de entretenimiento.
Por suerte hay otros espacios que sí se atreven a enfrentarse a las situaciones y que dan lecciones de periodismo. Me extraña que en toda esta polémica, estéril por otro lado, nadie mencione el Salvados del domingo pasado, que emitirá la segunda parte esta semana. Hace mucho que Salvados dejó de ser entretenimiento y baila con la más fea, la información y la divulgación, por áspera que sea. El que quiera enterarse de verdad de qué va el asunto tiene una cita con Salvados y, el que no, puede quedarse con Españoles en el mundo, es así de sencillo. Lo mismo puede aplicarse a la gente que quiera participar dando su punto de vista: la felicidad es Españoles en el mundo y la realidad es Salvados. Podemos dar gracias por poder elegir entre una cosa y otra. Yo me quedo con Jordi Évole.
‘Salvados’ abofetea a las elecciones catalanas
El Salvados de esta semana había que verlo con un ojo en Suecia y con otro puesto en los resultados de las elecciones autonómicas catalanas. Esto no lo sabía de antemano, es un pensamiento que me ha asaltado al leer hoy la prensa y ver las interpretaciones de los resultados electorales de los responsables de los distintos partidos. Cada vez Jordi Évole es más sutil en sus planteamientos y, a la vez, ataca más frentes.
Anoche en Salvados se decía que la ultraderecha sueca había cambiado su discurso y que ya no iba contra los inmigrantes, sino contra las políticas abiertas de inmigración. Un discurso coincidente con el que ha estado defendiendo el PP en Catalunya, que afirma que seguirán trabajando por defender la inmigración organizada. En dbnews hacen una lectura demoledora del éxito del PPC en estas elecciones. Qué queréis que os diga, no creo que el programa de anoche de Salvados se emitiera por casualidad.
Ayer por la mañana Jordi Évole participó en A vivir que son dos días, con Montserrat Domínguez (Cadena Ser). Se hablaba de Salvados como un necesario programa para minorías (no creo que más de un millón de espectadores un domingo por la noche en laSexta sea una minoría, pero bueno), y comentaron con guasa este momentazo de hace algo más de un año en el que Évole obvió los consejos de Domínguez y emitió la polémica entrevista a Otegi. También comentaron la reciente entrevista a Eguiguren que levantó mucha polvareda en los medios nacionales aunque pocos, apenas uno o dos, se atrevieron a citar el programa como fuente de la noticia. Évole no escurrió el bulto y comentó el difícil equilibrio en el que se mueve un programa como el suyo.
El planteamiento es simple: analizar cosas del exterior que sirvan para comprender lo interior; pero llevarlo a cabo sin entrar en terrenos pantanosos debe de ser tarea de chinos. ¿Cuántas sutilezas nos pasarán desapercibidas por ver Salvados con la vitola de un programa de entretenimiento? Porque el ánimo es distinto: no miramos igual un informativo que un concurso, de ahí que existan distintos formatos. A Salvados le interesa continuar en el entretenimiento y que cale lo que tenga que calar, que cada cual interprete lo que quiera y que la responsabilidad del análisis más o menos profundo recaiga en el espectador, no en el programa. ¿Cuánta libertad perderían si Salvados fuese clasificado como un programa de actualidad político-social? No quiero ni pensarlo. Virgencita, Virgencita, que se queden como están.
Sí, he hablado otra vez de Salvados pero, qué queréis, para algo bueno que hacen en la tele… Después del programa de anoche no me puedo quitar de la cabeza la frase: «Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar». Y es que mirando otros países gracias a Salvados podemos ver qué se avecina en el nuestro. Que lo llamen entretenimiento si quieren, así no tendrán problemas para seguir adelante pero, por otro lado, qué injusto es que la gente que quiere análisis más profundos lo considere sólo entretenimiento. Nunca llueve a gusto de todos.
‘Buenafuente’ sufre un boicot
Dicho así parece peor de lo que es, o no. Leo aquí que una asociación de amas de casa valenciana, Tyrus, «invita» a los católicos a que dejen de ver laSexta porque el programa de Buenafuente, cuya presentación y monólogo tenéis arriba, se mofó de las creencias de esta religión. Mofarse es distinto de hacer crítica, creo yo, pero aceptamos barco. Yo no pediría boicot para Intereconomía y supongo que la asociación Tyrus tampoco, claro, pero allá cada cual con su nivel de ofensa y con su baja capacidad de distinción entre lo que es humor y lo que es un insulto.
Tengo que hablar seriamente un día sobre el papel de los valencianos en la tele porque, como valenciana que soy, no me siento nada representada, pero esta es otra historia. El caso es que aunque Buenafuente haya decidido zanjar el asunto en Twitter yo no voy a hacerle caso. Lo primero que he hecho ha sido mirar la web de Tyrus a ver si podía encontrar algún fundamento ideológico (todas las asociaciones lo tienen). En el caso de Tyrus no es explícito pero en sus enlaces predominan los relacionados con la Generalitat Valenciana y, a pesar de que se definen como una asociación que defiende a la mujer, dan charlas tituladas así: «Derechos de la mujer en el matrimonio» o «Mujer, pilar básico de la familia». Ya voy entendiendo más cosas.
