LA TELE MUDA
23 febrero 2007 at 10:19 9 comentarios
Cada vez más, la tele es menos exigente con el espectador. Ahora, ya hay determinados programas que pueden verse sin sonido. Me refiero a todos los programas de corte matutino o vespertino que centran sus contenidos en actualidad del corazón y entrevistas a personajes. No importa no escucharles, aunque es imprescindible verles, porque periódicamente ilustran cada momento con un rótulo que resume lo más importante de lo que se dice o de lo que pasa. Si alguno de los rótulo te resulta ¿interesante?, subes la voz. Mientras, puedes estar hablando con le vecina, hablando por teléfono…
Este tipo de programas va dirigido a un target muy determinado, lo sé, pero es a la vez un target muy amplio. Cada vez hay más mujeres (porque sobre todo son mujeres), que se dejan hipnotizar por esta tele del mínimo esfuerzo. Es como en La maldición del escorpión de jade, película en la que cuando Woody Allen escuchaba la palabra «Constantinopla» empezaba a acatar órdenes. ¿Qué órdenes acata la audiencia de estos programas? ¿Prohibido pensar? ¿Preocúpate por Isabel que de los políticos ya se preocupan otros?
Entry filed under: Audiencia, Televisión. Tags: España, Quiz Show.
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"La tele que me parió" es un blog sobre televisión, sobre cómo la vemos y sobre cómo la hacen. Sólo es televisión pero me gusta y aquí encontrarás una entrada diaria de mis delirios catódicos de espectadora irredenta.
La tele que me parió 
1.
sirventes | 23 febrero 2007 a las 11:48
Esa pregunta me la se. Lo que quieren es simplificar mentes. Una mente simple es incapaz de pensar y crea menos porblemas. Ya se sabe, una población aborregada es más fácil de manipular.
No creo que se estén saliendo con la suya, porque la gente sigue pensando, pero no se hasta cuando va a durar esta heróica resistencia.
2.
Alex DeLarge | 23 febrero 2007 a las 12:45
Con un poco de suerte la nueva generación de mujeres de este país pasará de toda esta basura… aunque claro, siempre las ha habido y siempre las habrá.
3.
Miquel | 23 febrero 2007 a las 14:36
Hace tiempo, antes de que llegaran este tipo de programas llegué a ser tan ingenuo que pensaba que todo esto de los asuntos del corazón tenían los días contados. Pensaba que era cosa de una sociedad heredera del franquismo. Pero cada día me sorprendo más viendo como gente joven, que por naturaleza deben ser mentes inquietas, se aborregan ante estos asuntos y les dan una trascendencia realmente acojonante.
Y ahora, estos programas tienen efectos más nocivos sobre las mentes que las revistas del corazón. Por lo menos con el «Hola» o el «Diez minutos» se obligan a leer un poco. Con los bodrios televisivos el cerebro no tiene más que estar en una especie de «ligero coma», sin actividad. Y si llega a atrofiarse, pues mira, mejor para aquellos que se empecinan en manipularnos para lograr sus intereses.
Salud.
4.
tamaruca | 23 febrero 2007 a las 15:40
Discuto muchísimo con mi madre por este tema. Ella alega que le gusta «oír gente de fondo, que no escucha» y que así oyendo hablar, con el murmullo de la tele de fondo se siente «acompañada»
Sin embargo, si tratas de tener una conversación con ella o simplemente de contarle cualquier cosa que te preocupe, responderá algo como: «¡Calla, calla! ¿Ves como era verdad que Pepe Navarro es un acosador sexual? Si ya se le notaba en la cara, ya»
Por poner un ejemplo tonto 😦
5.
Ricardo Mella | 23 febrero 2007 a las 21:50
Yo creo que en un futuro nos daremos cuenta del importante papel que ha jugado la televisión en la alienación de la sociedad. No hablo ya de idiotizar a las personas mediante deportes a todas horas o la telebasura, sino de la televisión en sí. La televisión fomenta el consumo (por medio de la publicidad) y la pasividad, al tiempo que obstaculiza las relaciones humanas. Eso por no hablar de que la TV está por entero controlada por grandes empresas y que, por tanto, son ellas las que nos «educan» con sus valores o nos transmiten la «realidad» como ellas quieren.
Internet, por el contrario, es (de momento) completamente libre. Además fomenta la información libre, la actividad intelectual y las relaciones humanas. Y los posibles resultados de esas aptitudes (asociaciones, sindicatos, etc.) son peligrosos para el poder.
Si queremos que algún día este mundo cambie por fin, deberemos acometer la tarea de destruir la TV actual. O al menos, arrebatársela a las grandes empresas y someterla al poder popular. Y por supuesto: sacar de Matrix a todos los que han interiorizado la «realidad» y los «valores» de la TV.
6.
Miss Julie | 23 febrero 2007 a las 21:55
Pues yo creo que ya hay una saturación extrema incluso entre el target de gente que ve este tipo de programas, sobre todo porque cada vez hay menos cosas que contar, y sobre todo menos gente de quién contar, si no ¿por qué esos monográficos sobre la nietísima o la Preysler que duran horas y horas y se remontan a 30 o 40 años atrás? ¡Ah, qué tiempos aquellos del ¡Qué me dices! con ese Chapis y la Washington…
7.
Ruth | 24 febrero 2007 a las 21:32
Sirventes: ¿Es que acaso no se puede ver la tele con inteligencia?
Alex: Si entraras al baño femenino de una discoteca, verías en qué piensa la nueva generación de mujeres. No te lo cuento para no deprimirte.
Miquel: El otro día, House despertó a un tipo del coma. Habría que ver cuál es el remedio.
Tam: El horror al vacío comporta un vacío horroroso.
Osti, Ricardo, si se acaba la tele, ya me dirás tú de qué hablo en el blog.
Miss Julie: Siempre habrá payasos para este circo.
8.
sirventes | 24 febrero 2007 a las 23:33
LA tele se puede ver con inteligencia. A eso voy. Que no se están saliendo con la suya porque la gente todavía piensa pero… no me negarás que muchos desconectan el cerebro justo antes de conectar la TV.
9.
Ruth | 25 febrero 2007 a las 09:04
Cierto. Yo misma. Reconozco que hay veces que pongo la tele con la intención de no pensar (sobre todo cuando he tenido un mal día en el trabajo), pero cuando veo la pésima programación empiezo a darle vueltas a la cabeza.