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El previsible final de Caiga quien caiga
Pues es una lástima, a mí me da pena quizá por lo que significó el formato en sus primeros años, pero Caiga quien caiga se despide con la posibilidad de un regreso que suena a cancelación encubierta porque quizá dé mala imagen no mantener en antena un programa con este prestigio. Lo que está claro es que, al menos en nuestro país, Caiga quien caiga tuvo su razón de ser durante el gobierno de José María Aznar, al que le hizo oposición televisada. En épocas de concordia política el programa perdió parte de su fuerza y cuando los políticos se mostraron como aliados de los reporteros la cosa terminó de perder su impacto.
Desde 1996 hemos tenido Caiga quien caiga para rato, aunque son muchos los que valoran como única la época en la que fue capitaneado por Wyoming. A mí las otras etapas también me gustaron, pero yo es que soy de las fieles hasta el final. Con su llegada a La Sexta se entrevió la posibilidad de darle un nuevo aire al programa pero ni por esas, las audiencias no han respondido y después de varios cambios en la parrilla el programa terminará el lunes con un especial de los mejores momentos.
De esta última etapa me quedo con Estíbaliz Gabilondo, que se ha jugado la cara varias veces. Su reportaje del caso Fabra ha sido uno de los más vistos de la temporada. Tampoco voy a dejarme a Juanra Bonet, que ha sido capaz de poner en un aprieto a más de uno. En la parte negativa, me ha parecido ver demasiada provocación gratuita, como ir, otra vez, al desfile de las fuerzas armadas a buscar insultos, o el transgredir normas a lo loco para llevarse alguna torta. Pocos temas han sido verdaderamente interesantes y la denuncia social y política ha tenido poco peso pero, como digo, eso me parece que forma parte de la coyuntura política y, en general, del aprendizaje de los políticos.
Quizá ese haya sido el verdadero mérito del programa: la educación de los políticos frente a las cámaras. Una vez cumplida esa función, poco les quedaba por hacer. Lo cierto es que de 1996 hemos asistido a la progresiva flexibilidad en las actitudes de los políticos de todo signo y condición. Parece que han aprendido que la televisión no es una amenaza, sino una oportunidad, y poco a poco han empezado a mostrarse más accesibles, siempre con contadas excepciones.
Por otro lado, Caiga quien caiga ha descubierto a grandes profesionales y hay reporteros que siempre tendrán un rinconcito en nuestro corazón. Tonino, Pablo Carbonell, Arturo Valls, Eugeni Alemany, Gonzo y Juanra Bonet son mis favoritos, aunque la televisión les haya deparado funestos destinos como el de Eugeni o el de Gonzo, que parece que se recupera después de su incursión desastrosa en las tardes de Antena 3.
En fin, que se acaba una época pero, viéndolo por el lado positivo, pronto empezará otra.
Ñoñerías del Siglo XX: La bella y la bestia
Pues sí señores, sí, yo veía La bella y la bestia en Canal 9, y me gustaba. La serie es de 1987 y contaba una historia de amor imposible aderezada con una subtrama detectivesca. La bella, Catherine (Linda Hamilton), era abogada, y tenía un relación extraña con la bestia, Vincent (Ron Perlman), porque aunque estaban enamorados había demasiadas cosas que se interponían entre ellos. La más evidente, que la bestia vivía en el subsuelo de Nueva York, en un mundo paralelo habitado por seres humanos que habían decidido huir de la maldad de la sociedad. Catherine se pasó toda la serie dudando entre bajarse a las catacumbas definitivamente o no. Yo, sin dudarlo, me habría dejado seducir por ese extraño mundo que mezclaba lo arcaico y lo filosófico.
El creador de la serie fue Ron Koslow, hombre que ahora nos martiriza con Moonlight (esa funesta serie de vampiros que emite La Sexta). La bella y la bestia sólo tuvo tres temporadas y se canceló por su baja audiencia. La puntilla fue el abandono de Linda Hamilton después de la segunda temporada. No obstante, pese a este carácter efímero, la serie me marcó profundamente y me quedé prendada de los dos protagonistas.