Piden respeto y dignidad para la religión católica, el mismo que reciben el resto de religiones existentes en el país, y aquí es donde creo que meten la pata un poquito. ¿Cuánto costaría a los españoles la visita de un imán? ¿Y la de un Patriarca ortodoxo? Dirán que no es lo mismo, claro, que la católica es la religión mayoritaria, pero entonces no sé por qué piden igualdad de trato. ¿Acaso quieren quedarse sin las subvenciones del Estado o quieren que finalice el Concordato? No lo creo.
Buenafuente se pasó tres pueblos, cuatro si queréis, pero lo que él hace es humor en televisión y si un humorista no molesta, no da donde más escuece, es que algo no está haciendo bien. ¿Boicot? Pues nada, que se dediquen a ello a fondo, que seguro que lo consiguen. ¿No es más fácil cambiar de cadena? ¿No es más fácil aceptar la idea de que cuando algo o alguien se expone de esa manera es lógico que reciba críticas? ¿No van a pedir que los católicos dejen de ver Sálvame porque se hace apología de los matrimonios homosexuales y demás? Seguramente el problema sea que Buenafuente va de intelectual, lo sea o no, y los de Sálvame no y por eso parecen menos peligrosos en sus ideas subversivas y anticatólicas.
No es Buenafuente el que ha convertido en pública una religión que, como tal, debería de quedar en el ámbito de lo privado. Y que se agarren los machos porque el domingo ataca Jordi Évole con un Salvados especial sobre la visita del Papa a Barcelona. ¿Pedirán por esto el cierre de laSexta? ¿Volverán a retirarse marcas que se anunciaban en el intermedio del programa como ya pasó la vez que el Follonero fue salvado por la iglesia? Aquello no sirvió de nada, por si alguien lo duda, y lo de ahora tampoco. Hay mucha gente con demasiado tiempo libre y con muy poco sentido del humor.
‘Salvados’ sin humor, periodismo puro
¿Voy a hablar todos los lunes de Salvados? Pues es posible. Como el programa siga así no voy a tener más remedio. Habrá quien piense que soy una pesada, que me pierde mi lado fan, quien se aburra de tanta actualidad bien contada pero, sintiéndolo mucho, creo que Salvados es uno de los mejores programas de la tele nacional, si no el mejor, y, qué caray, éste es mi blog y lloro si quiero.
El programa de anoche es para enmarcar, para revisar, para temblar ante tanta claridad. La habilidad de Jordi Évole para afrontar entrevistas complicadas ya la he comentado otras veces, las virtudes del programa también y no voy a repetirme. La novedad de esta última entrega centrada en el conflicto vasco (expresión que no me parece acertada, por cierto, porque creo que es un problema que afecta a todo el país y no sólo a una parte), fue que el tema se trató sin humor. No hubo ni un chiste, ni un chascarrillo, ni una gracia fuera de lugar. Aún así, pese a la seriedad con la que el equipo del programa enfrentó el asunto, la espontaneidad de Évole, su franqueza, su osadía al hacer las preguntas que nadie se atreve a hacer, hicieron que el Salvados de anoche se convirtiera en una especie de road movie en busca de unas respuestas que supo encontrar, contar y mostrar sin ningún tipo de partidismo, o eso me pareció a mí. ¿Es o no es periodismo del bueno?
Espero que ninguna de las partes que intervinieron se sientan maltratadas. En casos así es fácil que alguien diga que se siente engañado o que se han manipulado sus palabras. A mí me pareció que todo el mundo habló con claridad y franqueza, cosa que es de agradecer, y nadie salió ni mejor ni peor parado. También espero que no se acuse de nada a Jordi Évole como aquella otra vez en la que entrevistó a Otegi y se le acusó de haberle reído las gracias y de haber sido complaciente. Es fácil que, cuando se tratan temas como éste, la defensa sea matar al mensajero. Por otro lado, Évole suele aceptar las tortas de una manera muy cristiana. No es que ponga la otra mejilla pero no suele enfangarse en debates estériles ni en polémicas ridículas. Él luego hace un programa y deja las cosas en su sitio. Su mejor defensa es su trabajo.
Me gusta que no presuma de exclusivas, me gusta que haya gente que confíe en Salvados para contar su verdad, verdades que normalmente no saltan a los medios generales quién sabe por qué (vena conspiranoica en modo «on»), me gusta que haya más de un millón de espectadores fijos dispuestos a ver la realidad de las cosas desde la pluralidad y me gusta que se haga buena televisión sin artificios. Todo sería más sencillo si siempre fuera así.
A estas horas aún no han salido las audiencias pero preveo otro buen dato, como tiene que ser. Y la semana que viene, análisis de la visita del Papa. Supongo que ya toca alguna broma para destensar pero tendrá miga, seguro.
Por cierto, qué lío con las tildes. Sigo anclada en las viejas costumbres y me va a costar lo mío acostumbrarme a guion, solo y al resto de novedades.
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