Ron Perlman, pese a ser más feo que pegarle a un padre (o quizá por eso), ha tenido trabajo durante todo este tiempo y ha participado en todo tipo de producciones. Pero si hay una interpretación suya que lo elevó a mi categoría particular de mito es la del gran Salvatore en El nombre de la rosa.
Linda Hamilton no ha trabajado tanto, en su caso ser guapa no ha sido suficiente, pero después de verla interpretando a una lánguida recalcitrante para mí fue un shock encontrármela luciendo fibra en una de las obras cumbre del cine del siglo pasado. Fue una Sarah Connor perfecta en Terminator y su metamorfosis en la segunda parte de la saga me dejó patidifusa.
Es increíble cómo series de este tipo, menores a más no poder, han adquirido con el tiempo el rótulo de «de culto». He descubierto que La bella y la bestia tiene clubs de fans y demás parafernalia. Y yo que pensaba que mi adicción a este serie era algo rara…,. Está claro que siempre hay un roto para un descosido.
Inocente, ¿inocente?
Hoy he leído que se anuncia una nueva gala Inocente en Antena 3 (le han quitado el segundo «inocente», lo que dice bastante del tono del espacio), y me he acordado de la mejor etapa del programa, allá por los años noventa, en las televisiones autonómicas.
El momento de mayor gloria televisiva de este espació coincidió con la presencia de Álex de la Iglesia como director de sketches y de aquella época, por desgracia, hay muy pocas cosas en YouTube pero la gente que compartió aquellos programas sí que habla de ellos en la red.
Con Álex de la Iglesia coincidieron Enrique Villén, Javivi, Javier Manrique, Manuel Tallafé y Juan Y Medio, que sigue al pie del cañón, ahora como maestro de ceremonias. A esta época televisiva de mediados de los noventa, con las bromas más gore, le debemos gran parte del cine que ha venido después de la mano de estos profesionales y, por supuesto, varios de estos nombres siguen hoy en Plutón BRB Nero. Mirad qué foto he encontrado en la web de Javivi.

Tallafé, Summers, Martín y Javivi
Como os decía antes, Enrique Villén entró también allí de casualidad y se encontró con esta pandilla. Fue el esponsable de la broma a Pere Ponce utilizando de gancho a Fernando Colomo. Como él mismo cuenta en su blog, aquella inocentada le abrió las puertas del cine patrio y le valió ganarse un papel en El día de la bestia.
Qué tiempos aquellos. Mucho ha llovido desde entonces, la Gala se ha convertido en cita obligada pero ya no tiene aquel encanto y aquella mala leche. Después de las autonómicas la Gala se emitió en Telecinco y terminó quedándosela Antena 3, que se dedica a hacerle inocentadas a sus presentadores y a servir de escaparate a gente que quiere vender un disco o similar (y recaudan fondos, claro, que si no…). Desde aquí hago un llamamiento: ¡¡editen en DVD los vídeos de la época buena del programa!! Ojalá se decidiesen a hacer algo como el Jistory aquel que editó Santiago Segura, eso sería la bomba.
Acaba la era Lobato en Telecinco
Aquí le tenéis, así estaba Lobato a finales de los noventa cuando fichó por Telecinco y empezó a presentar la información deportiva en los informativos. Tenía pelo, sí, tenía pelo. Hoy Telecinco despide las retransmisiones de Fórmula 1 que han venido emitiendo desde 2004 (sólo han pasado cuatro años y parece que haga toda la vida). La cadena amiga hace hoy un especial para despedirse y yo he querido ofreceros unas imágenes complementarias, un homenaje «Tele que me parió» a Lobato porque el hecho de que Lobato haya retransmitido las carreras, unido a los triunfos de Fernando Alonso, ha hecho que su carrera profesional haya adquirido una profundidad que ya la quisiera para sí más de un famoso.
En 2006 presentó las campanadas con Carmen Alcayde desde Oviedo, Asturias, conmemorando la victoria en el campeonato de Alonso.
También en 2006 puso la voz a Bob Culatas en Cars, la peli de Pixar. Como curiosidad, Alonso también hace un cameo en la peli y la banda sonora es de El sueño de Morfeo. Todo queda en casa.
En este 2008, Lobato ha hecho un anuncio para Media Markt.
Los de Sé lo que hicisteis… hicieron un análisis fantástico de la relación entre Lobato y Alonso, cuando Alonso le felicitó por su cumpleaños y Lobató se quedó privado.
Como véis, unas carreras profesionales que corren a la par y que ahora tendrán su continuidad en La Sexta, si no se tuerce nada. Yo suelo ver las carreras en TV3 porque no hacen comentarios sobre la vida privada de los pilotos. Me pierdo a De la Rosa, que es un señor sabio, prudente y simpático, pero me da la sensación de que gano en rigor. Esta temporada de Alonso no ha sido como para echar cohetes, aunque en las últimas carreras el coche ha experimentado una notable mejoría. Viendo que el éxito de Lobato va unido al de Alonso, me imagino al locutor poniéndole velas a un santo para que el asturiano no se hunda. Lo veremos el año que viene.
Los mejores años, nostalgia para Telecinco
El vídeo de arriba es de I migliori anni, el programa italiano en el que Telecinco ha basado su nuevo concurso titulado Los mejores años, más nostalgia televisiva después de los recientes intentos de Yo estuve allí (La 1) o Petas Zetas (Antena 3). A diferencia de estas dos propuestas, el concurso de Telecinco será un show con todas las letras que aspira a convertirse en el programa estrella de la cadena a partir del año que viene.
Jesús Vázquez será el presentador, que anda de capa caída después de que su Allá tú no haya podido recuperar el espacio que le dejó a Pasapalabra y que se había quedado sin programa después de que retrasasen hasta la primavera la próxima edición de Supervivientes. El presentador estará en su salsa porque en Los mejores años estará rodeado de triunfitos de todas las ediciones. A ver si consiguen que de una vez por todas alguno venda, por lo menos, un politono.
El programa, si es fiel a la versión italiana, recupera el espíritu de los programas espectáculo que triunfaron hace unos años en la tele patria y de los que José Luis Moreno fue máximo exponente, con permiso de Sorpresa, sorpresa, El gran juego de la Oca o VIP noche, por ejemplo. En este caso la nostalgia será el hilo conductor de un programa que tendrá de todo: concurso, actuaciones, testimonios de protagonistas de acontecimientos de los últimos cincuenta años, señoritas cañón y, esto es lo que ha llamado más mi atención, un jurado de adolescentes que tendrá que determinar cuál ha sido la mejor década de la historia. Jugada maestra.
Me imagino la conversación en el despacho. Uno decía: «Sí, sí, todo esto está muy bien, pero ¿cómo hacemos para tener audiencia joven? Si lo dejamos así sólo van a vernos los carcas». Repuesta: «Ya está, metemos a gente joven de jurado para que ellos, que no han vivido el asunto y no saben de qué estamos hablando, valoren las décadas». Después de esto se fueron a celebrarlo al Casino de Torrelodones.
Cómo no, la productora que está trabajando en el formato es Gestmusic, que ahora mismo producen Mira quién baila o Al pie de la letra. Empiezo a pensar que los de Gestmusic son omnipotentes, como Dios, y omnipresentes. No se les resiste una. Entre sus logros están Operación triunfo y Allá tú, es decir, son los que contratan a Jesús Vázquez y los responsables de que haya triunfitos esparcidos en programas de otras cadenas, como en Al pie de la letra, que también es suyo.
Dos equipos, con la ayuda de un famoso, defenderán su década y tendrán que responder a preguntas sobre objetos curiosos de la época, política, sociedad, moda y, por supuesto, música. Un popurrí de cosas tremendo en el que Telecinco, claramente, aspira a ser la cadena de todos y para todos. Queda por concretar qué día piensan emitirlo. Eso es lo complicado, encontrar un hueco a semejante espectáculo.








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